Los empresarios de la Comunidad Andina (CA) y el Mercosur favorecen la institución de una zona de libre comercio entre los dos bloques y consideran "práctico y cumplible" el esquema negociador que se abrirá el 16 de abril en Buenos Aires.
Los cancilleres del Mercosur (Mercado Común del Sur) y los ministros de Comercio de la CA firmarán ese día el Acuerdo Marco concertado entre los dos bloques sudamericanos, que reordenan el proceso de negociación y fijan dos fases para establecer un área desgravada que comenzará a operar en el año 2000.
Una reunión de la Asociación Latinoamericana de Industrias y Bienes de Capital e Infraestructura (Alabic), este lunes en Caracas, confirmó el respaldo del sector privado al impulso de la liberalización entre Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay (Mercosur) y Bolivia, Colombia, Ecuador, Perú y Venezuela (CA).
"El potencial mínimo de un área sudamericana liberada es de 26.000 millones de dólares", aseguró el brasileño Luis Eulalio Vidigal, del Consejo Industrial del Mercosur, para quien la integración regional pasa por el eje entre los dos grupos sudamericanos.
El dirigente empresarial venezolano Pedro Carmona precisó que para el sector privado andino el Acuerdo Marco tiene la virtud de fijar "reglas administrables y plazos manejables", y de limitar la rigidez negociadora inicial.
El presidente de Alabic, el paraguayo Hugo Barrail, indicó que el Acuerdo que se rubricará el 16 de abril establece "plazos definitivos" que van a facilitar que los empresarios de uno y otro bloque se preparen para el derribo de las barreras arancelarias entre los nueve países.
El secretario general de la CA, el venezolano Sebastián Alegrett, precisó que cada bloque mantiene su proyecto de avanzar a sendos mercados comunes y se promueve sólo una simple zona de libre comercio.
Pero Alegrett afirmó que el proyecto establece una integración "abierta y competitiva", que abandona el esquema defensivo para buscar mayor solidez mutua frente al proceso de globalización.
El Acuerdo Marco fija que hasta el último día de septiembre, un grupo negociador especial se dedicará a extender a todos los acuerdos de preferencias mutuas que se han concedido a lo largo de los años en forma bilateral los países de cada grupo.
Se trata de la llamada consolidación o multilateralización del patrimonio histórico y esta primera y parcial desgravación entrará en vigor el 1 de octubre, según fija el texto del Acuerdo Marco.
Desde octubre y hasta el último día de 1999 se negociará el resto del universo arancelario y se establecerán las normas que regirán la apertura, así como el trato de los productos más sensibles, especialmente los agrícolas y automotores.
Alegrett puntualizó que la zona de libre comercio comenzará a operar el primer día del año 2000. Pero explicó que el plazo en que operará un arancel cero para todo el intercambio se desconoce porque será uno de los puntos determinantes de la negociación.
Bolivia se mantendrá como observador activo en la negociación porque el país ya tiene activo un acuerdo asimétrico de desgravación con el Mercosur desde abril de 1997, pero el proyecto es que este acuerdo converga en el convenio general posteriormente.
Carmona precisó que también se espera que Chile se integre a la zona de libre comercio sudamericana, ya que tiene un acuerdo propio con el Mercosur desde el año pasado y tiene convenios de desgravación con todos los países de la CA, con excepción de Perú.
Vidigal dijo que los empresarios del Mercosur consideran que la liberalización del intercambio sudamericano va a dar mucha fuerza a los dos bloques, porque en muchos foros mundiales estarán hablando "10 voces juntas", si se incluye a Chile.
Barrail dijo que la rúbrica del Acuerdo Marco también refuerza al Mercosur y la CA con vistas a la negociación para establecer un Area de Libre Comercio de las Américas (ALCA), que será lanzada por los presidentes del continente en la II Cumbre Hemisférica, que se realizará en Chile el 18 y 19 de abril.
Aunque el Mercosur cuadriplica el peso económico de la CA, los dos grupos y cada país por separado "tienen mucho que ganar en esta alianza", aseguró Alegrett, y por eso los empresarios de los dos lados "lo perciben como un buen negocio". (FIN/IPS/eg/ag/if/98