El primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, partió hoy hacia una gira por Europa con la intención de impulsar una iniciativa de retirar sus tropas del sur de Líbano bajo una resolución de la ONU aprobada hace 20 años.
La iniciativa, ofertada en enero por el ministro de Defensa de Israel, Yitzhak Mordechai, llegó con una condición.
Israel insiste en que alguien, preferiblemente el gobierno de Líbano, mantenga la paz en una frontera que ha sido campo de batalla de una guerra entre Israel, su cliente Ejército del Sur de Líbano y Hezbollah, las fuerzas de fundamentalistas islámicas respaldadas por Iraq.
Líbano rechazó de inmediato la propuesta de enero, actuando, según altos funcionarios de gobierno israelíes, bajo intensas presiones de Siria para que no llegara a un acuerdo separado.
Imperturbable, Netanyahu intenta que la inicitiva se concrete. El domingo, envió a París al secretario del gabinete, Danny Naveh, y a su asesor de política exterior, Uzi Arad, para discutir un posible papel de mediación de Francia.
Este jueves, Netanyahu partió hacia España, en la primera escala de una ronda que lo llevará también a Gran Bretaña, Alemania y Noruega. Mordechai le seguirá con un viaje a París el 12 de marzo.
El canciller de Siria, Farouq al-Shara, está en Líbano para asegurar que los países mantengan un frente sólido, y este jueves reiteró que su país respalda la oposición de Líbano a las propuestas israelíes durante una reunión con embajadores árabes en Beirut.
Analistas indican que no es sorprendente que Netanyahu haya resucitado la idea de llegar a un acuerdo con Líbano en primer lugar. Las negociaciones de paz con Siria están estancadas desde que Netanyahu llegó al gobierno en junio de 1996, y no se espera un movimiento en el corto plazo.
Las muertes el viernes pasado de tres soldados israelíes en enfrentamientos con Hezbollah sólo aumentaron las demandas de la opinión pública para dejar el caso.
El gobierno conservador de Netanyahu está bajo fuertes presiones para hacer frente a llamados de políticos opositores del Partido Laborista y algunos de su propio partido, el Likud, para retirarse unilateralmente.
Lo inusual es que la iniciativa de Mordechai sigue adelante a pesar de claras señales de Líbano de que las cosas serán difíciles sin la participación de Siria.
Aunque Líbano, cansado de la guerra, podría querer una paz separada, con 30.000 soldados sirios en su territorio, Damasco está en posición de detenerlo.
Autoridades de Israel se niegan a hacer comentarios sobre los aspectos específicos de la iniciativa, con la excepción de que les gustaría encontrar una forma de volver a la frontera internacional siempre y cuando permanezca quieta después de su retiro.
"No estamos preparados para cerrar los ojos y esperar lo mejor. No vamos a juntar los petates e irnos", dijo el portavoz del gobierno Moshe Fogel.
La iniciativa es la culminación de un cambio en la política israelí hacia Líbano, indican analistas. Durante décadas, Israel rechazó el "retiro incondicional" de una "zona de seguridad" de unos 14 kilómetros que delimitó en 1978 para evitar ataques cruzando la frontera, en un principio de guerrillas palestinas, y luego de Hezbollah.
Desafiando la resolución de la ONU (Organización de las Naciones Unidas), Israel condicionó el retiro a la disposición de Líbano a firmar un tratado que incluyera los términos de la paz. Después, Israel modificó esa posición al aceptar cualquier tratado que incluyera garantías para dispositivos de seguridad.
Ahora, dijo Eyal Zisser, de la Universidad de Tel Aviv, Israel está dispuesto a retirarse si los sirios están "dispuestos a implicar" que habrá garantías. "Estamos dispuestos a retirarnos sin desarme de Hezbollah, y sólo con algún tipo de garantías de que los libaneses vigilarán la frontera".
Incluso con este cambio, hasta ahora Siria bloqueó la iniciativa por temor a que el acuerdo entre libaneses e israelíes la dejara aislada, especialmente ahora que Israel firmó acuerdos de paz separados con Jordania y Palestina.
El presidente sirio, Hafez Assad, no quiere que Israel abandone Líbano hasta que Netanyahu acuerde negociar el retorno de los Altos de Golán, capturados a Siria en 1967. (FIN/IPS/tra-en/dho/rj/lp/ip/98