Bandas de asesinos y contrabandistas de cigarrillos vietnamitas que causan al gobierno de Alemania pérdidas anuales de hasta 600 millones de dólares en impuestos vuelven a sembrar el terror en esta capital y otras ciudades.
En una celda herméticamente cerrada en la ciudad de Dusseldorf, tres vietnamitas recibieron sentencias a prisión perpetua por asesinatos.
En Berlín, aún continúa el juicio de Le Duy Bao, de 26 años, líder de la banda Ngoc Thien, conocido como "El piadoso", por la forma en que torturó y asesinó a sus enemigos. El delincuente es juzgado junto a los 15 miembros de su banda por crímenes cometidos entre 1992 y 1996.
Las acusaciones incluyen asesinato, chantaje y extorsión, y en general se vinculan al contrabando de cigarrillos, controlado por los vietamitas.
Los actos de los delincuentes vientamitas son tan feroces que la mayoría de los estados alemanes instalaron comisiones especiales para investigar a las bandas asiáticas.
La documentación presentada en el juicio de Le Duy Bao presenta la descripción más detallada de la estructura, integración y operaciones de media docena de bandas vietnamitas que operan en Europa central.
Unos 60 asesinatos se atribuyen a bandas en Alemania, la mayoría vinculadas al contrabando de cigarrillos. En un caso en la localidad alemana de Halle, asesinos reclutados del ejército vietnamita atacaron a sus víctimas con espadas samurai, decapitando a una. En otro, la piel de la víctima fue arrancada.
Pero los métodos preferidos son las golpizas y los tiroteos. Los delincuentes actúan desenmascarados, sabiendo que la comunidad vietnamita fue aterrorizada para mantener el silencio.
El contrabando de cigarrillos es un comercio lucrativo, en especial en la zona este de Alemania, donde la demanda de cigarrillos baratos es alta.
Los contrabandistas evaden los impuestos y venden cigarros de marca en las calles. Las pérdidas del Estado en los ingresos por gravámenes se estiman en unos 600 millones de dólares al año, según estimaciones federales.
El contrabando desde Polonia a Alemania se expandió tras la caída del muro de Berlín en 1989, bajo el control de vietnamitas del norte que durante años vivieron en la ex Alemania Oriental.
Pero la policía afirma que los peores asesinatos fueron cometidos por inmigrantes vietnamitas ilegales introducidos a Alemania por bandas de traficantes de personas a comienzos de esta década.
Unos 40.000 vietnamitas viven en Alemania, una cifra que duplica su número en 1989. La policía cree que 10.000 de ellos son miembros de mafias.
Hacia 1995, el control vietnamita del mercado de cigarrillos era tan sólido que, según un informe de 1996 de la Oficina Federal Alemana para el Crimen Organizado, desde entonces se transfirieron a Vietnam unos 60 millones de dólares.
La Comisión Vietnam instalada por la policía alemana cree que un banco lava el dinero y envía dólares a Vietnam, donde la práctica es tolerada debido a la cantidad de divisas que aporta al país.
Las bandas Quang Binh y Ngoc Thien controlaban dos tercios del mercado ilegal de cigarrillos, con unas 1.200 bocas en las calles de Berlín.
Quien quisiera vender en esas calles debía pagar una alta suma mensual a los "soldados" de la banda rival. Alguien que pagara a la banda equivocada corría peligro de ser asesinado por "traidor".
Según la policía, los líderes viven en Polonia o República Checa, con "comandos" viajando hacia y desde la frontera para mantener bajo control a las "tropas" en Alemania e informar a sus jefes.
La captura en septiembre de 1996 de Le Duy Bao y otros miembros de la banda Ngoc Tien fue considerada una gran victoria para la policía de Berlín.
Pero la policía sabe que no quebró la columna vertebral de las bandas vietnamitas relacionadas a las guerras de la mafia en Chicago y Nueva York en las décadas de 1920 y 1930.
La venta de cigrarrillos en las calles de Berlín se redujo. Pero el tráfico no desapareció. Ahora las bandas hacen negocios desde sus propios apartamentos. (FIN/IPS/tra-en/ys/ral/lp/ip/98