Esta aldea de 4.000 habitantes ha sido aislada por funcionarios del gobierno de India y poblados vecinos por culpa de un rumor falso que le atribuye alta incidencia del virus de inmunodeficiencia humana (VIH).
Las elecciones en India eran una ocasión festiva en Chochi, 65 kilómetros de Nueva Delhi, antes de que corriera el rumor de que allí cundía el VIH y el síndrome de inmunodeficiencia humana (sida).
El orgulloso cacique de la localidad, Azad Singh, tenía en esas ocasiones la oportunidad de demostrar ante los funcionarios electorales visitantes la tradicional hospitalidad de su comunidad, perteneciente a la etnia jat.
Pero durante las elecciones parlamentarias ahora en curso las cosas fueron muy diferentes.
Los 20 funcionarios a cargo de la recolección de votos y el escrutinio llegaron a Chochi cargando urnas y material electoral poco antes de los comicios que se realizaron en la aldea el 16 de febrero.
Una vez allí, se negaron a pernoctar cerca de la aldea. Y recibieron aun peor la invitación de Azad Singh, que ofreció su casa.
"La única que se quedó en mi vivienda fue una señora que no quería pernoctar con sus compañeros hombres", dijo el cacique. Los restantes montaron un campamento en una escuela fuera del poblado.
En la India rural, donde el rígido sistema de castas hindú sigue vigente, la negativa a aceptar comida o albergue tiene un enorme significado ritual. El rechazo de la hospitalidad revela superioridad de casta.
Singh se tragó el orgullo y envió comida a los funcionarios, que aceptaron pero solo porque no había restaurantes ni hoteles en varios kilómetros a la redonda.
Uno de ellos, que reclamó reserva sobre su identidad, dijo que no estaba seguro de que pudiera contraer el VIH si convivía con portadores o ingería alimentos elaborados por ellos. "Se nos dijo que se transmite solo por contacto sexual, pero no podemos estar seguros de eso", manifestó.
Ni este funcionario ni sus 19 compañeros sabían a ciencia cierta que hubiera una gran incidencia de VIH en Chochi. "No queremos asumir el riesgo. Eso es todo", agregó. Pero los rumores eran una gran bola de nieve.
Lo sucedido en Chochi deja en evidencia todos los errores cometidos por el programa de control del VIH y el sida del gobierno de India, observó Purushottaman Mulloli, presidente del no gubernamental Consejo de Acción Conjunta Kannur (JACK).
Para los perplejos pobladores de Chochi, todo comenzó con la inesperada muerte en abril del camionero Ranbir Singh, de 35 años. Los médicos de Rohtak, el pueblo más cercano, confirmaron que padecía sida.
Después, se supo que la hija menor de Ranbir Singh vivía con VIH. La población de Chochi aisló a la familia. Y, a medida que el rumor se diseminaba, los poblados cercanos comenzaron, a su vez, a someter a su vez Chochi al ostracismo.
"Las familias de otras localidades dejaron de sellar alianzas prematrimoniales con las nuestras, en especial luego de que los funcionarios sanitarios comenzaron a realizar análisis compulsivos de VIH", dijo Azad Singh.
"Los funcionarios comenzaron a mostrar fichas que decían 'VIH positivo', aun cuando no tenían equipamiento adecuado para determinarlo", agregó.
Las alianzas prematrimoniales entre los jat son casi siempre determinadas en base a leyes estrictas, una de las cuales establece que los novios deben pertenecer a clanes y poblados diferentes.
El vicecomisionado del distrito de Rohtak, Anil Kumar, justificó las pruebas indiscriminadas en el hecho de que un "curandero" de Chochi fue descubierto utilizando agujas hipodérmicas sin esterilizar. Se temía por eso que se hubiera difundido el virus.
Por paradoja, este "curandero", que sufrió un breve arresto, era la única persona que brindaba algún tipo de asistencia médica en la localidad antes de que el rumor comenzara a rodar por la pendiente.
El JACK, cuya actividad se centra en aspectos políticos y de derechos humanos de la prevención del VIH, denunció en agosto ante la Alta Corte de Chandigarh varias violaciones a normas vigentes por parte de funcionarios sanitarios.
Los abogados del JACK sostuvieron que los 100 millones de dólares concedidos por el Banco Mundial a India para combatir el VIH y el sida estaban siendo utilizados de modo tan inadecuado que todos los proyectos financiados con ese dinero deberían ser eliminados.
Las autoridades violaron en Chochi líneas básicas de acción como la confidencialidad de los pacientes con VIH y sida, agregó la organización.
Pero hay pocas señales de que el gobierno haya aprendido la lección. El borrador de los nuevos planes de política de prevención de sida y VIH admite el reclamo de análisis por parte de una familia a su contraparte antes de sellar una alianza prematrimonial.
Mientras tanto, Chochi continúa sufriendo el boicot de comerciantes y otros prestadores de servicios. "La negativa de los funcionarios electorales de comer en nuestros hogares es un gran insulto y ha dañado nuestra imagen", advirtió Azad Singh.
Los candidatos a legislador del distrito electoral de Rohtak condenaron de forma unánime la actitud de los funcionarios. Pero esos mismos candidatos no han vuelto a Chochi desde las elecciones y mientras se desarrolla el escrutinio.
"Es una verdadera desgracia. Si es verdad, plantearé el asunto al más alto nivel", prometió Swami Indravexh, candidato del partido Bharatiya Janata (BJP), de derecha religiosa hindú, ganador del escaño parlamentario en disputa en las elecciones anteriores.
Los oponentes de Swami en el distrito de Rohtak son pesos pesados de la política india. Se trata de Devi Lal, ex viceprimer ministro y líder de partido Haryana Samajwadi, y Bhupinder Singh Hooda, del Partido del Congreso.
Pero el cacique, que dejó sentada una queja contra los funcionarios electorales en la Alta Corte de Chandigarh, tiene poca fe de que alguien entienda el problema en su pueblo. (FIN/IPS/tra-en/rdr/an/mj/hd he ip/98