La ciudad de Babahoyo, en el sudoeste, de Ecuador se ha olvidado del problema de las inundaciones por primera vez en su historia, cuando prácticamente todos los centros urbanos de la costa se encuentran bajo agua a consecuencia del fenómeno del Niño.
Babahoyo, capital de la provincia de Los Ríos, se encuentra a 340 kilómetros de Quito y ha padecido grandes inundaciones desde que se fundó en tiempos de la colonia.
Sus habitantes la llaman con ironía "la Venecia de Ecuador", pues está rodeada por los ríos Las Juntas y San Juan, y por tierras bajas que suelen inundarse tanto por las fuertes lluvias como por el desborde de los cursos de agua.
En las cartas de relación del virreinato a los reyes de España se menciona a Babahoyo como "las bodegas reales". En esta localidad se almacenaban los productos que iban de la costa a la sierra por vía fluvial.
Ya en esos documentos históricos se describe a Babahoyo como un lugar caótico e invivible por los prolongados períodos de inundaciones.
"Babahoyo siempre se ha inundado en el invierno, por el fenómeno del Niño", dijo a IPS Vicente Coello, gerente de la Empresa Municipal de Saneamiento Ambiental de la ciudad.
El Niño es una corriente de agua caliente proveniente del Pacífico sur en diciembre. La temperatura de las aguas marinas llega a 28 grados, lo que provoca fuertes lluvias en las regiones costeras de América del Sur.
"Algunas veces las inundaciones han sido verdaderamente trágicas, como cuando se registró el Niño en 1982 y 1983, y tuvimos unos 1.500 damnificados que perdieron sus hogares, principalmente en el sector suburbano", dijo Coello.
En aquella ocasión, el desborde de los ríos provocó una de las más grandes inundaciones que ha vivido Babahoyo. El agua llegó hasta un metro en la plaza central y la ciudad fue declarada "la capital del desastre", apuntó el funcionario.
"Todos teníamos que ir por las calles en pequeñas canoas", recordó Martha Salazar, trabajadora de la Cruz Roja de Babahoyo. "En un principio los niños se divertían jugando y bañándose con las aguas estancadas, pero después empezaron las epidemias y se volvió algo incontrolable".
La gente que vivía en los pisos altos de los edificios tenía que dar hospedaje a los damnificados, "era una muestra de solidaridad, pero que tuvo consecuencias en la salud de mucha gente", pues de esta manera "las epidemias de cólera, paludismo y otras tantas enfermedades crecían cada día", según Salazar.
Ahora, en el período 1997-1998, cuando el fenómeno del Niño ha llegado con mayor intensidad, "nosotros hemos demostrado que se pueden prever los desastres y evitarlos", apuntó Coello.
En 1992, el municipio de Babahoyo y el Ministerio de la Vivienda iniciaron un proyecto integral para solucionar el problema de las inundaciones.
"El gobierno de Sixto Durán Ballén (1992-96) tuvo mucho que ver en que el proyecto se lleve adelante", ya que "gestionó un importante crédito del gobierno alemán, de 35 millones de dólares, para las obras", dijo a IPS el alcalde de Babahoyo, Julio Touma.
El gobierno de Alemania también participó en el diseño del proyecto y en su ejecución, que fue compartida con la empresa ecuatoriana Coandes.
Touma, quien ha sido reelecto hasta el año 2000, con 64 por ciento de los votos, siendo uno de los políticos locales con mayor popularidad en Ecuador.
"El proyecto es muy simple y es aplicable a otras ciudades del país. Se trata de sacar más agua de la que entra a la ciudad", explicó Coello. Para ello se instalaron seis bombas de extracción que están conectadas a un nuevo sistema de alcantarillado público y transportan el agua a los ríos.
En las épocas de lluvias intensas "los ríos están por encima del nivel de Babahoyo, pero el agua ya no entra porque se han construido unos muros alrededor de toda la ciudad", señaló Coello.
El proyecto de Babahoyo comprende también el tratamiento de aguas negras, que son expuestas en piscinas para la degradación de la materia orgánica y devueltas al río, y la dotación de agua potable para toda la población.
"Es un proyecto que no tiene precedentes en Ecuador y demuestra que todas las tragedias de esta naturaleza son evitables, con la previsión", dijo Eduardo Piedra, de Coandes.
En esta oportunidad, "la población de Babahoyo está disfrutando realmente de su ciudad y ya no padece los graves problemas, como las epidemias, que ahora azotan a Guayaquil, Esmeraldas y otras ciudades del país", concluyó Piedra. (FIN/IPS/mg/ag/en/98