La negativa del ex jefe de la Marina argentina Emilio Massera a colaborar en la investigación del destino del escritor y periodista Rodolfo Walsh, desaparecido junto a otras 5.000 personas en un centro naval, causó indignación entre familiares de las víctimas.
"Fue una presentación surrealista", comentó el presidente del Centro de Estudios Legales y Sociales, Eduardo Mignone, tras escuchar el jueves la negativa constante de Massera a responder las preguntas de la Cámara Federal sobre el paradero de Walsh.
"Me niego a declarar", respondió una y otra vez el ex jefe naval al más de un centenar de preguntas que le formuló el tribunal, mientras afuera los familiares de los desaparecidos manifestaban su rechazo al ex dictador y eran reprimidos por la policía con palos y golpes de puño.
La represión dejó como saldo 28 detenidos, que fueron liberados en la madrugada del viernes, y dos de ellos permanecen hospitalizados como consecuencia de las heridas recibidas.
Ante la negativa de Massera, los abogados de la familia Walsh pidieron al tribunal que se efectúe un inmediato allanamiento a sus viviendas, procedimientos que finalizaron en la madrugada del viernes sin hallazgos de interés para la causa.
El padre de Dagmar Hagelin, una estudiante sueca que fue baleada por miembros de la Marina en un operativo para secuestrar a una dirigente guerrillera, estuvo presente en la declaración y prometió a Massera que "será perseguido por sus crímenes hasta el día de su muerte".
Massera fue convocado para que declare lo que sabe sobre el destino de Walsh, secuestrado, baleado, y presuntamente asesinado por la Marina, y trasladado luego a la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA), adonde funcionaba un centro ilegal de detención.
Por esa prisión clandestina, que estaba bajo la jefatura de Massera, pasaron unas 5.000 personas secuestradas, de las cuales unas pocas lograron sobrevivir y aportaron valiosos testimonios para el juicio por el que fue condenado el ex jefe naval y otros ex comandantes.
Hagelin fue una de las víctimas que estuvo en la ESMA y permaneció allí herida durante varios días hasta su muerte. Su padre, que vive en Estocolmo, viajó a Buenos Aires para estar presente durante la declaración de Massera.
Los jefes militares de la dictadura (1976-83) fueron indultados cinco años después de la condena a cadena perpetua y ahora los familiares de las víctimas sólo pueden reclamar a los responsables que aporten datos para saber la verdad y conocer el paradero de los desaparecidos.
Según testimonios de militares que participaron en la represión, como el ex capitán Adolfo Scilingo, al menos 2.000 prisioneros fueron arrojados vivos al mar desde aviones que partían de la ESMA.
La negativa de Massera a colaborar con la justicia provocó la indignación de los familiares de las víctimas, muchos de ellos miembros de organizaciones humanitarias, que estuvieron presentes durante la sesión y fueron autorizados a formularle preguntas.
"Usted es un cobarde que ahora se ampara en los derechos constitucionales que les negó a 30.000 desaparecidos", le dijo Patricia Walsh, hija del escritor desaparecido, al advertir que la estrategia de Massera consistía en negarse a colaborar en la causa de su padre.
Hagelin le recordó, por su parte, que era "un criminal, un genocida" y que podía negarse a declarar gracias a que había sido indultado por el presidente Carlos Menem, pero que ese perdón no lo eximía de sus culpas por el genocidio. (FIN/IPS/mv/ag/hd-ip/98