ASIA ORIENTAL: "Buitres" buscan oportunidades en los despojos

Las compañías de Estados Unidos ya buscan con ojo de buitre oportunidades de inversión en las economías afectadas por la crisis financiera en Asia oriental, según analistas de mercado.

Empresas de esa región de todo tipo y tamaño se derrumbaron en los últimos nueve meses, primero por el peso de la deuda externa que aumentó cuando las monedas nacionales se devaluaron y luego por los rescates financieros internacionales que elevaron las tasas de interés y el desempleo y bajaron la demanda interna.

Gobiernos, empresas y ciudadanos sufren las repercusiones económicas y sociales de los problemas financieros de la región, sobre todo en Corea del Sur, Filipinas, Indonesia y Tailandia, que acordaron con el Fondo Monetario Internacional (FMI) profundos cambios estructurales.

Una de las demandas centrales del FMI es que los países abran sus industrias y mercados financieros nacionales a la propiedad y administración extranjeras.

El FMI supone que esta medida generará ingresos de capital, sobre todo mediante fusiones y adquisiciones a cargo de inversores de Occidente, entre los que figuran corporaciones trasnacionales y oportunistas de "fondos buitres", como se conoce a los inversores en activos en problemas..

Los "buitres" "dirigen su capital hacia las empresas en bancarrota, compran deudas bancarias con valores deprimidos o bonos 'chatarra' en mora, apostando a que la recuperación el valor" de esos créditos, dijo el analista Gregg Wirth.

Los inversores de Estados Unidos, que prefieren el término "fondos de recuperación" al de "fondos buitres", asociaron sus recursos para invertir en compañías asiáticas con problemas y otros activos que perdieron su valor a medida que caían las monedas de la región.

La estadounidense Bankers Trust habría creado un fondo de 1.000 millones de dólares con esa finalidad, según distintos informes. La especialista en seguros American International Group (AIG) anunció el mes pasado que se asociará con otras firmas para reunir 1.000 millones más.

Los inversores mancomunan su capital porque las inversiones de su interés son muy diversas y las oportunidades y riesgos en juego podrían superar la capacidad de fondos más pequeños, según analistas del mercado.

Las compañías esperan utilizar esos fondos para comprar carteras de préstamos de bancos en problemas que desean reducir sus activos y capital accionario de firmas necesitadas de dinero que puedan reestructurarse y vender a medida que se recuperen los mercados.

Las carteras de préstamos bancarios resultan atractivas para estos inversores porque representan la oportunidad de adquirir importantes inversiones de deuda en las compañías de Asia oriental.

Luego, los inversores pueden optar por vender la deuda a mayor precio o convertirla en acciones de las mismas empresas, según su rendimiento. Una manera de aumentar el valor aparente de una compañía es con el recorte de sus costos, en especial los de la mano de obra.

"A pesar de la pérdida de empleos que generan estas situaciones, los 'buitres' apenas pueden contener su alegría", sostuvo Wirth.

Los inversores afirman que "recuperación" es un término más adecuado que "buitre" porque sus inversiones pretenden devolverle la vida a las moribundas empresas asiáticas.

"La venta de algunas de sus empresas más ambiciosas quizá sea una experiencia humillante para la población del este de Asia. Pero cuando se complete la reestructura, la región será más firme gracias a la racionalización de las industrias y el ingreso de capitales extranjeros", argumentó la revista Business Week.

A pesar de los riesgos asociados a la inversión en Asia oriental, las oportunidades que la región proporciona a las empresas estadounidenses son "asombrosas", según la revista.

Mediante las fusiones y adquisiciones, "la crisis regional brinda a las compañías estadounidenses la oportunidad de ganar terreno estratégico, según sus propias condiciones, en economías que aún se espera que estén entre las de mayor crecimiento del mundo en el siglo XXI", añadió Business Week.

"Con la ayuda del FMI surgirán más oportunidades. El FMI presiona para que se revisen las reglas de inversión en Corea del Sur, Indonesia y Tailandia como condición para recibir ayuda financiera, lo que debería facilitar la reestructura", aseguró la revista.

Corea del Sur prometió al FMI que permitirá a los extranjeros adquirir tierras, comprar compañías nacionales y aumentar su participación en las empresas públicas hasta un tercio del capital accionario, frente al 10 por ciento actual, sin tener que pedir la aprobación del gobierno.

Concesiones similares podrían surgir en Indonesia si el presidente Alí Suharto cumple con el compromiso de desmantelar los monopolios en poder de sus familiares y amigos.

Los grupos Samsung, de Corea del Sur, Salim, de Indonesia, y Charoen Pokphand, de Tailandia, se encuentran entre los principales conglomerados empresariales que planean reforzar sus activos con la venta de subsidiarias en los sectores automovilístico, químico y financiero, entre otros.

La venta de compañías en Asia oriental el año pasado fue pequeña. Su valor estimado, 52.000 millones de dólares, representó solo tres por ciento de las ventas mundiales de firmas, informó la publicación comercial M&A Asia.

Esta situación estaría cambiando. Un sondeo entre compañías transnacionales de Estados Unidos y Europa descubrió que 64 por ciento tenía intención de realizar adquisiciones en Asia.

En febrero, la firma de intermediación financiera Merrill Lynch compró 30 sucursales, con 2.000 empleados, de la empresa japonesa en bancarrota Yamaichi Securities, por unos 300 millones de dólares. Southern Co. adquirió el control de la firma de plantas de energía de Hong Kong CEPA, por 2.100 millones.

La cadena hotelera estadounidense Marriott compró los hoteles Renaissance de la compañía New World Group, de Hong Kong, por 1.000 millones de dólares. Coca-Cola absorbió la fábrica embotelladora del grupo Doosan, de Corea del Sur, por 432 millones.

GE Capital, de Estados Unidos, adquirió GS Capital, de Tailandia, especializada en financiación automovilística y 49 por ciento de la firma de financiación al consumo Compañía Pública de Financiación Asiática.

Estas adquisiciones pueden ser especialmente estratégicas, pues las fabricantes de automóviles Ford y General Motors planean ampliar sus actividades en el sector automovilístico y de productos de consumo a la región.

Pero no todos los cazadores de gangas son de Estados Unidos. El príncipe Alwaleed bin Talal, un inversor saudita, compró en los últimos cuatro meses acciones del fabricante de automóviles Proton, de Malasia, la empresa inmobiliaria HPL, de Singapur, y el conglomerado empresarial Daewoo, de Corea del Sur.

"Cuando Asia resurja, y lo hará, será aun más fuerte de lo que era antes de la crisis", dijo Alwaleed a la prensa.

Pero las firmas de la región operan del mismo modo. La First Pacific Co., de Hong Kong, vendió su sector de teléfonos celulares a Hong Kong Telecom, por 350 millones de dólares. El DBS Bank, de Singapur, está en proceso de adquirir el Thai Danu Bank Public y el Banco del Sudeste Asiático, de Filipinas.

Este año trajo para los "buitres" la esperanza de que "la crisis asiática paralice a la economía mundial y beneficie sus negocios", concluyó Wirth. (FIN/IPS/tra-en/aa-amy-js/mk/aq- mj/if/98

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