Los principales antagonistas en la política de Camboya parecen listos para la reconciliación luego de que el depuesto coprimer ministro, príncipe Norodom Ranariddh, anunció el cese del fuego unilateral en el conflicto que mantiene con el gobierno.
Ranariddh, exiliado en Tailandia, dijo el viernes que volverá a Camboya para participar como candidato en las elecciones generales previstas para el 24 de julio.
Desde Bangkok, Ranariddh solicitó que las fuerzas camboyanas que le son fieles declaren el "cese unilateral del fuego" para poner fin a los combates que persisten en forma esporádica en Camboya luego de que el príncipe fuera derrocado por su coprimer ministro, Hun Sen, hace ocho meses.
La tregua es parte de una propuesta de paz, auspiciada por Tokio, que, sorprendentemente, fue aceptada por Hun Sen en su negociación con el canciller de Japón, Masahiko Komura, y permite el retorno sin problemas de Ranariddh a Camboya.
En una estrategia clásica de aproximación al estilo camboyano, el acuerdo japonés incluye el juicio en ausencia de Ranariddh por traición al Estado, el perdón real a pedido de un familiar y su retorno a Camboya para participar en las elecciones.
El plan japonés, denominado Pilar para la Paz, también pide que ambos bandos cesen las hostilidades armadas y que Ranariddh corte sus lazos con los guerrilleros del Jemer Rojo. El juicio será el 4 de marzo y el último día para presentar la candidatura a las elecciones es el 20 de marzo.
Luego de tres años de relativa paz, el caos se apoderó de la política camboyana en julio de 1997, cuando Hun Sen, líder del Partido del Pueblo Camboyano, derrocó a Ranariddh, su par en la jefatura del gobierno, y tomó todo el poder para sí.
Hun Sen sostuvo que Ranariddh, líder del partido monárquico FUNCINPEC, importó armas en forma ilegal y planeaba derrocar al gobierno con la ayuda del Jemer Rojo.
Como otros políticos del FUNCINPEC, Ranariddh debió huir del país durante el golpe. Grupos de derechos humanos denunciaron que muchos de los colaboradores militares y de inteligencia de Ranariddh que se quedaron en Camboya fueron ejecutados.
El golpe de Estado marcó el fin de los tres años de difícil convivencia en el poder entre Ranariddh y Hun Sen, quien formó un gobierno de coalición tras las elecciones de 1993 realizadas después de que una misión de paz auspiciada por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) permaneciera dos años en Camboya.
El acuerdo impulsado por Japón surgió después del fracaso de la mediación de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN), ya que Hun Sen se negó a cooperar con el equipo de Filipinas, Indonesia y Tailandia enviado por la asociación.
La ASEAN se involucró en el conflicto camboyano debido a su declaración pública, pocos días antes del golpe de Hun Sen, de su intención de admitir a Camboya, Birmania y Laos en el grupo regional. Pero la incorporación de Phnom Penh está pendiente desde los acontecimientos de julio.
"La exitosa mediación de Japón en el conflicto camboyano marca la declinación de la influencia de ASEAN y Estados Unidos en la región", opinó un diplomático asiático en Phnom Penh.
El diplomático consideró la preferencia de Hun Sen por la mediación japonesa un desaire a Estados Unidos.
Washington, después de liderar el boicot internacional contra el gobierno de Hun Sen, intentó modificar su actitud, mediar en la celebración pacífica de las elecciones generales y supervisar la situación de los derechos humanos en Camboya.
En el ámbito político interno, es probable que el perdón de Ranariddh por la supuesta "traición" se obtenga sin dificultades, si se tiene en cuenta el flexible sistema judicial de Camboya y la facilidad con que se obtiene el perdón real según el capricho del rey Norodom Sihanouk.
Pero lo que quizá sea más difícil es conseguir que el FUNCINPEC se distancie del ilegal Jemer Rojo. Analistas políticos de Phnom Penh consideran que una de las consecuencias de la crisis tras el golpe de julio fue la relación surgida entre Ranariddh y el grupo ultranacionalista.
El Jemer Rojo, entonces liderado por su ideólogo, Pol Pot, gobernó al país entre 1975 y 1979 y causó la muerte de casi dos millones de personas, por torturas, ejecución y hambre.
Las fuerzas leales a Ranariddh y el Jemer Rojo se unieron, de hecho, en la lucha de los últimos meses contra el gobierno de Hun Sen. Aunque la capacidad de combate del Jemer Rojo está muy limitada, aún se teme que pueda acceder al poder.
"Al alinearse con el FUNCINPEC, el Jemer Rojo intenta recuperar la legitimidad política y también volver a la normalidad, con el evidente motivo de tomar el poder algún día", dijo un analista en Phnom Penh.
El Jemer Rojo se opone terminantemente a Hun Sen y el PPC, al que acusa de ser un "títere de Vietnam".
En 1979, soldados dirigidos por Hun Sen y con el respaldo del ejército vietnamita derrocaron el régimen de Pol Pot. Ranariddh también tendrá dificultades para conseguir apoyo en el ámbito internacional mientras esté relacionado con el Jemer Rojo.
Incluso Estados Unidos, que respaldó en los años 80 a la coalición de Ranariddh y el Jemer Rojo contra Hun Sen, solicitó la creación de un tribunal internacional para juzgar a Pol Pot por crímenes contra la humanidad. (FIN/IPS/tra-en/ss/js/aq/ip/98