El primer ministro de China, Li Peng, preside el Congreso Nacional del Pueblo en el período anual de sesiones que comenzó hoy. Todas las miradas están puestas en el futuro de la legislatura, que tuvo un breve pero intenso coqueteo con la autonomía.
Las dudas son lógicas si se tiene en cuenta que Li Peng es uno de los políticos más repudiados y autoritarios de la dirigencia china, famoso en todo el mundo por haber sido quien ordenó a los tanques reprimir las manifestaciones a favor de la democracia en la plaza de Tiananmen de Beijing, en 1989.
Li abandonará la jefatura de gobierno tras dos períodos en el cargo y asume la presidencia de la sesión anual del Congreso que comenzó este jueves, en la cual 3.000 delegados se reúnen para aprobar leyes, revisar presupuestos, revisar planes estatales, y efectuar nombramientos para cargos importantes.
Se espera que este parlamento nombrará como primer ministro sucesor de Li a Zhu Rongji, un zar de la nueva economía china.
El Partido Comunista ha tenido el poder en China durante las últimas cinco décadas. La mayor parte de ese tiempo el Congreso operó como una asamblea que aprobaba con los ojos cerrados las propuestas de la dirigencia partidaria. Los parlamentarios eran descritos como «máquinas que alzan las manos».
Pero esa imagen experimentó cambios en los últimos años. El parlamento que alguna vez era considerado como una parodia constitucional destinada a aprobar decretos diseñados por la directiva del Partido comenzó a transformarse en portavoz del pueblo chino, aunque haya sido uno muy discreto.
Ahora se espera una medición de fuerzas al interior de la institución, en especial si Li trata de imponer su agenda a un Congreso que está orgulloso de la pequeña cuota de poder conquistada en los últimos tiempos.
Los analistas políticos más escépticos dudan que al personaje más autoritario del Partido le guste que el parlamento trate cada vez más de demostrar su propia autoridad constitucional.
Afuera del ámbito del gobierno hubo cuestionamientos muy concretos a cesión de la presidencia del Congreso a Li Peng, incluso antes de que se tomara una decisión final sobre su nominación. En muchos casos estaban relacionados con el episodio de Tiananmen.
El profesor de la Universidad de Beijing Ding Ziling, cuyo hijo fue asesinado en la masacre, pidió al Congreso que declarara a Li persona no apta para ejercer la presidencia.
Una carta abierta enviada por siete disidentes de la provincia oriental de Zheijiang que participaron en el movimiento estudiantil de 1989 pidió a los parlamentarios que no votaran por Li Peng pues «sus manos están manchadas con la sangre del pueblo».
Sin embargo, algunos observadores de la realidad china estiman que el Congreso Nacional del Pueblo no abandonará su imagen de institución cada día más independiente, en especial porque Li Peng podría estar interesado en lavar su imagen.
«En los últimos dos años, Li Peng ha estado muy activo en sus intentos por remendar su imagen, y fuera de Beijing le ha ido muy bien», comentó Dali Yang, un investigador de ciencias políticas de la Universidad de Chicago.
Yang considera que Li trataría de evitar altercados con el Congreso, y en vez de eso continuaría con la estrategia de limpiar su imagen, para lo cual «se adjudicaría el crédito de haber utilizado la legislación para impulsar las reformas de China».
En los últimos 20 años, desde que Den Xiaoping inició el proceso de reformas de mercado y de apertura en China, el Congreso ha sancionado 320 leyes.
Un investigador del Comité Permanente del parlamento, Cai Dingjian, hizo notar que este resultado es importante para un país que durante milenios fue gobernado por los arbitrios del imperio del hombre, en vez del imperio de la ley.
«Es cierto que el Congreso aún no ejerce todo el poder que le asigna la Constitución, pero estamos haciendo un gran esfuerzo para que se convierta en una asamblea que represente a cabalidad el interés del pueblo chino», aseguró Cai.
Zhou Wangsheng, profesor de leyes de la Universidad de Beijing, admitió que aún no se ha borrado por completo la imagen de una institución que aprobaba las propuestas a ojos cerrados, «pero lo que síi es evidente es que se realiza un trabajo de alta calidad».
El sistema parlamentario chino es similar al que existe en Europa occidental, basado en el principio de supremacía parlamentaria y no en la práctica de la separación de poderes, al estilo de Estados Unidos o de países de América Latina.
Por esa razón, el Congreso Nacional del Pueblo es la más alta institución legislativa y constitucional.
Se espera que en la sesión anual de 1998 los delegados al Congreso adopten decisiones sobre reformas económicas, desde el fortalecimiento de los problemáticos bancos estatales a la reducción de la burocracia gubernamental.
Una de las demostraciones más reveladoras del nuevo papel asumido por el Congreso se produjo en la sesión de 1996, cuando un número insólito de delegados decidió rechazar la posición fijada por el Partido.
Cuarenta por ciento de los delegados, cifra sin precedentes hasta entonces, decidió rechazar el informe anual del procurador general, lo que reflejó la insatisfacción ciudadana generada por la creciente ola de delitos.
Aunque el informe terminó siendo aprobado con un cómodo margen de votos, lo sucedido en el Congreso constituyó un gesto muy significativo, pues se trataba de delegados que hasta entonces aprobaban los lineamientos entregados por el Partido en forma unánime.
El papel de mayor autoridad que asumió el Congreso en estos últimos años suele ser atribuido a la influencia política del presidente del comité permanente, Qiao Shi, quien ahora abandona su cargo.
Quiao, quien durante años fue considerado como una oveja negra dentro del Partido, lideró el Congreso desde 1993 y en estos años hizo todo lo posible para consolidar su base de poder.
Pero en el 15 congreso del Partido realizado en 1997, Quiao Shi, considerado un importante rival del Presidente chino y jefe del Partido Comunista Jiang Zemin, fue marginado del comité permanente del Politburó de esa organización.
Aunque podría ser elegible para permanecer en el Congreso Nacional del Pueblo otro período, hay una avalancha de rumores asegurando que Quiao se retirará durante esta sesión del parlamento. (FIN/IPS/tra-en/ab/js/lc-mj/ip/98