Dos noticias sobre las conversaciones de paz entre Ecuador y Perú se cruzaron esta semana: la reanudación de las negociaciones para un acuerdo de integración fronteriza y la discusión del trazado definitivo de los discutidos límites con apoyo de un mapa virtual.
Las negociaciones de integración forman parte de las conversaciones peruano-ecuatorianas que deberían culminar con un acuerdo antes del 30 de mayo próximo, según el optimista acuerdo adoptado en la primera ronda de conversaciones en febrero pasado.
Con el mapa virtual computarizado, los negociadores podrán seguir con el dedo el territorio de los tramos de frontera de delimitación inconclusa como si estuvieran volando sobre ellos, mirando en las pantallas de sus computadoras personales los modelos de relieve simulado obtenidos desde los satélites.
Es probable que los "halcones" de las Fuerzas Armadas de Perú y Ecuador no se sintieran felices al conocer ese recurso tecnológico que convierte las fronteras en un tema de conocimiento internacional, compartido inclusive por los adversarios, pero el sistema existe y no puede ser ignorado.
Si los representantes de Perú y Ecuador que suscribieron el tratado fronterizo en 1942 en Río de Janeiro hubieran contado con la información geográfica suficiente, probablemente no se hubieran producido las guerras de 1981 y 1995.
En 1942, la zona de la Cordillera del Condor era un territorio desconocido y de muy difícil inacceso, y la frontera fue diseñada con la precaria información disponible.
En esa región, habitualmente nublada y pantanosa, los geógrafos que trazaron la frontera dividieron el territorio que correspondía a cada país en base a las cuencas de los ríos.
Al tratar de colocar los hitos establecidos por el Tratado, las delegaciones oficiales encontraron errores en la nomenclatura geográfica, que obligaron a pedir la intervención de árbitros internacionales.
El árbitro brasileño Dias de Aguiar, aceptado por ambos países, consideró que en la zona de la Cordillera del Condor la división de cuencas entre los ríos Zamora y Santiago era la cresta de dicha cordillera. Pero el presidente ecuatoriano Velasco Ibarra rehusó aceptar el fallo.
En cuanto a la otra noticia, esta semana comenzaron a trabajar, simultáneamente en Quito y Lima, los 11 subgrupos encargados de diseñar un Acuerdo Amplio de Integración Fronteriza.
Antes de partir hacia Canadá, el canciller de Perú, Eduardo Ferrero, admitió que será difVcil lograr un acuerdo final antes del 30 de mayo, pero reiteró que, en todo caso, seguirán "conversando con Ecuador todo el tiempo que sea necesario".
Las conversaciones de paz se realizan bajo el patrocinio de los cuatro países que firmaron como garantes en el Tratado Limítrofe suscrito en 1942 en Río de Janeiro: Estados Unidos, Argentina, Brasil y Chile.
Como el tratado no consiguió establecer la paz y sus límites son discutidos parcialmente por Ecuador, los cuatro países garantes se han convertido en agentes de la paz. Después de lograr el alto al fuego en 1995, mantienen efectivos militares en la zona disputada para garantizar la paz.
Tan importante como detener el fuego fue conseguir que los dos países se sentaran en la mesa de negociaciones para buscar una solucion pacífica y negociada de sus diferencias.
Las disputas limítrofes peruano-ecuatorianas son consecuencia de la indefinición de las fronteras dejadas por el imperio colonial español, y ambos países se enfrentaron en las guerras de 1942, 1981 y 1995.
Aunque participan en la Comunidad Andina, junto con Bolivia, Colombia y Venezuela, Ecuador y Perú han vivido enfrentados en las últimas décadas y dando la sensación de que entre ellos la paz era sólo períodos de desconfianza armada hasta el siguiente estallido bélico.
Aunque aún hay indicios de la existencia de "halcones" en las Fuerzas Armadas de ambos países, en la dirigencia política de ambos países hay una sensación de que es posible un pronto acuerdo de paz.
El Acuerdo de Integración Fronteriza, que se busca en estos días en Lima y Quito, es uno de los cuatro temas centrales en que se dividieron las conversaciones de paz después del conflicto bélico de 1995.
Los otros tres se refieren a la delimitación de la línea de frontera, la navegación por el río Amazonas y la creación de un mecanismo de seguridad, destinado a evitar sorpresas bélicas.
"Desde el primer momento era evidente que el tema de la integración en la zona limítrofe era el área de negociaciones más fácil (…) sobre todo por el directo respaldo financiero internacional comprometido", comentó el analista peruano Bernardo Brandon.
"Los temas de cuyo desenlace depende el futuro de la paz son la determinación de una línea fronteriza aceptada por ambas partes, asunto que dio origen al problema, y el de la navegación por el Amazonas, que podríamos considerar la arista geopolítica del conflicto", añadió.
En cuanto a los mecanismos de seguridad y confianza, Brandon dijo que sólo podrán ser abordados "cuando se haya arribado a los acuerdos adecuados en los dos temas centrales, en tanto que los acuerdos de integración fronteriza servirán para remachar la paz con la soldadura del interés recíproco en el desarrollo". (FIN/IPS/al/ag/ip/98