Un informe la de Comunidad de Desarrollo de Africa Austral (SADC) destaca que en la mayoría de sus 14 países miembros la legislación sobre violencia contra la mujer es débil y no se cumple.
Inculso en Sudáfrica, que tiene la constitución más liberal, las organizaciones de mujeres luchan por leyes específicas y un sistema de justicia capaz de dar soluciones.
SADC está integrada por Angola, Botswana, Lesotho, Malawi, Mauricio, Mozambique, Namibia, República Democrática de Congo, Seychelles, Sudáfrica, Swazilandia, Tanzania, Zambia y Zimbabwe.
En Namibia, la definición legal del delito de violación no contempla que una mujer acuse a su esposo por ese abuso. En Zimbabwe, de tradiciones patriarcales, el hombre es jefe de la familia, y tiene los atributos de decidir sobre el tamaño del grupo familiar y traer otras esposas.
En las sociedades tradicionales, "la violación por el esposo no es un delito, ni siquiera se considera violación. Esto sucede porque la definición de violación no es reconocida. La violación es considerada como tal si el acto es cometido por un extranjero", sostuvo el informe.
La violación ha sido usada por hombres en el mundo como instrumento para controlar la independencia de las mujeres, castigarlas por su desconformidad social y, durante las guerras, humillar a sus adversarios, destacó el documento.
Los jefes de Estado de SADC firmaron en octubre en Blantyre, Malawi, una Declaración sobre Género y Desarrollo la cual los compromete a incorporar medidas para erradicar la violencia contra mujeres y niños.
Pero las dimensiones del problema son desconocidas porque no se ha hecho un estudio sistemático en la región, donde la presión social fuerza a las mujeres a zanjar los problemas de la violencia dentro de las instituciones culturalmente aceptadas, como la familia.
Lillian Patel, ministra de Mujer, Deportes y Juventud de Malawi, dijo que "en general, la cultura desaprueba a las esposas que apelan a las autoridades públicas para recibir protección e indemnizaciones. Esto tiende a ocultar y legitimar la violencia".
Culturalmente, dijo Patel, "el 'No' de una mujer no significa un 'No', sino un 'Sí"'.
En la región, muchos países siguen un sistema legal dual: una ley general heredada de las potencias coloniales, como la ley romano-germana, y la ley consuetudinaria. A menudo ambos sistemas chocan, especialmente en su tratamiento de la violencia basada en el género.
Mauricio, con una de las legislaciones más progresistas de la región sobre violencia de género, recientemente hizo entrar en vigor una Protección de la Ley de Violencia de Género bajo la cual la esposa puede expulsar al esposo de su vivienda en caso de abuso y solicitar una orden de protección del Estado.
"No esperamos a que la violencia real tenga lugar", dijo el ministro de Justicia de Mauricio, Abdool Peero. "Si hay posibilidades de que suceda, un cónyuge puede pedir una orden de protección. Un cónyugue puede aterrorizar al otro sin causarle daño físico".
La conferencia de Durban adoptó una declaración repudiando las distintas formas de la violencia contra la mujer y las proclamó un delito serio.
"Es importante reconocer el hecho de que la violencia contra la mujer es un síntoma de un enfermedad más fundamental en el tejido de la sociedad", dijo el vicepresidente de Sudáfrica, Thabo Mbeki.
"El éxito último de esta lucha radica en la emancipación total de la sociedad en su conjunto, y comprende la potenciación de la mujer para que tenga igual voz e igual acceso a todos los niveles del poder", agregó.
En todo el mundo, los derechos de la mujer continúan siendo violados a pesar de la existencia de instrumentos de derechos humanos como la Convención sobre la Eliminación de Toda Forma de Discriminación contra la Mujer.
En Africa austral, las mujeres también son marginalizadas, en especial la mayoría que vive en áreas rurales. (FIN/IPS/tra-en/gm/kb/lp/hd/98