El ex dictador Augusto Pinochet juró hoy en Valparaíso como miembro vitalicio del Senado de Chile, mientras legisladores oficialistas protestaban y exhibían imágenes del presidente Salvador Allende y otras víctimas del golpe de estado de 1973.
El perímetro del Congreso en Valparaíso, 120 kilómetros al oeste de Santiago, fue escenario por varias horas de violentos incidentes cuando la policía reprimió a miles de manifestantes que se concentaron para expresar su repudio a Pinochet.
El general ahora retirado de 82 años, que encabezó el largo régimen dictatorial desde septiembre de 1973 hasta marzo de 1990, llegó al Senado 24 horas después de entregar al general Ricardo Izurieta el mando del Ejército que ejerció por casi 25 años.
Pinochet, primer y único senador vitalicio en la historia de Chile, prestó juramento junto con 20 senadores electos en los comicios de diciembre último y nueve senadores designados de acuerdo con la Constitución aprobada en 1980.
El ex gobernante de facto será objeto este lunes de una acusación constitucional de insubordinación contra el poder civil bajo el gobierno de Patricio Aylwin (1990-1994), formulada por diputados del Partido Demócrata Cristiano y otras fuerzas oficialistas.
La jornada de este miércoles, que coincidió con el cuarto aniversario del gobierno de ocho años del presidente Eduardo Frei, incluyó también nuevos incidentes callejeros en Santiago, donde la policía detuvo el martes a más de 70 manifestantes.
El hemiciclo del Senado fue escenario de los gestos de rechazo a Pinochet de parlamentarios de la gobernante coalición de centroizquierda, de un conato de riña, incidentes verbales y manifestaciones del público a favor y en contra del ex dictador.
Senadores y diputados de los partidos oficialistas portaron pancartas con imágenes de Allende, del ex comandante del Ejército Carlos Prats, asesinado en Buenos Aires en 1974, y de otras víctimas de la dictadura.
Los parlamentarios mostraron también fotos del asesinado ex canciller Orlando Letelier, de dirigentes políticos desaparecidos y ejecutados y de Miguel Enríquez, líder del Movimiento de Izquierda Revolucionaria, muerto por fuerzas represivas en 1975.
"Era inevitable un gesto así, en contra de quien ha dejado un reguero de dolor, muerte y miseria en gran parte del pueblo chileno", dijo el diputado Nelson Avila, del cogobernante Partido Por la Democracia.
La diputada Isabel Allende, hija del mandatario derrocado en 1973, protestó por la presencia en el hemiciclo del Senado de guardaespaldas del ex dictador que intentaron impedirles el ingreso con las pancartas.
El derechista Sergio Romero, presidente saliente del Senado, amenazó con suspender la sesión ante las manifestaciones contra Pinochet y amonestó al senador socialista Carlos Ominami, que reclamó el uso de la palabra para dejar constancia del rechazo a la presencia del ex dictador.
En los momentos previos al inicio de la sesión, el diputado derechista Sergio Correa abofeteó a su par socialista Jorge Soria, provocando un conato de riña que fue controlado por otros parlamentarios.
El senador Julio Lagos y el diputado Iván Moreira, ambos de derecha, actuaron durante la tensa sesión como virtuales guardias personales de Pinochet, a quien las normas legislativas le impiden ingresar al hemiciclo del Congreso con escoltas armados.
Un manifestante fue desalojado de las galerías del Senado luego de gritar "asesino" al ex dictador, quien mantuvo silencio durante todos los incidentes, limitándose por momentos a sonreir o intercambiar frases al oído con otros senadores.
Protagonistas destacados de las protestas fueron el senador democristiano Jorge Lavendero y la diputada socialista Fanny Pollarolo, quienes lucieron una túnica con nombres de desaparecidos y las palabras "¿Dónde están?" y "Justicia".
Pinochet fue uno de los primeros senadores en llegar al Congreso y abandonó el hemiciclo antes de que finalizara la sesión, descendiendo hasta el estacionamiento subterráneo para abordar su ya clásica limusina Mercedes Benz blindada.
La protesta del Senado se repitió en la Cámara de Diputados, con enfrentamientos verbales entre el oficialismo y la derecha que obligaron a suspender en dos oportunidades el inicio de la sesión de instalación de esta rama legislativa.
La policía de Carabineros dispuso un operativo especial alrededor de la sede del Poder Legislativo para mantener separados a los grupos de manifestantes a favor y en contra de la asunción del ex dictador como senador vitalicio.
Entre los contrarios a Pinochet resaltó la presencia del Partido Comunista, cuya secretaria general, Gladys Marín, resultó con una leve herida en el rostro cuando las fuerzas policiales arremetieron con carros lanzaagua y bombas lacrimógenas.
La presidenta de la Agrupación de Familiares de Detenidos- Desaparecidos, Sola Sierra, sufrió también un corte facial debido al rigor de la represión policial, calificada de inusitada y desmedida por enviados de la prensa local e internacional.
El reportero gráfico Luis Alvarado, del diario La Tercera, fue herido de consideración pues su cabeza chocó contra una pared tras recibir un fuerte chorro de agua.
"Esto es lo que queda de la dictadura en este país. Todavía no tenemos derecho a manifestarnos", reclamó airadamente un sacerdote.
Santiago volvió a vivir incidentes callejeros a raíz de las manifestaciones contra Pinochet, promovidas fundamentalmente por profesores de la enseñanza media y básica que declararon un paro para protestar por su investidura como senador vitalicio.
Las protestas que durante el martes se concentraron en el centro de la capital, se trasladaron en horas de la noche a barriadas periféricas, donde se registraron apagones causados intencionalmente y se consignó un niño herido a bala por desconocidos.
En Concepción, la tercera ciudad en importancia del país, 515 kilómetros al sur de Santiago, se produjeron también incidentes y apagones en manifestaciones contra Pinochet durante el día y gran parte de la noche. (FIN/IPS/ggr/mj/ip-hd/98