El Mercosur asume un rol de garante adicional de la democracia ante la crisis política en Paraguay, que se agrava a medida que se acercan las elecciones generales fijadas para el 10 de mayo.
Ese papel es reconocido por el propio candidato con mayor opción, el general retirado Lino Oviedo, centro de los conflictos e impugnaciones dentro del gobernante Partido Colorado, que amenazan llevar al país a incumplir la cláusula democrática y autoexcluirse del bloque subregional.
"No hay ninguna posibilidad de golpe en Paraguay", porque un gobierno instalado por esa vía "caería en 15 dias", ante "el bloqueo diplomático y económico del Mercosur y de todos los países democráticos del mundo", sostuvo Oviedo en entrevista publicada este jueves por el diario brasileño Folha de Sao Paulo.
El militar, acusado de encabezar un intento de un golpe de Estado en abril de 1996, a cuyo fracaso contribuyó la decidida oposición de los socios de Paraguay en el Mercosur, admitió que su país depende de los grandes vecinos, Argentina y Brasil.
La dependencia es total respecto de Brasil, por la central hidroeléctrica de Itaipú, compartida por ambos países, y los puertos de Santos y Paranaguá, salidas de Paraguay al Atlántico, así como también por el comercio, ya que a ese mercado se destina 62 por ciento de las exportaciones paraguayas, reconoció Oviedo.
Argentina y Brasil ya se manifestaron por vías diplomáticas, planteando la continuidad del proceso democrático como una condición indispensable para participar en el Mercosur. Pasaron así a ser aplaudidos por Oviedo, que en 1996 los tuvo como obstáculos a su supuesto deseo de tomar el poder.
Ahora las sospechas recaen en el presidente Juan Carlos Wasmosy, quien aparece interesado en romper las reglas y el cronograma electoral, para impedir el triunfo del ex jefe militar, que obtuvo la nominación del Partido Colorado al triunfar en las elecciones internas.
Wasmosy aseguró a diarios brasileños que en su gobierno "no habrá golpe de Estado" y no permanecerá en el poder ni un día después del término de su mandato, el 15 de agosto, buscando tranquilizar a sus colegas del Mercosur.
La situación preelectoral se agravó al agotarse el jueves el plazo para la inscripción de candidatos presidenciales, sin una solución para los cuestionamientos dentro del Partido Colorado, considerado prácticamente imbatible debido a su maquinaria electoral, que llega a todos los rincones del país.
El candidato colorado inscrito es Oviedo, quien se encuentra preso desde diciembre a la espera de un juicio del Tribunal Militar Especial, creado por Wasmosy. El fiscal, el vicealmirante Manuel Royg, pidió de cinco a 10 años de prisión para el militar, acusado de encabezar el intento de golpe de Estado en 1996.
La situación deja graves incertidumbres. El candidato favorito podría ser condenado a prisión, está planteado el aplazamiento de las elecciones, rechazado como un intento de golpe por opositores y oviedistas, así como la impugnación de Oviedo, lo que dejaría al opositor Domingo Laíno como candidato único a la presidencia.
En este confuso cuadro, las presiones del Mercosur buscan preservar la democracia. El ex canciller uruguayo Sergio Abreu indicó que una ruptura haría "inevitable la exclusión de Paraguay porque así lo establece la cláusula democrática incluida en el Mercosur".
"La integracin política y económica son caras de la misma moneda y esto lo deben tener claro todos los paraguayos", agregó Abreu, aclarando que "esto se defiende no a través de la intervención sino por la vía de la cooperación, respaldando la vigencia de la Constitución paraguaya".
Sonia Camargo, directora del Instituto de Relaciones Internacionales de la Universidad Católica de Río de Janeiro, confía en que se encuentre una salida constitucional, asegurando que "ya no hay clima para golpes en América Latina".
En la hipótesis poco probable de una salida no democrática, la exclusión de Paraguay "debilitará el Mercosur en sus negociaciones externas", pero no su eje central, que es la integración Brasil-Argentina, señaló la investigadora.
De todas formas, afirmó, es importante mantener a Paraguay en el bloque, porque el objetivo es "aglutinar el máximo posible de países" y el aislamiento es la peor medida.
Paraguay, que representa cerca de 0,8 por ciento del producto interno bruto del Mercosur y 2,5 por ciento de su población, es también fuente de otros problemas para sus vecinos, como un intenso contrabando, que Argentina y Brasil temen sea legalizado por una ley que pretende atraer a la industria de maquila. (FIN/IPS/mo/ag/ip/98