CHILE: Deflación es un éxito de medidas contra crisis asiática

La deflación que registró Chile en febrero constituye un éxito para el Banco Central, cuyas medidas para enfrentar el impacto de la crisis asiática fueron duramente criticadas por sectores empresariales.

El índice de precios al consumidor (IPC) cayó 0,1 por ciento el último mes, en lo que constituye la primera "inflación negativa" en el país desde febrero de 1992, cuando la tasa mostró un retroceso de 1,1 por ciento.

El informe entregado este martes por el gubernamental Instituto Nacional de Estadísticas (INE) consignó además una baja de 0,1 por ciento de la desocupación en enero, lo cual viene a ser también un espaldarazo para las políticas del Banco Central.

El instituto emisor concentró desde diciembre sus esfuerzos en la defensa de la política antinflacionaria, con medidas de contención del dólar y con el incremento de las tasas de interés para desalentar el gasto y promover el ahorro interno.

El ministro de Hacienda y jefe del equipo económico del gobierno, Eduardo Aninat, dijo que la deflación de febrero demuestra que las metas macroeconómicas para este año "son alcanzables, por exigentes que ellas sean".

Aninat y el presidente del Banco Central, Carlos Massad, confirmaron en enero la meta de una inflación de 4,5 por ciento, como uno de los objetivos fundamentales para este año del gobierno de Eduardo Frei.

Con el IPC negativo de febrero, la inflación del primer bimestre se sitúa en 0,6 por ciento, y en los últimos 12 meses descendió a 5,2 por ciento, ocho décimas por debajo del crecimiento de seis por ciento que tuvieron los precios en 1997.

La caída del indicador en el pasado mes es un respaldo para "la adecuada defensa de los salarios reales de los trabajadores" que se persigue con la política antinflacionaria del gobierno, subrayó el titular de Hacienda.

Máximo Aguilera, director del INE, puntualizó que la caída del IPC en febrero es un hecho puntual y que sería por tanto incorrecto pretender que la economía chilena está ingresando en un ciclo deflacionario.

Sin embargo, la baja simultánea de los precios al consumidor y de la desocupación configuran un panorama favorable para la economía chilena, que aún en el escenario de la crisis asiática "sigue generando empleo", como dijo Aguilera.

La debacle cambiaria y bursátil del sudeste asiático comenzó a amenazar a Chile en noviembre, cuando subió la cotización del dólar y cayó el precio internacional del cobre, el principal producto de exportación de este país.

Se estima que Chile es uno de los países latinoamericanos más expuestos al impacto del llamado "efecto dragón", por sus vínculos comerciales con Japón y los tigres asiáticos, destino de 35 por ciento de sus exportaciones.

El dólar, que en los 10 primeros meses de 1997 se mantuvo en torno de los 415 pesos chilenos, tiene actualmente una cotización del orden de los 450 pesos, tras alcanzar los 470 pesos en jornadas críticas de enero.

El gobierno y el Banco Central no cedieron a demandas de empresarios ni a los consejos de algunos analistas partidarios de no interferir el mercado cambiario y dejar que el dólar siguiera su tendencia alcista en beneficio de los exportadores.

Massad optó, en cambio, por fortalecer el peso con un aumento de dos puntos de las tasas de interés y echó mano a las reservas internacionales para aumentar la oferta de dólares y contener el precio de la divisa en el mercado libre.

Frei respaldó esas medidas y Aninat polemizó con la Confederación de la Producción y el Comercio, el gran gremio de los empresarios, que en enero planteó una liberalización del mercado financiero para contrarrestar los efectos de la crisis asiática.

Las autoridades desecharon igualmente los pedidos de eliminación del encaje bancario, que obra como impuesto temporal a las inversiones externas no productivas y sirve a Chile de defensa ante la volatilidad de los llamados capitales golondrina.

Los últimos índices de precios y empleo entregados por el INE tendrán un efecto psicológico importante de fortalecimiento de la política de ajuste que el Banco Central está aplicando ante la "fiebre amarilla".

El efecto práctico de esas medidas en el IPC de febrero será seguramente materia de debate, ya que en los propios medios oficiales se admite que el impacto del aumento de la cotización del dólar en los precios es hasta el momento relativo.

Aguilera advirtió que en el último trimestre de 1997, el índice de precios de las importaciones disminuyó 5,7 por ciento, como consecuencia principalmente de la caída de 0,9 por ciento que tuvieron los precios mayoristas en los Estados Unidos. (FIN/IPS/ggr/ff/if/98

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