Los conflictos latentes que mantenían los predominantes católicos y los evangelistas de Ecuador derivaron en violencia, lo que alarma a autoridades y líderes religiosos.
La población de El Quinche, el centro religioso más importante de Ecuador, fue a comienzos de marzo escenario de un atentado contra un templo evangélico, que fue destruido e incendiado por un grupo de 200 católicos.
La acción fue propiciada por el párroco de la iglesia católica local, quien exhortó a sus seguidores a frenar el avance de los evangélicos y protestantes en la región, según versiones preliminares de la policía.
Un situación similar se registró hace 11 años en El Quinche, cuando los evangélicos llegaron a esa población, pero las consecuencias fueron menores entonces.
Desde principios del siglo XVI hasta hoy, El Quinche, poblado de 12.000 habitantes 60 kilómetros al norte de Quito, es uno de los lugares de adoración más importantes para los católicos de este país andino, pues allí se encuentra la llamada Virgen Viajera o del Quinche.
El templo levantado en su nombre es visitado cada año por unos dos millones de ecuatorianos que llevan allí sus autos, camiones, bicicletas y cualquier vehículos para bendecirlo, pues se cree que la imagen de la virgen protege a los viajeros.
Los supuestos poderes de la Virgen del Quinche se han extendido más allá de las fronteras, pues "vienen personas de Colombia y de Perú a visitarla", según Aurora Ramírez, habitante de esta población.
Ramírez subsiste gracias a la venta de veladoras en el templo de la Virgen del Quinche, actividad a la que se ha dedicado durante 35 años.
"Desde hace unos 10 años muchos evangélicos se han venido a vivir aquí, lo que es una falta de respeto. Nosotros les advertimos con anticipación que mejor sería que se vayan", consideró Ramírez.
José Conde, párroco del santuario del Quinche, recuerda que una mañana convocó a sus fieles a una asamblea para resolver la situación de tensión que se vivía por la presencia de 12 familias evangélicas que decidieron construir un templo. Pero la situación se le escapó de las manos, aseguró.
"El pueblo malinterpretó mis palabras. Decidió echarlos y destruir su templo en defensa de su santuario", dijo el párroco, al reconocer que la presencia de otras religiones en esta región "es cada vez mayor".
Pero América Jaya, una evangelista del Quinche, denunció ante las autoridades que días antes el párroco del santuario de la Virgen le advirtió sobre una posible expulsión, argumentando que en el pueblo no podían existir dos religiones.
Los problemas a causa de la adoración a esta virgen milagrosa no son una novedad, dicen los historiadores. Según documentos de la época colonial, la Virgen del Quinche surgió originalmente en Oyacachi, una población indígena 110 kilómetros al oriente de Quito.
"En el proceso de evangelización, a inicios del siglo XVI, las autoridades eclesiásticas propagaron una leyenda sobre una gran plaga de osos en Oyacachi que devoraban a los humanos", comentó a IPS Manolo Sarmiento, investigador y profesor de la Universidad San Francisco de Quito.
De acuerdo con la leyenda, una señora de tez blanca y cabellos largos "medió ante Dios para que la plaga de osos terminase y entonces los indígenas, en agradecimiento, compraron una imagen muy similar a ella al famoso escultor quiteño Diego de Robles", dijo Sarmiento.
Los milagros de esta virgen pronto llegaron a conocerse en Quito, donde los feligreses se organizaron para exigir a las autoridades de la iglesia el levantamiento de un santuario en honor de la imagen "pero, por supuesto, en un lugar más cercano a la capital", apuntó el investigador.
El obispo católico de aquel entonces no podía pedir el traslado de la virgen pues era propiedad de los indígenas. Entonces "se decidió acusarlos de herejes, con el argumento de que en una ceremonia festiva los indígenas habían adorado la imagen de un oso", dijo Sarmiento.
De esta manera, la escultura de Robles fue llevada hasta El Quinche, donde aún permanece, y en Oyacachi "muchas familias se convirtieron al protestantismo, religión que ahora predomina en ese lugar que descuidamos", reconoce Conde.
Según datos de la iglesia católica, 85 por ciento de los 12 millones de ecuatorianos practican el catolicismo. Pero Eduardo López, pastor de la iglesia evangélica, afirmó que esas cifras distan mucho de la realidad.
Hace 35 años se estableció en Ecuador la Iglesia Evangélica del Buen Pastor, procedente de los Estados Unidos, que comenzó a evangelizar a poblaciones totalmente olvidadas, según López.
Ahora existen decenas de iglesias que se han derivado del Buen Pastor "y podemos hablar de miles de fieles, aunque es difícil establecer un porcentaje", según López.
Los pequeños enfrentamientos entre católicos, evangélicos y protestantes en América Latina son muy frecuentes, comentó a IPS la experta mexicana Alejandra Moreno.
"El catolisismo supo adecuarse a los ritos tradicionales de los indígenas, con fiestas, ceremonias de adoración y toda una estructura económica y jerárquica, como los mayorazgos, que en el protestantismo, por ejemplo, se limita", apuntó Moreno. (FIN/IPS/mg/mj/cr/98
