ESTADOS UNIDOS: Ambientalistas divididos en torno a inmigrantes

Las principales organizaciones ambientalistas de Estados Unidos polemizan en torno a los presuntos efectos depredadores de la inmigración a este país.

El debate ya empezó a generar fricciones dentro del Sierra Club, una organización ambientalista más influyente de Estados Unidos con 600.000 afiliados. Un grupo de activistas planteó que la inmigración al país contribuye a la degradación ambiental y al creciente consumo de recursos naturales.

Los afiliados al Sierra Club deberán decidir este mes cuál es la posición del grupo frente al debate. Hasta ahora, mantuvo la neutralidad, pero podría comenzar a reclamar la reducción del flujo de inmigrantes.

"Cuando haces el cálculo el resultado nunca cambia, y es que en Estados Unidos ya hay demasiada gente", planteó Alan Kuper, el activista del Sierra Club que lidera el grupo que propone establecer una moratoria a la inmigración.

La propuesta provocó la reacción de otros grupos ambientalistas y de organizaciones que defienden a inmigrantes y refugiados, para los cuales la propuesta es racista y no apunta a lograr aire, agua o alimentos más puros, ni a mejorar la calidad de vida, ni a detener a los verdaderos contaminadores.

"Si se aprueba la propuesta, sería una derrota para los grupos ambientalistas más progresistas", planteó la directora de la Red Nacional por los Derechos de Inmigrantes y Refugiados, Cathi Tactaquin.

La iniciativa de Kuper deja en evidencia la existencia de "una tendencia conocida como 'odio verde', que planea estrategias antiinmigratorias en nombre del ambiente", dijo la Tactaquin, quien integra el Comité de Población del Sierra Club.

La directiva de la organización se opone a adoptar una posición contra los inmigrantes. Kuper ya logró reunir un grupo de adeptos que se están dispuestos a votar a favor de sus propuestas, con el respaldo de la Federación para la Reforma de la Inmigración en América.

Kuper advirtió que la estabilidad de la población "es el aspecto más importante de las políticas ambientales porque influye sobre todos los demás asuntos", y sostuvo que "si Estados Unidos disminuye el crecimiento demográfico, incluyendo el de inmigrantes, tendrá beneficios a largo plazo".

"Si no se adoptan medidas, habrá problemas durante siglos", agregó.

La inmigración a Estados Unidos aumentó de forma importante desde 1990, cuando una ley abrió la puerta a familiares de personas que vivían en el país. La inmigración legal aumentó 40 por ciento desde entonces, hasta sumar un millón de llegadas cada año, a las cuales se suman 200.000 que son ilegales.

Contra Kuper se ubican grupos que defienden a las minorías étnicas y poderosas organizaciones ambientalistas como Greenpeace y el Earth Island Institute, que promueven la aplicación de una "justicia ecológica" que proteja a las minorías y a los pobres de los efectos de la degradación del ambiente.

Estos grupos advierten que los problemas ambientales no se solucionarán aun si la inmigración cesara mañana mismo.

"Estas propuestas pretenden desviar la atención de las verdaderas causas de la degradación ambiental, como la avaricia empresarial, el militarismo, las tecnologías equivocadas y la creciente brecha entre ricos y pobres", dijo a IPS Andy Smith, del Comité sobre Mujer, Población y Ambiente de Massachusetts.

Tactaquin explicó que la degradación ambiental no puede vincularse con el aumento de población, en especial porque el consumo de recursos y la generación de contaminación es diversa. El aumento de la desigualdad también significa que los ricos consumen más y los pobres menos, añadió.

"Este odio verde refleja una estrategia para tratar de convencer a la gente de que la inmigración es la mayor amenaza para el ambiente", dijo Tactaquin.

La activista recomendó que inmigrantes y ambientalistas trabajen en conjunto para construir una sociedad sustentable "basada en el respeto mutuo y la celebración de la diversidad".

El Comité sobre la Mujer, la Población y el Ambiente considera que este debate podría empeorar las condiciones de los inmigrantes.

"Los inmigrantes, que pagan impuestos pero tienen menos derechos que los ciudadanos comunes, han sido acusados injustamente y en forma reiterada de ser causantes de la delincuencia o de destruir el ambiente", dice un documento del grupo.

"La violencia contra los inmigrantes aumenta, y si se los señala con el dedo la situación podría empeorar", agrega.

Charles Kamasaki, vicepresidente del Consejo Nacional de la Raza, grupo de Washington dedicado a defender los derechos de los inmigrantes latinos, destacó que si se aprueban nuevas leyes contra la inmigración "cientos de miles de familias no podrán reunirse".

El presidente del Sierra Club, Adam Webach, consideró "extraño" que su organización este inmersa en un debate sobre el control de la inmigración, y recordó que el fundador de ese grupo ambientalista, John Muir, era precisamente un inmigrante "que apenas si se había bajado del barco".

Pero por detrás del debate existe una realidad que es visible al analizar los movimientos ambientalistas. Se trata de un aparente descuido por las minorías étnicas. "Este movimiento no se ha destacado por incluirlas", coincidió Kamakasi.

La mayor parte de los miembros del Sierra Club son blancos de clase media. En su directiva de 15 miembros solo hay dos negros, y ningún representante de la comunidad latina estadounidense.

La facción que se opone a la inmigración dentro del grupo tiene una meta bien definida. Se trata de que el Sierra Club se sume a la campaña de una Comisión Nacional sobre Población Ideal, con la cual se espera determinar el número "ideal" de habitantes para Estados Unidos.

La Comisión sería responsable de diseñar una estrategia para alcanzar la meta fijada, lo cual incluiría restricciones a la inmigración y un descenso abrupto en la natalidad entre los sectores de población de mayor crecimiento.

Otros grupos ambientalistas ya han expresado sus opiniones. Por ejemplo la Wilderness Society de Washington, según la cual la disminución en la inmigración y la natalidad es necesaria para "que los niveles de población sean ecológicamente sustentables"

Esta misma posición orienta las actividades de otros dos grupos radicados en Washington, Negative Population Growth y Carrying Capacity Network.

Las teorías sobre población ideal fueron la motivación principal de políticas restrictivas de la inmigración y de esterilización forzada que fueron aplicadas en muchos países a partir de los años 20, recordó Smith, del Comité sobre las Mujeres, la Población y el Ambiente.

"Las campañas de esterilización en Estados Unidas han estado dirigidas contra mujeres negras, latinas, indígenas y con retardo mental, y en muchos casos estas continuaban vigentes en los años 70", agregó Smith.

En 1976, un informe oficial reveló que una oficina financiada por el gobierno, el Servicio de Salud Indígena, había esterilizado a 3.000 mujeres indígenas de Estados Unidos en un período de cuatro años, sin contar con su consentimiento. (FIN/IPS/tra- en/dk/mk/lc-mj/en pr/98

Archivado en:

Compartir

Facebook
Twitter
LinkedIn

Este informe incluye imágenes de calidad que pueden ser bajadas e impresas. Copyright IPS, estas imágenes sólo pueden ser impresas junto con este informe