"Qué es eso, compañero", la película del director Bruno Barreto propuesta para el Oscar a la mejor producción extranjera, tuvo más espectadores en Estados Unidos que en su propio país, lo que confirma una vez más los riesgos que corren los empresarios del cine en América Latina.
Desde su estreno en marzo de 1997, apenas 277.000 personas vieron la película en Brasil. En Estados Unidos, en tan solo dos meses de exhibición, después de que la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas la ubicó entre las cinco mejores del resto del mundo, ocupó en cambio 400.000 butacas.
El público brasileño también descubrió a otros de sus grandes directores de cine, Walter Salles, después de que obtuvo este año el premio Oso de Oro del Festival de Berlín por su película "Central de Brasil".
La película cuenta la conmovedora historia de amistad entre una profesora jubilada y un niño en busca de su padre, con el telón de fondo de la situación de los excluidos en Brasil.
Para el productor de "Qué es eso, compañero", Luiz Carlos Barreto, también padre del director, la razón de la falta de público en su caso no fue falta de promoción.
La película, que relata el secuestro del embajador estadounidense Charles Elbrick en Rio de Janeiro en septiembre de 1969 por el grupo guerrillero Movimiento Revolucionario 8 de Octubre, tuvo más repercusión en los medios de prensa que en cualquier otro ámbito.
Con un tema polémico, la resistencia contra la dictadura militar, "Four days in september" (como fue titulada en su versión en inglés) fue motivo de debates en medios políticos, diarios, radios, televisión y centros académicos.
"De todas las películas que he introducido en el mercado cinematográfico fue la que tuvo mayor difusión espontánea. Sin embargo, esto no se reflejó en un éxito de taquilla. Nosotros esperábamos por lo menos un millón y medio de personas", dijo Barreto a IPS.
Pionero del cine brasileo, Luiz Carlos Barreto tiene otro hijo cineasta, Flavio Barreto, director de "El cuatrillo", también postulada para el Oscar en 1996.
Luiz Carlos Barreto y su mujer, Lucy, han producido más de 70 películas en Brasil en los últimos 35 años, entre ellas las recordadas "Doña Flor y sus dos maridos" y "Bye Bye Brasil".
"Yo atribuyo la escasez de público en 'Qué es eso, compañero' al exceso de debate político. Transformaron la película en una polémica política y al público no le gusta asistir a una película de discusión de temas políticos", dijo el productor.
"El gran público quiere no solo entretenerse sino emocionarse, y la sala de cine no es un aula", agregó.
Pero según Barreto, que invirtió 4,5 millones de dólares en "Qué es eso, compañero", la polémica distorsionó su verdadera esencia.
"No es una película política, sino humanística, donde los presupuestos ideológicos y políticos no son los principales. Es una película de emoción humana en que tanto los secuestradores, los policías y el embajador están en una situación límite entre la vida y la muerte", enfatizó.
El diputado del Partido Verde Fernando Gabeira, que participó en el secuestro y escribió el libro que dio base al guión, confirma el carácter de "aventura romántica" de la película. "La película es una película. No es un libro, tiene su propio lenguaje", observ.
"Además, la película es una ficción y el libro tiende a ser documental. Por eso la película se ha tomado algunas licencias poéticas y libertades en el texto", sostuvo el diputado, que no podrá asistir a la entrega de los premios Oscar en Estados Unidos porque ese país le negó por tercera vez la visa.
Barreto espera obtener un éxito de taquilla con su nueva producción, "Una aventura de Zico", que se estrenará durante la Copa Mundial de Fútbol en Francia.
El filme tiene como protagonista a Zico, el mayor goleador de la historia de Brasil después de Pelé y actual coordinador técnico de la seleccin brasileña de ftbol. Cuenta la clonación del genial jugador en una típica comedia llena de malentendidos.
Pero el productor dice aplicar en ese tipo de película la misma busqueda de perfección que en "El Cuatrillo" o "Qué es eso, compañero".
"Hoy existe una nueva generación de productores, de directores y de actores brasileños que demuestran que el cine está conservando los mismos valores que en la década del 70, pero que también ha renovado sus valores estéticos", explic.
"Además de hacer un cine más perfeccionado desde el punto de vista técnico, debemos preocuparnos por hacer películas que tengan aceptación en el gran mercado", agregó. En ese sentido, según Barreto, la fórmula del éxito está en "hacer un cine popular, sin que sea popularesco". (FIN/IPS/ff/mj/cr/98