ECONOMIA: Monedas en conflicto con el mercado globalizado /Informe económico de la semana/

Brasil duplicó en algunos años su producto bruto por habitante medido en dólares, mientras que el mismo indicador de riqueza relativa se redujo drásticamente en pocos meses en varios países asiáticos.

Se trata de pases mágicos del mercado de cambios y sorpresas de monedas que se resisten o sucumben ante la globalización

La economía mundial está pendiente de la política cambiaria de China. Una devaluación del yuan, descartada por el nuevo primer ministro Zhu Rongji, agravaría la crisis en otras regiones de Asia, generando nuevas turbulencias en todo el mundo.

En el Mercado Común del Sur (Mercosur), el mayor temor de Argentina es el eventual hundimiento de la moneda brasileña, el real, que podría resultar de una decisión propia o de una fuga de capitales extranjeros siempre anunciada por algunos agoreros.

Corea, Indonesia y Tailandia perdieron en el segundo semestre de 1997 un total de 81.000 millones de dólares de su producto interno bruto (PIB) a causa de la devaluación de sus monedas.

Esa cantidad, calculada para el diario Folha de Sao Paulo por la empresa de consultoría MCM, equivale a la producción anual de bienes y servicios de Venezuela.

La permanente polémica sobre el mercado de cambios, en Brasil y en otros países, sugiere que esa área no admite consenso. No hay criterios comunes ni indiscutibles para certificar la buena relación de valor entre monedas.

Brasil, por ejemplo, que no lograba alcanzar un PIB por habitante de 2.000 dólares, de un momento al otro, con la nueva moneda que adoptó en 1994, multiplicó por dos el indicador, que finalmente, se situó en 1997 en 5.000 dólares.

El dólar es la unidad universal de medida del PIB y el resultado del cálculo casi equipara la economía brasileña a la de China. En efecto, el PIB total de Brasil suma 800.000 millones de dólares, ante 900.000 millones de China.

Pero China tiene una población ocho veces mayor que Brasil y el desarrollo económico de los dos países es similar.

Se trata de cálculos "algo ficticios", admitió el economista José Marcio Camargo, de la Universidad Católica de Río de Janeiro. Los tipos de cambio equilibrados son imposibles por el momento, afirmó.

Un acercamiento a la realidad se puede lograr midiendo el efectivo poder de compra de cada moneda, un ejercicio que muchos economistas hacen con el precio en cada país del "Big Mac", el sandwich de la red MacDonald's.

El uso del Big Mac como factor de comparación eleva el PIB de China al equivalente a cuatro billones (millones de millones) de dólares, señaló Paulo Yokota, un brasileño de origen japonés y experto en economía asiática.

En China, como en otros países socialistas, el Estado presta gratuitamente servicios de salud y educación, y asegura la cobertura a mínimo costo de otras necesidades. La población puede entonces vivir con salarios que en otros regímenes serían insuficientes, y el PIB medido en dólares resulta bajo, explican los economistas.

Las políticas cambiarias mantienen carácter nacional, pese a la creciente sujeción a condiciones y presiones internacionales.

La tendencia actual anuncia la generalización de "una tasa de cambio flexible, determinada por el movimiento de capitales" y con alguna regulación, aunque "en un futuro lejano", dijo Camargo.

En el horizonte también se vislumbra la adopción de una moneda común en los bloques de integración. La Unión Europea (UE) se acerca a ese objetivo, 42 años después de su nacimiento.

Argentina propuso la unificación monetaria del Mercosur, con el propósito de superar "la trampa que representa la convertibilidad", el cambio fijo establecido por ley, señaló el economista.

La creación de una moneda común del Mercosur también protegería a Argentina del riesgo cambiario que ahora presenta Brasil, un socio del que no puede apartarse, pues absorbe un tercio de sus exportaciones.

La política cambiaria brasileña es distinta de la argentina. Determina pequeñas oscilaciones diarias, limitadas por una banda de valor máximo y mínimo y que al cabo del año acumula una devaluación cercana a siete por ciento.

Una gran devaluación del real desencadenaría una grave crisis en Argentina, por su efecto negativo en las inversiones en el Cono Sur de América y porque Brasil es el único mercado en que aquel país obtiene un importante superávit comercial.

Argentina ya enfrenta dificultades con el Fondo Monetario Internacional, por no haber cumplido la meta de contener el déficit fiscal en menos de 5.000 millones de dólares.

En el caso de la UE, los objetivos son distintos, estratégicos. Se trata de crear un mercado que permita a los europeos disputar la hegemonía económica mundial a Estados Unidos y Japón, observó Camargo. El mercado de cambios seguirá por lo tanto como eje del movimiento de la economía mundial. (FIN/IPS/mo/ff/if/98

Archivado en:

Compartir

Facebook
Twitter
LinkedIn

Este informe incluye imágenes de calidad que pueden ser bajadas e impresas. Copyright IPS, estas imágenes sólo pueden ser impresas junto con este informe