Una numerosa producción, con inversiones extranjeras y actores de fama internacional, caracterizará este año a la cinematografía en Chile, que se afirma tras años de escasos filmes y bajos presupuestos.
Este año se espera el estreno de cinco filmes, mientras la tónica reciente era de una o dos películas al año, que obtenían escasa aceptación del público.
En abril se estrenará de "El Cautiverio Feliz", de Cristián Sánchez, basada en la novela del mismo nombre del español Nuñez de Pineda, escrita en el siglo XVII, y de "Gringuito", del cineasta Sergio Castilla.
En junio se lanzaría "Last Call", dirigida por la cineasta chilena Christine Lucas, una coproducción con Estados Unidos, cuyo elenco incluye a Peter Coyote y Elizabeth Berkeley.
Desde el estreno en 1997 de la película "Historias de Fútbol", de Andrés Wood, el futuro del cine chileno se ve más auspicioso. Esta cinta, la única local estrenada el año pasado, alcanzó un gran éxito de público y de crítica, situación a la cual no están muy acostumbrados los realizadores chilenos.
Además, para 1998 se espera el rodaje y la posproducción de unas 30 cintas, la mayoría de bajo presupuesto, ya que sólo los directores reconocidos en el exterior, como Miguel Líttin, Ricardo Larraín, Gonzalo Justiniano o Silvio Caiozzi, cuentan con recursos de un millón de dólares o más y repartos internacional.
Ya está en pleno proceso de filmación "El Entusiasmo", una coproducción chilena, española y francesa dirigida por Larraín, consagrado en 1991 con "La Frontera", cuyo elenco incluye a las españolas Carmen Maura y Maribel Verdú.
Otra película en rodaje es "Southern Cross", del estadounidense James Becket, protagonizada por la chilena Valentina Vargas y el británico Malcolm McDowell, el mítico protagonista juvenil de "If" y "La naranja mecánica".
"El Entusiasmo" y "Southern Cross" tienen presupuestos del alrededor de 1,5 millones de dólares cada una, una cifra bastante alta para el medio cinematográfico chileno.
Pero en todo caso, a los directores jóvenes parece no molestarles esta situación. El propio Wood, Cristián Galaz y Marco Enríquez están dando un nuevo rostro a la creación fílmica chilena por el camino de dirigir proyectos baratos pero con historias novedosas.
El financiamiento, la distribución y la aceptación de público son los retos que enfrentran los cineastas a la hora de llevar a cabo un trabajo.
En Chile, la forma más usual de hacer cine es con el subsidio del estatal Fondo Nacional de Fomento de las Artes (Fondart) o la ayuda de familiares, amigos o de algún osado productor.
Los realizadores conocidos en el exterior pueden lograr una coproducción internacional y contar con actores extranjeros.
"Es la única manera de que la gente las vea", comentó Juan Harting, productor de la película chileno-estadounidense "Last Call", quien asegura que el contar con actores conocidos sólo en Chile limita enormemente la distribución internacional.
La posibilidad de realizar películas para la televisión es otra posibilidad para el buscado renacimiento de la filmografía local, según Justiniano.
Desde hace un año, un canal de televisión ha creado espacios donde los directores pueden hacer seriales en celuloide. Los que más se han arriesgado en esta tarea han sido los jóvenes.
Enríquez, por ejemplo, realizó su primera cinta "Bienvenida Casandra" para un canal de televisión y entre los más experimentados, el mismo Justiniano está por estrenar un seriado para la televisión de su filme "Sussi".
La realización cinematográfica difícilmente puede llegar a buen término si no tiene una producción eficiente. Pero en Chile esta tarea es especialmente compleja.
Harting, productor de los filmes más prometedores que se están realizando en el país, dijo que hay muchos directores jóvenes talentosos, "lo que no hay son productores".
"La gente está expectante por la producción nacional y aunque siempre cuesta encontrar dinero para filmar, se está creando todo un ambiente favorable a la producción", comentó Pepe Torres, productor de "Historias de Fútbol".
Sin embargo, el renacimiento de este año puede ser efímero y muchos expertos coinciden en que el cine chileno no surgirá definitivamente sin una legislación favorable para la creación cinematográfica.
Hasta ahora, los parlamentarios no han demostrado interés en esto. "Existe una nula capacidad política del gobierno para generar mecanismos que ayuden a la filmación", señaló Justiniano. (FIN/IPS/amz/ag/cr/98
