Costa Rica pondrá a disposición de compradores internacionales este mes certificados de fijación de carbono por un millón de toneladas, con lo cual inaugura el mercado internacional de servicios ambientales.
Se trata de los "certificados de mitigación de emisiones de gases de efecto invernadero" (CTO, por sus siglas en inglés), que estarán disponibles, en un primer momento, en el Chicago Board of Trade.
La iniciativa, que Costa Rica viene estudiando desde hace algunos años, se concretó gracias a un memorando de entendimiento suscrito con Suiza, "que viene a ser como un tratado de libre comercio, pero en el campo ambiental", aseguró el ministro de Ambiente, René Castro.
Mediante ese acuerdo -el primero que se firma tras la reunión de Cambio Climático celebrada en diciembre en Kyoto-, Suiza se convierte en comprador de servicios ambientales y Costa Rica en proveedor.
Aún no hay una estimación del monto que comprará Suiza, ya que dependerá del acuerdo entre los sectores productivos de ese país para determinar en cuales de ellos se harán las reducciones de emisiones de gases de efecto invernadero.
La reunión de Kyoto autorizó los acuerdos de implementación conjunta, mediante los cuales un país industrializado puede complementar sus compromisos de reducción de emisiones con proyectos en otros países, sobre todo en vías de desarrollo.
Los compromisos adquiridos en la Convención de Cambio Climático obligan a los países industrializados a reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero a los niveles de 1990.
Asimismo, en Kyoto se acordó que las acciones de reducción se harán mayoritariamente en el propio territorio y una parte minoritaria en otros países.
Castro dijo que por el momento se observa la tendencia a ejecutar 80 por ciento dentro del país y 20 por ciento restante en el exterior.
Parte de ese 20 por ciento es lo que pretende capturar Costa Rica como mercado, tomando en cuenta que fijar una tonelada de carbono en el país centroamericano cuesta actualmente 10 dólares, frente a 70 dólares en un país industrializado.
Existen diversas formas de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, por ejemplo a través de la transformación de las flotas de transporte para utilizar electricidad o gas en lugar de combustibles fósiles.
Costa Rica ofrece, por ahora, la alternativa de fijar carbono en sus bosques, que según mediciones de satélite hechas en 1997 cubren 40,4 por ciento de su territorio. Según estudios científicos, aceptados ya en la reunión de Kyoto, los bosques son fijadores naturales de carbono.
Castro indicó que ya este país centroamericano tiene certificadas cuatro millones de toneladas fijadas de carbono, del total de 12 millones que se estima es capaz de producir.
Con el fin de ayudar a la certificación de los ocho millones de toneladas restantes, el presidente del Banco Mundial, James Wolfensohn, prometió a Costa Rica 500.000 dólares durante la visita que realizó la semana pasada a América Central.
"Estamos empezando a vender a 10 dólares la tonelada fijada de carbono, pero creemos que en 10 años este mercado se habrá desarrollado y el precio será mucho mayor, de manera que sea un buen negocio tanto para nosotros como para los países industrializados", indicó. (FIN/IPS/mso/ag/en/98