ARGENTINA: Automóviles superan impacto de crisis en Asia y Brasil

La producción de automotores en Argentina, que se redujo a fines de 1997 por la crisis asiática y su impacto en Brasil, registró una franca recuperación en este primer bimestre, al aumentar 29 por ciento respecto de igual período del año anterior.

Luego de un diciembre signado por la crisis financiera en el sudeste asiático y el consecuente ajuste fiscal en Brasil, la industria automotriz argentina decidió frenar la producción, suspender personal y adelantar vacaciones, para absorber la caída de la demanda concentrada en el Mercosur.

Pero la producción de enero creció respecto de igual mes de 1997, y lo mismo ocurrió en febrero, aún cuando la tormenta financiera podría no haberse alejado del todo. Los empresarios, entusiasmados, pronostican que para este año la fabricación de automotores podría superar las 480.000 unidades.

La industria automotriz se erigió en uno de los sectores más dinámicos de la economía argentina de los años 90. En 1997, la facturación por ventas alcanzó los 8.500 millones de dólares, lo que representa 2,6 por ciento del producto interno bruto.

La Asociación de Fábricas de Automotores de Argentina sostiene que este dinamismo se apoya en la estabilidad de precios en el mercado interno, las posibilidades que ofrece el Mercosur, el marco regulatorio que rige a la actividad y la apertura comercial, un atractivo adicional para las inversiones.

Si bien en Argentina la política de estímulos al inversor extranjero en el sector automotor dista de las ventajas que ofrece Brasil, los industriales locales estiman que entre 1990 y el año 2000 se habrán concretado inversiones por más de 5.500 millones de dólares.

El despegue de esta industria fue paralelo a la estabilidad. En 1991, cuando entró en vigor el plan de libre convertibilidad del peso, que puso fin a la emisión monetaria descontrolada, la producción era de 139.000 unidades. Para 1997 creció a 446.000.

Si se mide en forma anual, el crecimiento promedio del sector fue de 28,5 por ciento al año en este período, incluyendo la crisis desatada a raíz de la devaluación mexicana de 1994 y el llamado "efecto Tequila".

En 1995, la recesión provocada por la crisis mexicana impulsó una caída de 30 por ciento en la producción, al pasar de 408.700 unidades (1994) a 286.000. A partir de allí comenzó la recuperación: en 1996 se fabricaron 313.152 vehículos y en 1997 446.000.

Para este año se prevé todavía un crecimiento mayor de la producción, mientras continúan las negociaciones en el Mercosur por la puesta en marcha de un régimen automotor común hacia el próximo milenio, que podría significar un nuevo estímulo.

De esta manera, mientras la industria automotriz de países industrializados como Estados Unidos, Japón y los miembros de la Unión Europea se plantean fórmulas para superar el estancamiento en sus mercados, en América del Sur persiste todavía un período de expansión de la actividad.

Si bien hay algunos signos que indican que la capacidad de producción comienza a ser mayor que la demanda, los industriales en esta región se mantienen optimistas para el corto y mediano plazo, y entusiasmados por la capacidad de recuperación de su sector. (FIN/IPS/mv/ag/if/98

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