AMBIENTE: Tratado de cambio climático no dañará economía de EEUU

El gobierno de Estados Unidos declaró que la implementación de un tratato internacional sobre el recalentamiento del planeta sólo tendrá un impacto "modesto" en la economía del país.

"Podemos trabajar para evitar los grandes riesgos del cambio climático y a la vez mantener la fuerza de la economía", dijo Janet Yellen, presidenta del Consejo de Asesores Económicos del presidente Bill Clinton.

Yellen brindó testimonio el miércoles ante el Comité de Comercio de la Cámara de Representantes, dando el primer análisis económico oficial del histórico acuerdo contra el calentamiento de la Tierra firmado en diciembre por 159 países en Kioto, Japón.

El tratado hace un llamado a la reducción de las emisiones de gases con "efecto invernadero", en su mayoría producidas por la quema de combustibles fósiles como petróleo, en un promedio de cinco por ciento por debajo de los niveles de 1990.

Si no se controla la emisión de los gases, se desatarían cambios en la atmósfera, un aumento significativo en los niveles del mar, y nuevos, impredecibles y posiblemente violentos patrones de comportamiento climático, según la mayoría de los científicos.

El acuerdo ha sido duramente criticado por la mayoría de las industrias y miembros del Congreso, quienes alegan que podría afectar negativamente a la economía estadounidense.

Los críticos afirman que el tratado de Kioto requiere que Estados Unidos, uno de los mayores emisores de gases invernadero, haga mayores sacrificios que otros países, en especial los países en desarrollo.

El gobierno admite que la implementación del protocolo de Kioto causaría en Estados Unidos que algunos sectores se expandieran y otros se contrajeran.

Pero, aunque subraya su preferencia por políticas basadas en el mercado para evitar el cambio climático, como el uso de permisos de emisión comercializables, la Casa Blanca sostiene que el acuerdo no dañará el conjunto de la economía.

Yellen estima que el acuerdo resultaría en, a lo sumo, modestos aumentos del precio de la gasolina y otros combustibles mientras Estados Unidos juega su parte en la reducción de las emisiones.

Esos aumentos, no obstante, podrían compensarse con un menor precio de la energía eléctrica si el Congreso aprobara leyes para permitir que las empresas compitieran con los permisos de emisión comercializables.

Yellen reconoció que determinar el impacto económico del acuerdo mediante el uso de modelos económicos es un proceso complejo e imperfecto.

Pero la experta proyecta un aumento neto de los costos nacionales anuales de energía de entre 7 y 12 millones de dólares en el 2012, el plazo fijado en Kioto para que los países industrializados logren importantes cortes de las emisiones.

Para los consumidores de Estados Unidos, esto podría aumentar los precios de la gasolina entre cuatro y seis centavos el galón (3,78 litros), y entre tres y cinco por ciento el precio de la electricidad, el fuel oil y el gas natural, según los asesores de la Casa Blanca.

Representantes de la industria creen que el aumento de los precios podría ser mucho más alto (hasta un dólar más por galón), y afirman que sería desastroso para la economía e injusto para los consumidores.

Pero, aún así, la mayoría de los automovilistas dicen estar dispuestos a pagar más por la gasolina y otros derivados del petróleo para reducir el efecto invernadero en la atmósfera, según una encuesta del centro de investigación Pew Research Center for People and the Press.

En una encuesta telefónica, 73 por ciento de 1.200 contactados dijeron que estarían dispuestos a pagar unos cinco centavos de dólar más por galón, y 60 por ciento dijo que pagaría 25 centavos más por galón. El galón de gasolina se vende al público a alrededor de 1,30 dólares.

El mes pasado, asesores económicos del gobierno concluyeron que hay muy poca evidencia para respaldar a oponentes del tratado según los cuales el acuerdo de Kioto llevaría a la industria estadounidense a instalarse en el exterior.

El argumento es que los costos de energía, que podrían resultar afectados por el acuerdo, en general comprenden una pequeña fracción de los gastos totales de manufactura.

La industria ha intentado frustrar el acuerdo de Kioto alegando qaue la reducción de las emisiones de gases arruinaría la economía.

Antes de que las negociaciones comenzaran en Japón, una coalición de industrias del petróleo, el carbón y el gas natural lanzó una campaña publicitaria de 13 millones de dólares en contra del tratado, alegando que era económicamente injusto para Estados Unidos.

Mientras, la mayoría de los economistas hicieron un llamado al control internacional para evitar el calentamiento planetario. Más de 2.000 economistas, incluyendo laureados con el Premio Nobel, afirmaron en 1997 que esos controles no serían dañinos para la economía y "podrían mejorar" la actividad económica.

Las medidas que enlentecen el cambio climático son económicamente sólidas debido a que los costos de la inacción son demasiado altos, alegan. (FIN/IPS/tra-en/dk/mk/lp/en if/98

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