Microsoft, la poderosa corporación estadounidense creadora del sistema operativo que mueve 85 por ciento de las computadoras del mundo, ha visto debilitarse su poder.
No es posible hablar de declinación de los creadores de DOS y Windows. Pero es incuestionable que la empresa fundada por el ahora multimillonario Bill Gates no está en sus mejores días.
La corporación creció tanto y diversificó de tal manera sus inversiones que pasó a estar asociada a un monopolio amenazador.
La procuradora general de Estados Unidos, Janet Reno, ha intentado poner a de Gates contra la pared, acusándolo de prácticas monopólicas ilegales.
Detrás de las acciones de la funcionaria hay una cantidad de empresas de programas informáticos que buscan garantizarse un mínimo de espacio para sobrevivir.
No solo el gobierno de Estados Unidos mira con sospechas la estrategia de Microsoft de ocupar todos los espacios posibles dentro de la red mundial de computadoras Internet y de la industria informática.
El influyente diario The New York Times tampoco oculta ya su temor de que Gates acabe invadiendo también el terreno de la prensa y del entretenimiento.
Cualquier otro país que intentase imitar a Reno o seguir el consejo de The New York Times seria de inmediato sometido a fuertes presiones del Fondo Monetario Internacional y la Organización Mundial de Comercio o colocado en la lista negra del Banco Mundial.
La acusación sería oponerse a la libertad de mercado, el pecado mayor de la era de la globalización.
Como las presiones contra Gates suceden dentro de Estados Unidos, los demás países quedaron como espectadores. Microsoft ya no es más una unanimidad entre los estadounidenses. La omnipotencia y la arrogancia de Gates son motivo de cada vez más chistes.
En uno de ellos, se pregunta cómo cambiaría una lámpara quemada. La respuesta es: mantendría la lámpara fija y pondría el mundo a girar hasta que la luz se prendiera.
Hasta ahora, el fundador de Microsoft no ha bajado la guardia ante Reno. Gates insiste que su empresa no utiliza técnicas monopólicas y se prepara para lanzar en junio el sucesor del Windows 95.
La versión 98 del sistema operativo desarrollado por los expertos de Gates hace aun más estrecha la relación entre Windows e Internet, el punto más cuestionado tanto por el Departamento de Justicia de Estados Unidos como por las empresas competidoras.
Microsoft, considerada una corporación que no tolera competidores, no importa en que área, logró arrebatar a Netscape el liderazgo mundial en materia de "browsers" (programas de navegación en Internet), después de cometer el gravísimo error estratégico de menospreciar la red.
La empresa ha incursionado también en el terreno del entretenimiento y las comunicaciones y ahora aborda el sector de contenidos, al crear publicaciones en Internet.
Gates ya tiene un servicio noticioso en alianza con la red de televisión NBC de Estados Unidos, edita la revista cibernética Slates y se prepara para lanzar la guía de arte, restaurantes y diversiones Sidewalk.
Microsoft ya edita el sitio Expedia, la más grande agencia de viajes en la red Internet.
"Estamos decididos a asumir viejos negocios como periódicos, agencias de viajes, venta de vehículos, guías de diversiones, de viajes, paginas amarillas, revistas y muchas otras actividades", decía un memorándum interno de Microsoft de diciembre de 1996 y publicado por la Columbia Journalism Review.
"Debemos descubrir maneras de trabajar con ellos, o tomar sus clientes y utilidades. Tenemos que ser agresivos", agregaba el memorándum.
La empresa, que fabrica también el procesador de textos Word, utilizado por 60 por ciento de los usuarios de computadoras en el mundo, se ha lanzado en una gigantesca ofensiva de mercadeo y publicidad para neutralizar el desgaste de su imagen pública.
La principal preocupación es la tendencia del público estadounidense a apoyar al débil contra el fuerte, en especial cuando el poderoso es considerado arrogante y prepotente. (FIN/IPS/cc/mj/cr/98