De la mano de una nueva tendencia a un mayor protagonismo de los "técnicos" en las decisiones públicas y del descrédito que persigue a las dirigencias políticas, los "gerentes de ciudad" están haciendo aparición en América Latina.
La expansión de esa figura será uno de los temas del octavo Encuentro Regional que organizará la Federación Internacional de Profesiones Inmobiliarias en Punta del Este, Uruguay, en septiembre próximo.
La Federación, que reúne en París a los más de 1,5 millones de afiliados a las cien principales organizaciones nacionales del sector, estima que los "gerentes de ciudad" constituyen una respuesta adecuada a un doble fenómeno.
Este doble fenómeno son la creciente complejidad del manejo de las ciudades y el desprestigio del personal político para asumir ese manejo.
Estos técnicos "especialistas" en administrar recursos físicos y humanos de las ciudades, por lo general de pequeña o mediana dimensión, ya suman cientos o miles en Estados Unidos y Canadá, donde surgieron hace alrededor de un siglo.
Fuera de América del Norte, operan también en Europa y desde hace unos años en América Latina, sobre todo en México y Brasil, donde existen carreras universitarias especializadas en establecimientos privados. En Brasil, cursos de posgrado de esta formación se imparten en 11 ciudades desde hace tres años.
En Argentina, la también privada Universidad de Belgrano de Buenos Aires propondrá una carrera de "gerentes de ciudad" este año y en Uruguay la Universidad Católica prevé hacerlo desde 1999.
La experiencia norteamericana en esta materia inspira los cursos que se imparten en los establecimientos terciarios privados latinoamericanos por acuerdo entre la International City Manager Association y la Federación Internacional de Profesiones Inmobiliarias.
Los "gerentes de ciudad" nacieron, según los promotores de la idea, para dar mayor eficacia a la administración urbana, en tanto son técnicos que pretenden colocarse por encima de los avatares electorales y capaces por eso mismo de encarar políticas a largo plazo no supeditadas a períodos de gobierno determinados.
Según la revista uruguaya Propiedades, especializada en temas inmobiliarios y favorable a la multiplicación de estos técnicos en América Latina, en Estados Unidos y Canadá los "gerentes de ciudad" surgieron para responder a una demanda ciudadana de mayor transparencia y eficacia en la gestión urbana.
En esos países, señala la publicación, "el contribuyente" pedía que "quienes estuvieran al frente de las ciudades fueran funcionarios rentados, debidamente capacitados y que actuaran por fuera de las estructuras partidarias".
Consultadas por IPS, fuentes de la Intendencia (alcaldía) de Montevideo, bajo gestión de la coalición de izquierda Frente Amplio, se mostraron reticentes a aceptar que la gestión de políticas públicas "en ámbitos tan importantes para la vida de las personas como las ciudades esté en manos de técnicos".
"Por mejor formados que estén no son electos por nadie, y el hecho de que no estén ligados a los partidos no tiene por qué significar que no se manejen con determinados principios ideológicos, que pueden ser incluso negativos para el desarrollo de políticas con sentido social y solidario", agregaron.
Trajeron a colación en ese sentido a los funcionarios de organismos como el Banco Mundial o el Fondo Monetario Internacional, que aplican políticas que responden a "lineamientos ideológicos muy claros aunque se digan apolíticos y se escuden en su condición de técnicos".
No obstante, respondiendo a quienes objetan el peligro de que los "gerentes de ciudad" se autonomicen y escapen al control ciudadano, la revista Propiedades señala que en Estados Unidos estos técnicos están colocados bajo el mando de las autoridades municipales o regionales electas.
El caso más notorio y paradigmático de la filosofía de un "city manager" (su nombre en inglés) en América Latina es el del brasileño Jaime Lerner, ex alcalde de la ciudad de Curitiba y actual gobernador del estado de Paraná.
Lerner, uno de los primeros egresados de los cursos de esta especialidad dictados en su país, es citado como ejemplo de "buen administrador", al haber conseguido hacer de Curitiba, a lo largo de tres períodos de gobierno no sucesivos, una capital estadual "verde" (limpia, con niveles muy escasos de polución).
Sus objetores dicen que Lerner llevó a cabo sobre todo una política "cosmética": logró mejorar mucho la imagen de Curitiba y la eficacia de algunos de los principales servicios públicos (en especial el transporte), pero nada hizo en favor de los pobres, a los que "escondió" para que no afearan la ciudad.
También señalan que su condición de técnico (es arquitecto) y su proclamada independencia política no lo colocaron al margen de acusaciones de clientelismo. (FIN/IPS/dg/ag/dv-ip/98