El presidente estadounidense Bill Clinton anunció hoy, dos meses después de la histórica visita del papa Juan Pablo II a Cuba, que levantará varias sanciones impuestas contra La Habana en los últimos cuatro años.
La medida, que según subrayaron autoridades del gobierno no es una señal del levantamiento del embargo de 36 años de Washington contra La Habana, permitirá la reanudación de vuelos "charter" (contratados) humanitarios directamente de Estados Unidos a Cuba.
Además, permitirá que familias cubano-estadounidenses remitan hasta 1.200 dólares anuales a familiares en Cuba y simplifiquen procedimientos burocráticos para enviar material médico a la nación caribeña.
Así mismo, el gobierno buscará aprobar legislación que permita exceptuar alimentos y medicinas del embargo.
La secretaria de Estado de Estados Unidos, Madeleine Albright, quien hizo el anuncio, subrayó que estos pasos se tomaron en respuesta a la visita del Papa en enero, durante la cual el pontífice repetidamente criticó el embargo e hizo un llamado a poner fin al aislamiento de Cuba.
Clinton pretende "hacer más tolerable la vida de los cubanos", dijo Albright, subrayando que las medidas fueron diseñadas primariamente para encarar problemas humanitarios en lugar de marcar cambios en la hostilidad de Washington hacia el gobierno comunista del presidente Fidel Castro.
Sin embargo, las nuevas medidas "no reflejan un cambio de la política hacia el gobierno cubano" y Washington mantendrá "la presión económica mediante las sanciones y la ley Helms-Burton", aclaró.
Entrevistado este viernes en la red de televisión estadounidense Cable News Network (CNN), el propio Castro consideró "positivas y constructivas" las informaciones de que el gobierno había decidido tomar estas medidas, destacando que serían de ayuda y conducentes a un mejor clima entre Estados Unidos y Cuba.
Pero, agregó Castro, La Habana deberá estudiarlas a fondo antes de emitir un juicio final.
Las reacciones en Washington fuera del gobierno abarcaron denuncias de grupos anticastristas contra la medida y alabanzas de fuerzas opuestas al embargo, mezcladas con desilusión de que Clinton no haya ido más lejos en respuesta a los llamados de Juan Pablo II.
"Estos son pasos muy pequeños, el gobierno no podría haber hecho menos", dijo Wayne Smith, que encabezó la Sección de Intereses de Estados Unidos en La Habana a comienzos de la década de 1980 y ahora promueve lazos más cercanos con Cuba como analista del Centro para la Política Internacional en esta capital.
Smith, quien la semana pasada presidió una delegación a Cuba que incluyó al recientemente retirado comandante supremo de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), general John Sheehan, dijo que el levantamiento de la prohibición a los vuelos charter humanitarios es la medida más importante de las anunciadas este viernes. (sigue