El Banco Interamericano de Desarrollo (BID) lanzará este año un programa para fortalecer a pequeñas entidades financieras y ONG que otorgan créditos a microempresas en América Latina y el Caribe, informó en México una alta fuente del organismo multilateral.
Los recursos del programa, de 10 millones de dólares, se canalizarán a través del Fondo Multilateral de Inversiones, administrado por el BID, según anunció su gerente, Donald Terry, durante el Foro Interamericano de Microempresa que se celebra esta semana en la capital de México.
El anuncio fue aplaudido por los 300 expertos latinoamericanos que participan en el encuentro, pues satisface una de las mayores necesidades de este sector, que genera casi 80 por ciento de los empleos en la región.
El objetivo del Foro, en el que participan hasta este sábado representantes de 26 países, es analizar mecanismos que promuevan cambios legislativos y políticas públicas que favorezcan el desarrollo de la microempresa, así como encontrar alternativas creativas para acceder al crédito bancario.
En América Latina y el Caribe existen unos 50 millones de microempresas, que emplean un máximo de 10 personas cada una.
Se calcula que 120 millones de personas trabajan en el sector, pero sólo una de cada 20 microempresas tiene acceso al crédito, casi siempre a través de programas administrados por organizaciones no gubernamentales (ONG) y solventados con donaciones.
El apoyo a la microempresa se da en tres niveles, según las características del sector social al que van dirigidos: los bancos comunales, los grupos solidarios y los préstamos individuales.
La mayoría de los propietarios y empleados de microempresas son personas de bajos recursos que han encontrado en un pequeño negocio familiar la única opción para sobrevivir.
Existen modelos exitosos de ONG latinoamericanas dedicadas a financiar microempresas con operaciones crediticias de pequeña escala, logrando bajas tasas de morosidad y altas tasas de retorno sobre sus inversiones.
Asimismo, algunas ONG se han convertido en entidades financieras formales, como los bolivianos Banco Sol y Caja Los Andes, que gracias a su transformación ahora pueden captar depósitos, recibir inversiones y expandir sus operaciones.
Al cierre de 1997, Banco Sol operaba 76.500 créditos por un monto total de 63,8 millones de dólares, con un crecimiento en su portafolio de crédito de 33 por ciento respecto del año anterior, mientras que Caja Los Andes manejaba 26.500 créditos por 20,3 millones de dólares, 71 por ciento más que en 1966.
El superintendente de Banca y Entidades Financieras de Bolivia, Trigo Lubier, dijo a IPS que el liderazgo de su país en microfinanzas se debe fundamentalmente a que se ha establecido un marco regulatorio muy claro para la actividad y el desarrollo de estas entidades.
"Las organizaciones financieras y las ONG contaron con muy buen financiamiento al principio como capital semilla", afirmó.
"Pero para seguir creciendo necesitan captar depósitos y eso concierne al Estado, de modo que las hemos constituido como fondos financieros privados, con estatus jurídico de sociedades anónimas que les permite trabajar mucho mejor", añadió.
Lubier indicó que el proceso de constitución de fondos privados ha sido exitoso y que para este año se espera pasar de seis a 10 entidades financieras bajo la regulación de la Superintendencia, con lo que quedarán formalizadas cerca del 90 por ciento de las ONG que trabajan en Bolivia.
El marco regulatorio debe responder a la ley de bancos para crear un tratamiento diferente que responda a las características específicas de las microfinanzas, por lo cual deben establecerse adecuaciones legales. "Si existe voluntad política no es difícil y se puede lograr", aseguró Lubier.
La jefa de la Unidad de Microempresa del BID, Marguerite Berger, dijo a IPS que Bangente (Banco de la Gente Empresarial) de Venezuela, asociado a un banco comercial y a dos ONG, está formando una nueva entidad bancaria popular, así como el Banco Solidario de Ecuador, creado en base a una alianza similar.
Berger destacó que existen también otras importantes experiencias de alianzas estratégicas, como la creación en Perú de los Bancos Municipales, organizaciones financieras formales de propiedad de las municipalidades.
En cuanto a la expansión del modelo en América Latina, Berger dijo que los mercados clásicos para microfinanzas son América Central y la región andina, donde la mayoría son microempresas y casi no existe pequeña ni mediana empresa.
Como ejemplos citó al MultiCredit Bank de Panamá, afiliado a la Red de Acción Internacional, y la Caja Social de Colombia, el cuarto banco de ese país propiedad de la Fundación Social, que trabaja con personas de escasos recursos y que actualmente está desarrollando nuevos productos para las microfinanzas.
En Perú, se están expandiendo las organizaciones financieras sin fines de lucro, que trabajan en favor de la microempresa extendiendo préstamos y otros servicios financieros a personas pobres, dijo a IPS la vicepresidente ejecutiva de Acción Internacional, María Otero.
La funcionaria destacó la transformación de Acción Comunitaria de Perú, que atiende a más de 30.000 clientes en Lima y acaba de transformarse en el banco comercial privado MiBanco, que abrirá sus operaciones en mayo próximo con planes de llegar a 100.000 clientes en poco tiempo.
Enrique González Torres, rector de la Universidad Iberoamericana de México, sede del Foro sobre microempresa, anunció la creación de un plan de estudios multidisciplinarios en materias contables y administrativas, de investigación, capacitación y asesoría para apoyar al sector en la región. (FIN/IPS/mb/ag/if/97