La Alianza de oposición en Argentina, que causó hace cinco meses la primera derrota del oficialismo en 10 años, se proyectó como una sombra sobre el presidente Carlos Menem. Ahora, los términos se invirtieron.
Menem es hoy el que siembra dudas y conflictos en el camino de la oposición con su amenaza de que competirá por la reelección cada vez más firme.
La cúpula de la Alianza se reunirá este martes para preparar la resistencia a una nueva reelección de Menem que, a pesar de estar vedada por la constitución, cobra cada vez más fuerza entre funcionarios y empresarios y de parte del propio presidente.
La Alianza, una fusión de la Unión Cívica Radical y el Frente País Solidario, evalúan la posibilidad de llamar a una protesta con golpes de cacerolas para resistir la ofensiva y dar intervención a organismos internacionales para que manifiesten la imposibilidad de un tercer período de Menem.
En lo que va del año, la Alianza, que había logrado arrebatar la iniciativa al oficialismo con la victoria en las elecciones legislativas de octubre, fue perdiendo terreno por diferencias internas en torno a los derechos humanos y al mecanismo de designación de sus candidatos a la presidencia para 1999.
La Alianza, lejos de ocuparse de abordar el alto desempleo, la pobreza creciente o la corrupción, que fueron los asuntos clave para su triunfo electoral, está marchando al ritmo de la ofensiva del gobierno por la reelección de Menem, coinciden analistas.
Mientras tanto, Menem, que fue elegido por primera vez en 1989 y reelegido luego de una reforma constitucional que permitió esa posibilidad en 1995, no rechaza su voluntad de continuar un nuevo período al frente del gobierno, impulsado por funcionarios y legisladores de su partido, el Justicialista.
Los colaboradores proponen reglamentar el proyecto de consulta popular para llamar a una nueva reforma constitucional que elimine la cláusula que admite solo una reelección consecutiva.
Otros buscan el consenso de los jueces de la Corte Suprema de Justicia para que avalen las presentaciones judiciales que consideran "proscripto" a Menem.
El jefe del Gabinete, Jorge Rodriguez, consideró este fin de semana que Menem no sólo es "el candidato ideal" del oficialismo, sino que aseguró que la Constitución "no es inamovible" sobre ese punto.
Menem, que en principio rechazaba esa alternativa, comenzó a mostrar interés en la reelección si se allana el camino constitucional y si los votantes así se lo reclaman a través de una consulta popular.
Rodriguez afirmó que Menem "tiene la legítima aspiración de regir los destinos de la patria en caso de superar los impedimentos constitucionales".
Menem no está en su mejor momento de popularidad, según las encuestas. Un sondeo de la consultora Gallup a fines de febrero muestra que el mandatario tiene apenas 18 por ciento de imagen positiva, y que apenas 17 por ciento considera positiva su gestión.
Otra encuesta, realizada por la firma Mora y Araujo, coloca en primer lugar a una dirigente aliancista, la diputada Graciela Fernndez Meijide, con 20 por ciento de respaldo. La sigue otro dirigente aliancista, el jefe del gobierno de la ciudad de Buenos Aires, Fernando de la Rúa.
En tercer lugar se ubicó un candidato del justicialismo, el gobernador de la provincia de Buenos Aires, Eduardo Duhalde, cada día más alejado del presidente.
Duhalde advirtió que podría competir con Menem en elecciones internas para determinar quién es mejor candidato, y aseguró que un gobierno suyo tendrá mayor acento en lo social que el actual.
Cuatro candidatos siguen detrás de Dualde en la encuesta hasta llegar a Menem, que fue incluido en el sondeo a pesar del impedimento constitucional para ser candidato. En ese sondeo, apenas tres por ciento anticiparon su voto al actual presidente.
El dirigente aliancista Rodolfo Terragno exhortó a ignorar las maniobras del gobierno por reterner el poder en 1999, que deben ser interpretadas como "manotazos" de un presidente que sabe que termina su tiempo.
No todos los políticos de la Alianza coinciden con Terragno. El diputado Carlos Alvarez cree que no se puede "minimizar" la voluntad del gobierno de perpetuarse porque, a su juicio, Menem es una persona "inescrupulosa" que no reparará en impedimentos constitucionales si realmente quiere la reelección.
A pesar de esta aparente urgencia, que podría amenazar el camino de la Alianza hacia el gobierno en 1999, la oposición se limita a responder los desafíos del oficialismo, comenzando por la reelección, que comenzó siendo casi "delirante" para convertirse en un punto ineludible del debate poltico. (FIN/IPS/mv/mj/ip/98
