El ex dictador Augusto Pinochet entregó hoy el mando del Ejército de Chile, mientras en Santiago y Valparaíso se intensificaban las manifestaciones en su contra, con el marco de incidentes callejeros.
El Colegio de Profesores, en tanto, acordó una huelga para este miércoles en repudio de la investidura como senador vitalicio de Pinochet, quien puso término a 65 años de carrera militar, 25 de los cuales ejerció el mando supremo del Ejército.
El ahora general retirado, que encabezó hasta marzo de 1990 un largo gobierno dictatorial, reiteró en su discurso de despedida la reivindicación del cruento golpe de estado del 11 de septiembre de 1973 como un acto de "restauración de la institucionalidad".
El momento culminante de la ceremonia realizada en la Escuela Militar tuvo lugar cuando Pinochet entregó el bastón de mando y su sable al presidente Eduardo Frei, quien a su vez, dio esos símbolos al nuevo comandante en jefe, el teniente general Ricardo Izurieta.
Para el gobierno, según subrayó el ministro del Interior, Carlos Figueroa, ésta fue una jornada histórica, que marcó la materialización de uno de los pasos fundamentales de la institucionalidad restaurada en 1990.
Figueroa insistió en que es más trascendental el retiro de las Fuerzas Armadas de quien encabezó el largo régimen de facto, que su juramento como senador vitalicio, previsto para este miércoles en la sede del Poder Legislativo en Valparaíso, 120 kilómetros al oeste de Santiago.
El ministro reiteró que para el gobierno es "inconveniente" la acusación constitucional que varios diputados oficialistas se proponen presentar en los próximos días contra el ex dictador por actos cometidos durante la administración del presidente Patricio Aylwin (1990-94).
Pero el Partido Demócrata Cristiano (PDC), al cual pertenecen Frei y Figueroa, desoyó mayoritariamente la opinión del gobierno y acordó dejar en libertad de acción sus diputados, con lo cual dio "luz verde" a la acusación contra Pinochet.
A los 82 años, el ex dictador iniciará la etapa final de su vida como senador, bajo el signo del conflicto y la continuación de la controversia que acompaña a su figura desde el derrocamiento del presidente Salvador Allende, 19 días después de que éste lo designara jefe del Ejército.
Pinochet hizo un emocionado discurso en que homenajeó a todos los uniformados muertos durante el régimen militar y en especial a "los cinco soldados que cayeron en defensa de mi vida" en el atentado del Frente Patriótico Manuel Rodríguez, en 1986.
El ex dictador lloró al referirse a su esposa, Lucía Hiriart, "fuente inagotable de apoyo y comprensión", y terminó su alocución con el grito de "¡Viva Chile!", tras formular votos por "una patria que se proyecte cada día mejor en bien de todos los chilenos".
Como fue siempre su tónica, Pinochet no hizo referencias a las víctimas de las violaciones de derechos humanos y se fue del Ejército sin entregar antecedentes sobre la suerte de los detenidos desaparecidos ni hacer el gesto en pro de la reconciliación que le pidió Aylwin en 1991.
En su último acto protocolar como comandante del Ejército chileno, Pinochet recibió a su homólogo argentino, el general Martín Balza, quien en 1996 hizo una histórica autocrítica pública por los crímenes de la dictadura de su país (1976-1983).
Sola Sierra, presidenta de la Agrupación de Familiares de Detenidos-Desaparecidos, dijo este martes que la investidura de Pinochet como senador vitalicio es una "verguenza internacional" para Chile.
"Pinochet es un criminal" y "debiera estar como preso vitalicio", añadió Sierra, quien afirmó también que la llegada del ahora general retirado al parlamento sólo provocará "más división entre los chilenos".
El senador Jorge Lavandero, del PDC, expresó en Valparaíso su repudio a Pinochet exhibiendo desde su oficina, en el décimotercer piso del edificio del Congreso, un gigantesco lienzo con la leyenda "No se admiten asesinos".
El viceministro del Interior, Belisario Velasco, confirmó que el ex dictador asumirá como parlamentario este miércoles, en la misma ceremonia en que prestarán juramento colectivo los legisladores electos en diciembre último.
Pinochet será el primer y por ahora único miembro vitalicio del parlamento, compuesto por 120 diputados y 38 senadores de elección popular, a los cuales se sumarán también nueve senadores designados, incluyendo a cuatro representantes de las Fuerzas Armadas y de la policía de Carabineros.
Las autoridades montaron un fuerte dispositivo de seguridad en torno del Congreso para impedir choques entre detractores y partidarios de Pinochet. Pero es probable que se produzcan manifestaciones contra el ex dictador en el interior del recinto, por parte de parlamentarios de centro e izquierda.
El centro de Santiago fue escenario este martes del repudio al anciano general en manifestaciones de estudiantes secundarios y universitarios que se enfrentaron con piedras a los carros hidrantes y las bombas lacrimógenas de la policía.
Hasta las 15,30 horas (18,30 gmt) se reportaban 50 detenidos por las fuerzas antimotines de Carabineros, que actuaron con violencia incluso contra la prensa, deteniendo a tres periodistas y lesionando a dos reporteros gráficos y un asistente de televisión.
Frei asistió a la ceremonia de despedida de Pinochet en la Escuela Militar con su esposa, Marta Larraechea, y su ministro de Defensa, Raúl Troncoso.
También lo hicieron el presidente del Senado, el derechista Sergio Romero, el de la Cámara de Diputados, Gutenberg Martínez, del PDC, y Roberto Dávila, que encabeza la Corte Suprema de Justicia.
Frei no formuló declaraciones, pero en una recepción ofrecida al término de la ceremonia hizo un brindis por Pinochet, por el nuevo comandante Izurieta y por el Ejército.
El general Izurieta, de 54 años, declaró por su parte que "el Ejército pertenece a la sociedad chilena, que nos entrega una misión, y ésta es la que tenemos que cumplir". (FIN/IPS/ggr/ff/ip hd/98