(Arte y Cultura) BOLIVIA: Obras de gasoducto desentierra sitios arqueológicos

Vasijas, ruecas, cerámica ceremonial y doméstica, y más de un centenar de objetos que testimonian la presencia de asentamientos prehispánicos en el oeste de Bolivia fueron desenterrados durante la construcción del gasoducto a Brasil.

El hallazgo, ocurrido en la región de Río Grande, 950 kilómetros al este de La Paz, causó fuerte impacto en medios culturales bolivianos, porque evidencia que en este país hay una gran cantidad de sitios arqueológicos, estimados en unos 35.000.

El descubrimiento ocurrió cuando empresas constructoras del gasoducto abrían una brecha de 30 metros de ancho en medio de la selva de Santa Cruz y excavaban un canal para colocar la tubería de 32 pulgadas de diámetro y 3.061 kilómetros de largo que unirá Río Grande con Sao Paulo.

"Es un lugar que ha sido habitado quizás por un pueblo de cien personas, dedicado a la agricultura y a la cerámica de múltiples usos", comentó el arqueólogo estadounidense Emelin Myers, quien trabaja en la búsqueda de restos.

Los arqueólogos y antropólogos que acompañan el tendido del gasoducto utilizan moderna tecnología en la excavación de pozos. En menos de una semana exploraron en 20 pozos, encontrando restos en 19 de ellos.

"Tenemos muchos materiales, vamos a demostrar la existencia de culturas que verdaderamente han sobrevivido en ese lugar", aseguró Juan Domingo Faldin, arqueólogo del equipo de la Dirección Nacional de Arqueología de Bolivia (Dinaar).

Más cauto, Myers dijo que en el sitio posiblemente existió un pueblo del que no se sabe si vivía en las cercanías del río que pasa por allí o si se movilizaba en diferentes épocas del año, o si acudían al lugar sólo para llevar agua.

Lo que queda claro es que la civilización prehispánica que habitó en el lugar o sus cercanías se dedicó a la actividad agrícola y utilizaban cerámica para preparar o convervar sus alimentos.

Los expertos no se atrevieron a estimar la probable antigüedad de los restos arqueológicos.

Otros cuatro sitios fueron encontrados en el otro extremo del gasoducto, en la región de Puerto Suárez, en la frontera con Brasil, con grandes posibilidades de ser asentamientos, según el arqueólogo José Estévez, supervisor de la Dinaar.

La construcción del gasoducto es una de las mejores oportunidades que tiene la Dinaar para registrar en forma continua 557 kilómetros de movimiento de tierra, longitud que tendrá el gasoducto en construcción en la parte boliviana.

Un convenio firmado entre la Dinaar y la empresa Enron, socia mayoritaria en la construcción del gasoducto entre Bolivia y Brasil, permite supervisar el avance de los trabajos y evitar la destrucción de signos de asentamientos precolombinos, como los hallazgos de Río Grande.

En cumplimiento de ese acuerdo, Enron contrató a un equipo de consultores extranjeros especializados en arqueología y antropología, que junto con expertos nacionales enviados por Dinaar controlan los trabajos de apertura de sendas.

El grupo de investigadores continuará acompañando la construcción del gasoducto dentro del territorio boliviano para establecer la posible existencia de más sitios arqueológicos en la región selvática del este del país. (FIN/IPS/jcr/ag/cr/98

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