El Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional (FMI) deben condicionar sus préstamos a políticas de empleo, para enfrentar la creciente desocupación en el mundo en desarrollo, propuso en Brasil el coordinador técnico del Parlatino, Alfredo Jiménez.
Esa idea debe ser promovida por el Parlatino (Parlamento Latinoamericano), dijo Jiménez, que también se declaró partidario de sugerir a las instancias mundiales la creación de un Fondo Internacional para Generación de Empleo.
El desempleo fue la preocupación central de parlamentarios latinoamericanos que el viernes y este sábado participaron en Sao Paulo en reuniones de las comisiones de Asuntos Laborales y Previsionales, de Economía y de Servicios Públicos del Parlatino.
Los organismos multilaterales suelen conceder créditos a países latinoamericanos para la compra de medios tecnológicos que reducen la utilización de mano de obra, agravando el desempleo. Ese enfoque debe modificarse, comentó Jiménez.
El diputado comunista brasileño Aldo Rebelo manifestó escepticismo en materia de recomendaciones al FMI y Banco Mundial. Esas agencias figuran entre los responsables de políticas que recortan el empleo, arguyó.
Los parlamentos pueden contribuir a una solución, según Rebelo, rechazando los proyectos de ley que estimulan el desempleo.
El diputado mexicano Javier Paz Zarza bosquejó un cuadro dramático de la situación laboral en su país. Sólo tienen empleo estable 15 millones de los 35 millones de trabajadores que conforman la población económicamente activa de México, y únicamente cuatro millones están afiliados a sindicatos.
Así mismo, ocho millones de niños son obligados a trabajar para contribuir a la subsistencia de su familia, y la mauoría de los siete millones de jubilados perciben en promedio sólo 7,50 dólares al mes. Por último, 47 por ciento de los trabajadores se desempeñan en el sector informal, dijo Paz Zarza.
Los pobres son 55 millones, sobre una población total mas de mitad de la poblacin de 95 millones, y 27 millones pertenecen a la categoría de la pobreza extrema. Ese cuadro es consecuencia de "los 70 años de dictadura del PRI" (el gobernante Partido Revolucionario Institucional), agregó.
Paz Zarza es miembro del opositor Partido de Acción Nacional y propone un "modelo alternativo" para la economía mexicana, basado más en la solidaridad y la dimensión humana que en el capital.
Su colega Juan Antonio Prats, del Partido de la Revolución Democrática, también opositor, destacó que la poltica oficial invierte las prioridades al "exterminar" las micro, pequeñas y medianas empresas, que generan 97 por ciento de los nuevos empleos.
Prats reconoció que la zona norte de México registra crecimiento económicos, pero en base a capitales extranjeros y grandes empresas, que poco contribuyen al empleo.
Un grave problema es la desocupación juvenil, "que siquiera es desempleo, ya que millones de jóvenes aún no han obtenido su primer empleo", dijo.
El senador paraguayo Juan Maria Carrén, del opositor Encuentro Nacional, tiene un enfoque ambiental para la cuestión. Al respecto, señaló que el deterioro de la tiera y de los recursos hídricos, efecto de una producción agrícola no sustentable, determina el desplazamiento de la población a nuevas áreas.
Se trata de un proceso generalizado y especialmente grave en Africa, donde la destrucción de los bosques facilita el avance de los desiertos. Pero también se observa en América Latina desde hace 50 años, advirtió el diputado paraguayo.
Como ejemplo, mencionó las grandes olas de migración en Brasil, del nordeste al sur, del estado de Sao Paulo a Paraná y de éste a Paraguay, donde viven centenares de miles de brasileños. También se registran actualmente fuertes movimiento de población en Guatemala, Nicaragua, Ecuador y Perú, agregó.
Los campesinos abandonan tierras empobrecidas para asentarse en otras zonas rurales o en las ciudades, aumentando la población desocupada. Las políticas de la mayoría de los países latinoamericanos sólo "producen y reproducen el desempleo", dijo Carrén.
A su juicio, esa secuencia de destrucción ambiental, desplazamiento de pobladores del campo y desempleo debe ser enfrentada con políticas de desarrollo sustentable. El diputado calculó en 27 millones de hectáreas las tierras agrícolas devastadas en América Latina en los últimos 50 años. (FIN/IPS/mo/ff/en lb/98