El gobierno de Honduras, preocupado por el fenómeno meteorológico del Niño, decretó la compra de electricidad para cubrir el déficit de energía y considera medidas para paliar la sequía que afecta al sur del país.
El presidente Carlos Flores aprobó el lunes la compra de 120 megavatios de energía para suplir la demanda de 740 megavatios que requiere el país, cuya capacidad actual de generación es de apenas 680 megavatios.
Tras reunirse con todos sus ministros, Flores decretó la emergencia energética y sostuvo que eso impedirá un retorno a los racionamientos de electricidad.
El Niño está "golpeando duramente el territorio nacional y ya hay dificultades para satisfacer la demanda de energía eléctrica, porque supera la capacidad de suministro del gobierno", afirmó el mandatario.
Flores, que asumió la presidencia en enero, agregó que Honduras tendría que enfrentar en 1999 racionamientos de energía con graves perjuicios para la economía si no se hubiera decretado la emergencia en el sector eléctrico.
El país se vio sometido en 1994 a 10 meses de 14 horas diarias de racionamiento de luz que dejaron pérdidas económicas estimadas en más de 20 millones de dólares.
La sequía que provocó el fenómeno del Niño está agotando el agua de la principal cuenca hidrográfica del país, conocida como El Cajón.
El gerente de la empresa estatal de energía eléctrica, Manuel Arriaga, dijo que la compra de 120 megavatios tiene por objeto prevenir el racionamiento y evitar el colapso de la principal fuente generadora de energía.
La presencia del Niño tomó de improviso al gobierno, que lanzó un bombardeo publicitario para exhortar a la población a economizar agua y luz y evitar la quema de bosques.
En lo que va de 1998 se han registrado más de 1.600 incendios forestales. Uno de los peores se registró el fin de semana pasado en la cordillera del Merendón, en la costa norte.
Las "travesuras" del Niño, "nos están golpeando duro y debemos frenar la quema en el bosque, proteger las cuencas de agua y garantizar la alimentación a las zonas más dañadas para evitar caer en una emergencia nacional", dijo el ministro de Recursos Naturales y Ambiente, Elvin Santos.
La región sur del país, una de las más pobres, comenzó a sufrir las consecuencias del Niño, como pérdidas en las cosechas de maíz y frijoles. Unos 5.000 pescadores artesanales optaron por suspender su faena ante el constante cambio de mareas.
Saúl Montúfar, integrante del no estatal Comité para la Defensa y Protección de la Flora y Fauna del Golfo de Fonseca, dijo que la presencia del Niño "descontró las aguas y la capacidad de pesca cayó 40 por ciento".
La sequía en el sur desespera a ganaderos y agricultores, que ven secarse las fuentes naturales de agua mientras proliferan las plagas en los cultivos.
Flores anunció este jueves un viaje a esa región para observar en el terreno los efectos del Niño, que recibió su nombre de pescadores peruanos que advirtieron el calentamiento de las aguas en la costa del océano Pacífico cada siete años alrededor de la Navidad.
El gobierno solicitó cooperación del Fondo de las Naciones Unidas para la Agricultura y Alimentación (FAO) para ayudar a los poblados más afectados de la zona sur, al tiempo que gestionó recursos adicionales al Banco Mundial destinados a atender la emergencia. (FIN/IPS/tm/mj/en if/98