La secretaria de Estado (canciller) de Estados Unidos, Madeleine Albright, informó al Vaticano la ayuda humanitaria que brindará su país a Cuba y pidió que la Iglesia Católica interceda por la liberación de presos políticos en la isla.
Albright se entrevistó el martes durante más de una hora con el secretario de Estado del Vaticano, cardenal Angelo Sodano, y el Ministro de Relaciones Exteriores, monseñor Jean-Louis Tauran.
El papa Juan Pablo II, quien regresó la noche del lunes de una visita de tres días a Nigeria, no participó en la recepción a la funcionaria estadounidense, pero ya la había recibido en audiencia privada, por primera vez el día 7.
El pontífice le reiteró en esa ocasión su rechazo al bloqueo económico de Estados Unidos a Cuba.
Cuba anunció en febrero la liberación de 229 prisioneros, una respuesta al acto de clemencia solicitado por Juan Pablo II durante su visita a la isla en enero.
El portavoz del Vaticano Joaquín Navarro expresó luego de las conversaciones del martes que la situación de Cuba después de la visita del Papa y las medidas humanitarias que el gobierno de Estados Unidos tomará en breve fueron puestos a consideración.
Los funcionarios también intercambiaron opiniones sobre la situación en Africa, en especial después del viaje pastoral del Papa a Nigeria y en coincidencia con la visita del presidente de Estados Unidos, Bill Clinton, a seis países de ese continente.
Además, se intercambiaron informaciones sobre la preocupante situación en los Balcanes y en particular en Kosovo, agregó Navarro.
Dos meses después de la visita del Papa a Cuba y tras 40 años de bloqueo económico, Clinton propuso el día 20 cuatro iniciativas humanitarias hacia la isla.
Estas iniciativas son el restablecimiento de vuelos directos de Estados Unidos a Cuba, permiso para la remisión de dinero de exiliados cubanos a sus familiares en la isla, envío regular de medicinas y una ley de ayuda humanitaria.
La reacción del presidente cubano Fidel Castro fue cautelosamente positiva. "Parecen medidas constructivas" que "podrían contribuir a mejorar nuestras relaciones", declaró a la cadena televisiva estadounidense CNN.
Albright presentó a las autoridades del Vaticano los nombres de cuatro presos políticos cubanos, Vladimiro Roca, Felix Bonne, Martha Beatriz Roque y René Gómez Manzano. Washington confía en que la intervención de la Iglesia Católica derive en su liberación.
La secretaria de Estado expresó también su preocupación por la suerte de cien prisioneros políticos liberados a petición del Papa, de los cuales 20 fueron obligados a exiliarse.
Un funcionario del Departamento de Estado (cancillería) de Estados Unidos dijo que Albright señaló al Vaticano que Washington tomará precauciones para que las medidas humanitarias no beneficien al gobierno de Castro.
El informante, que integra la delegación que acompaña a Albright, expresó que la ayuda humanitaria será controlada por la Iglesia Católica cubana.
Albright precisó en conferencia de prensa que esas medidas no representan ningún cambio en la política de Estados Unidos hacia Cuba y que, por lo tanto, se mantendrá el bloqueo económico.
Por su parte, el arzobispo de la Habana, cardenal Jaime Ortega, declaró a la publicación Familia Cristiana, en su edición del martes, que el bloqueo estadounidense contra Cuba debe concluir.
El religioso sostuvo que la ayuda humanitaria es "solo un paliativo y, en un cierto sentido, casi una limosna ofensiva".
Albright comenzó en Italia una gira europea para convencer a sus aliados de mantener una actitud "firme" ante las autoridades de Belgrado en la crisis de Kosovo.
La funcionaria y su par de Italia, Lamberto Dini, se declararon de acuerdo en mantener una actitud firme respecto de las autoridades serbias de la ex Yugoslavia, pero al mismo tiempo de demandar a Kosovo que acepte una negociación para que esta provincia con mayoría albanesa obtenga una amplia autonomía.
"Debemos estar juntos para mantener la presión sobre Belgrado", declaró Albright en una conferencia de prensa conjunta con Dini. (FIN/IPS/jp/mj/ip hd dv/98