El Banco Mundial mantiene su respaldo al modelo económico del este de Asia, ya que por encima de la crisis siguen brillando los resultados del "milagro".
"La crisis del este asiático no logra borrar el 'milagro' económico", dijo el vicepresidente y economista jefe del Banco Mundial, Joseph Stiglitz, al dirigirse a un grupo de autoridades, investigadores y economistas reunidos en Colombo para debatir sobre el futuro del Asia meridional.
Stiglitz destacó que los países del sur de Asia deberían fijarse en el este del continente "para comprender lo que se puede lograr, tanto en lo económico como en lo social".
"Hay hechos que no se pueden negar. No existe ninguna otra región en el mundo que haya logrado un aumento tan drástico en sus ingresos, ni tampoco hay otra parte del mundo donde tantas personas hayan superado la pobreza en tan poco tiempo", dijo el representante del Banco Mundial.
Recordó que cuando India y Pakistán conquistaron su independencia hace 50 años, tenían el mismo ingreso per cápita de Corea del Sur, pero ahora ésta tiene un ingreso 10 veces superior al de ambas naciones del sur de Asia.
De acuerdo con un informe del Banco Mundial, en la última década Asia meridional ha sido la región con más crecimiento en el mundo, después de Asia oriental. Esto significa un aumento en los salarios y mayores incentivos para las empresas que desean instalarse en esta región.
"Las tasas de natalidad están bajando en el sur de Asia, lo que se traduce en un incentivo natural para el ahorro, con tasas similares a las que tenía el este de Asia hace unos años", añadió el informe. Pero aclaró que el camino será largo para la región más pobre del mundo.
Stiglitz comprendió las reticencias de países que temen ser arrastrados por la crisis de Asia oriental, pero recordó que el bienestar económico en esa zona produjo progresos importantes como la disminución de la mortalidad, mejor educación y una abrupta reducción de la pobreza.
Se estima que en Asia meridional hay más de 500 millones de personas, o dos de cada cinco habitantes, que viven con menos de un dólar por día, cantidad aceptada como medida internacional de la pobreza absoluta.
Dos de cada seis habitantes de Asia oriental también vivían en estado de pobreza absoluta en 1975, pero esa proporción se redujo y ahora son dos de cada diez.
A mediados de los 70, las tasas de pobreza de India e Indonesia eran más o menos similares, de 64 por ciento. A mediados de los 90 en India, país del sur, ese indicador era de 47 por ciento, mientras en Indonesia que está al este había bajado a 11 por ciento.
Stiglitz dijo que la clave del milagro en el este de Asia fue el crecimiento económico, y destacó que el sur también podría seguir esa senda. Dijo que los gobiernos tendrían más regulaciones financieras y los países podrían aprender sobre las causas que generaron la crisis.
Asia meridional no sólo es la región más pobre del mundo, también tiene los peores indicadores de analfabetismo y desnutrición, situaciones de privación humana, discriminación de la mujer y una militarización que implica un gasto en armas superior a la inversión en desarrollo.
Se trata de la única región del mundo donde no se cumple el patrón mundial de 106 mujeres por cada 100 hombres, pues hay sólo 94 mujeres por cada 100 hombres, lo que significa, según el Informe de Desarrollo Humano 1997, que 74 millones de mujeres están "desaparecidas".
"Crecer en Asia meridional implica una lucha permanente, pero ser una mujer es como no ser una persona. Las mujeres cargan con la mayor parte de las privaciones humanas en esta región", dijo Stiglitz.
Se estima que las niñas de uno a cinco años de Paquistán, Bangladesh e India tienen entre 30 y 50 por ciento más probabilidades de morir que los niños de la misma edad. En algunas regiones, el número de niñas que mueren a esa edad suelen duplicar al de los niños.
Stiglitz señaló que en el sur de Asia también hay menos mujeres desempeñando puestos parlamentarios, ejecutivos y profesionales.
El promedio mundial de participación de mujeres en el parlamento es de 11,4 por ciento. En países nórdicos sube hasta 36 por ciento, pero en Asia meridional baja abruptamente, con 4,8 por ciento en Sri Lanka, 7,2 por ciento en India y 2,8 por ciento en Paquistán.
Sólo Bangladesh aparece cerca de la media mundial, con 11,2 por ciento.
"En Asia meridional ahora es posible hacer esfuerzos para eliminar la desigualdad", comentó el representante del Banco Mundial. (FIN/IPS/tra-en/fs/an/lc-ml/dv-if/98