Los países de América Latina dejaron de ser sólo productores o lugares de tránsito y almacenamiento de drogas para convertirse en países de consumo, y a niveles alarmantes, señalaron funcionarios y expertos de la región reunidos en México esta semana.
Los participantes evaluaron entre miércoles y viernes las estrategias de prevención de sus gobiernos y acordaron fortalecer programas de capacitación e intercambio de experiencias para revertir el creciente uso de drogas, convocados por la Comisión Interamericana para el Control y del Abuso de Drogas (CICAD).
La CICAD, un grupo de trabajo especializado de la Organización de Estados Americanos, asegura que el consumo de drogas va en aumentado en todo el continente.
"Son los consumidores los que empujan la maquinaria nefasta del tráfico ilícito de estupefacientes y por esa razón la estrategia antidrogas de las naciones del continente, aprobada en 1996, reafirma el compromiso de los gobiernos para reducir la demanda", dijo a IPS la especialista de la CICAD Ana Chisman.
"Las encuestas son tentativas aproximadas, el problema debe verse desde el sentido humano", señaló Miguel Añez, director general de Rehabilitación del Minesterio de Gobierno (Interior) de Bolivia.
"Necesitamos organizar el tipo de tratamiento y hemos aceptado que debemos hacer un trabajo interdisciplinario", añadió.
En Bolivia, según una investigación efectuada en 1992, de cada mil habitantes adultos 24 habían probado cocaína por lo menos una vez al año. "En 1996 se constató que el número se había duplicado y ya eran 50 de cada mil", afirmó.
En América Latina hay un "aumento epidémico" del consumo de drogas, dijo a IPS el subsecretario de Prevención y Asistencia de la Drogadicción de Argentina, Alfredo Mirolli.
El funcionario indicó que su país desarrolló un programa de prevención primaria, que se basa en la participación y movilización comunitaria, y en el concepto "de educadores de a pares".
El método que consiste en dictar cursos de 120 horas para que docentes capaciten a docentes, jóvenes a jóvenes, obreros a obreros.
"Sería imposible para nosotros hacer confluir a la totalidad de los docentes de Argentina, pero si en cada región capacitamos a un grupo para que eduque a sus pares, la tarea se multiplica y se hace más fácil", señaló Mirolli.
De manera simultánea, se establecieron normas en los centros de atención de pacientes con el objeto de "evitar acciones que pudieran dañar, en vez de ayudar al ser que padece y sufre, que es el drogadicto".
"El drogadicto no es un vicioso, es un enfermo y como tal necesita una atención humanitaria y profesional", manifestó.
Con esto coincidió el representante de Ecuador, José Ferrín, secretario ejecutivo del Consejo Nacional de Control de Sustancias Estupefacientes y Psicotrópicas.
El gobierno de ese país andino dispuso que 3.000 consumidores de drogas, que permanecían detenidos en las cárceles, se integraran a comunidades terapéuticas.
En Argentina, la edad de inicio de consumo de marihuana se ubica en los 14 años. En el caso de la cocaína, los estudios indican que 0,9 de la población sufre adicción severa.
Mirrolli informó que en abril concluirán en su país dos años de investigación dirigidos a descubrir las sustancias que se consumen y el perfil de los consumidores.
"Estamos siendo víctimas de estrategias de promoción al uso de drogas y debemos ser más astutos en lograr estrategias de prevención", dijo el representante de Argentina.
Los jóvenes buscan satisfacer de manera natural su necesidad de pertenencia y "debemos estar atentos y alertar que las drogas al destruir la personalidad no generan pertenencia sino esclavitud, pero sobre todo hacer ver que sí es posible derrotar a los narcotraficantes, que no son invencibles", expresó.
En otros países se hace esfuerzos similares, sin embargo, aún faltan recursos financieros suficientes, reconoció el representante de Ecuador. (FIN/IPS/mb/ag/ip/98