Las atrocidades que acompañaron la limpieza étnica y la destrucción de la economía de Croacia y de Bosnia- Herzegovina fueron un negocio lucrativo para delincuentes reclutados para el combate por los bandos en guerra.
Siempre fue un secreto a voces que los regímenes de Serbia, Croacia y Bosnia emplearon en la guerra a ladrones, asesinos y jefes de bandas delictivas.
Los gobernantes pasaron por alto en forma deliberada el saqueo, el contrabando y otras prácticas de personajes del submundo delictivo de Belgrado, Zagreb y Sarajevo.
Ocultos detrás de la causa nacionalista, esos delincuentes se convirtieron en millonarios a costa de innumerables cadáveres y vidas arruinadas.
"No encontramos suficientes voluntarios entre curas y monjas, así que tuvimos que aceptar a todos los que ofrecían su ayuda", replicó en 1991 el ex ministro croata Ivan Vekic cuando se le preguntó por qué había tantos combatientes con antecedentes delictivos.
"Son todos vástagos del mismo padre, el delito", comentó el jefe de la oposición de Sarajevo, Sejfudin Tokic, sobre la gran cantidad de delincuentes que utilizaron la guerra en su provecho.
El ascenso y caída de Musan Topalovic, conocido como "Caco", es la típica historia del delincuente convertido en héroe de guerra.
Jefe del hampa de Sarajevo antes de la guerra, Caco se convirtió en héroe durante la defensa de la capital de Bosnia- Herzegovina, que estuvo sitiada por los serbio bosnios desde mayo de 1992 hasta el fin del conflicto, en noviembre de 1995.
La televisión de Sarajevo utilizó con fines de propaganda las heroicas hazañas de Caco hasta 1994, cuando éste murió en circunstancias que sólo ahora salieron a la luz.
Caco, quien había alcanzado la condición de mito, fue asesinado cuando intentaba organizar un golpe de Estado contra el presidente bosnio Alija Izetbegovic, según la investigación de medios de comunicación independientes de Sarajevo.
La prensa también reveló el año último crímenes de guerra que Caco habría cometido contra civiles de varias nacionalidades.
El gran rival de Caco en la defensa de Sarajevo también era un delincuente, el legendario Jusuf Prazina, apodado "Juka".
Juka partió de Bosnia en 1993, después de más de un año en que participó de la defensa de la capital mientras saqueaba viviendas abandonadas y cobrara sumas de dinero a quienes buscaban una ruta segura para salir de Sarajevo.
El cadáver de Juka, baleado en la cabeza, fue hallado en diciembre de 1993 junto a una carretera cerca de Lieja, Bélgica. Su asesino no ha sido identificado hasta ahora.
Los croatas de Bosnia tenían sus propios héroes de guerra, como Mladen Naletilic, conocido como "Tuta", y Vinko Martinovic, "Stela". Ambos fueron detenidos en febrero de 1997, tras negarse a entregar el pueblo de Mostar, en Herzegovina.
Tuta y Stela eran delincuentes y, como jefes de la guerra, utilizaron ejércitos privados para provocar el caos en los 43 meses de la guerra de Bosnia.
Tuta formó su unidad con presos. Su Brigada de Presidiarios fue notoria por la brutalidad en los ataques de los croatas contra musulmanes de la ciudad de Mostar. Al igual que Stela, amasó enormes riquezas durante la guerra.
Pero nadie puede igualar la fama del jefe serbio de la guerra Zeljko Raznatovic, el infame "Arkan", ex líder del grupo paramilitar "Tigres", que operó en Croacia y Bosnia.
Arkan, de 46 años, reside ahora en Belgrado, en un castillo fortificado que denomina su "modesta casa". Es propietario de una emisora de radio en esa ciudad, de varios casinos y de una compañía de exportación e importación.
Oncluso fue miembro del parlamento serbio en 1992 y 1993. Pero es requerido desde hace 20 años por siete países y por Interpol (Policía Internacional), por haber pertenecido a una red clandestina de delincuentes yugoslavos que operaban en Europa occidental antes de la guerra.
Cuando volvió a Yugoslavia, a principios de la década de los 80, Arkan organizó una banda delictiva para ayudar al equipo de fútbol Estrella Roja, de Belgrado.
Meses antes de la guerra, estallada en 1991, fue detenido en Croacia por posesión ilegal de armas. Tras seis meses en prisión, volvió a Belgrado y formó un grupo paramilitar, los Tigres o Guardia de Voluntarios Serbios, que luego fue enviado al combate en Croacia y Bosnia-Herzegovina.
La cadena de televisión estadounidense CNN emitió en junio un programa denominado "Wanted"(Requeridos), en el que acusó a Arkan de una serie de asesinatos y atrocidades en la guerra de Bosnia-Herzegovina.
Pero Arkan rechazó la denuncia, argumentado que la CNN intentaba acusar "a toda la nación serbia".
Se cree que el Tribunal Criminal Internacional para antigua Yugoslavia, de La Haya, procesará a Arkan por crímenes de guerra cometidos por los Tigres contra musulmanes residentes en las localidades bosnias de Bijeljina y Zvornik.
"No reconozco al Tribunal de La Haya y ni siquiera voy a atestiguar", dijo el acusado. El tribunal fue formado en 1993 por la Organización de Naciones Unidas, para investigar crímenes de guerra en la ex Federación Yugoslava.
Arkan habría sido visto en la turbulenta provincia meridional serbia de Kosovo, donde los últimos acontecimientos recuerdan la presión nacionalista y los enfrentamientos étnicos que precedieron el estallido de la guerra entre serbios y croatas en 1991.
Los medios de comunicación oficiales de los países en guerra presentaban a los criminales como idealistas que combatían por la causa nacional.
"Mientras duró la carnicería, los medios controlados por el régimen convirtieron a los criminales en héroes nacionales", comentó el semanario independiente croata Tribuna Feral.
"Cuando resultaron evidentes los hechos que comprometían a esos regímenes y sus contactos con los criminales, la pátina heroica desapareció", agregó el semanario.
Entonces, "los delincuentes fueron presentados como la escoria de la Tierra y, algunos, como sospechosos de crímenes de guerra", destacó la publicación. (FIN/IPS/tra-en/vpz/pd/aq/ip hd/98