Cinco de los seis países de América Central presentan problemas alimentarios a causa del fenómeno climático de El Niño, advirtió hoy la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO).
La cantidad total de naciones en emergencia alimentaria aumentó de 31 en 1997 a 37 este año, debido principalmente a El Niño, que llevó lluvias torrenciales a algunos y sequía a otros, informó la FAO, que tiene sede en Roma.
En América Central se registran dificultades para el suministro de alimentos en El Salvador, Guatemala, Honduras, Nicaragua y Panamá.
Las cosechas de cereales de la primera temporada se vieron gravemente afectadas en esos países por una racha seca relacionada con El Niño, y en la segunda temporada no se logró aliviar la situación, debido a la persistencia del mal tiempo.
La existencia de alimentos también es insuficiente en Haití, a causa de una prolongada sequía que redujo la producción de cereales.
Mientras, en la vecina República Dominicana, los problemas fueron ocasionados por intensas lluvias caídas en el oeste y el noroeste, que afectaron gravemente cultivos importantes para la seguridad alimentaria de esas zonas.
En Iraq, pese al alivio de la situación gracias al acuerdo de petróleo por alimentos concertado con la Organización de las Naciones Unidas, la desnutrición es una generalizada realidad.
En cuanto a Asia, la FAO menciona especialmente en su informe a Corea del Norte, de grave situación alimentaria. En ese país, dos años de inundaciones fueron seguidos en el último verano (boreal) de una gran sequía y de un tifón de poderosa fuerza destructiva.
En Mongolia persisten problemas para la entrega de alimentos a los sectores vulnerables de la población y sequías asociadas a El Niño afectaron la producción agrícola de China, Filipinas, Indonesia, Tailandia y Papúa Nueva Guinea.
Pero el continente de mayor escasez de alimentos es Africa, donde disturbios civiles se sumaron al mal tiempo. Sequías e inundaciones determinaron la pérdida de cosechas y ganado en Africa oriental.
En Somalia, grandes inundaciones en la segunda quincena de octubre causaron varias víctimas y daños en el sistema de producción de alimentos. Esa catástrofe se sumó a una serie de malas cosechas que ya habían afectado gravemente la seguridad alimentaria del país.
En Kenya, lluvias relacionadas con El Niño caídas durante más de dos meses, hasta la segunda mitad de enero, destruyeron viviendas y obras de infraestructura y dejaron muchas aldeas aisladas por las aguas.
También la zona oriental de Uganda sufrió inundaciones, a causa de lluvias ininterrumpidas desde mediados de noviembre, con la consecuencia de varios muertos y el arrasamiento de viviendas y cosechas. Un cuadro semejante se observa en algunas áreas de Tanzania.
En Etiopía, la producción agrícola fue afectada por lluvias s imprevistas durante la recolección y por una escasa utilización de fertilizantes.
Mientras, la guerra civil, el retraso de la estación de lluvias e inundaciones posteriores perjudicaron la actual campaña agrícola de Burundi.
En Ruanda, los rendimientos de los cultivos fue afectado por el retraso de un mes de la estación de las lluvias y por problemas atmosféricos localizados. Así mismo, los disturbios civiles trastornan la actividad agrícola en el noroeste del país.
En Africa occidental, el suministro de alimentos es en general satisfactorio, aunque en Liberia, la producción agrícola no ha recuperado todavía el volumen anterior a la guerra civil, pese a la relativa estabilidad política alcanzada.
En Sierra Leona predomina aún la inseguridad en varias zonas, especialmente en el este y el sudeste, destacó la FAO en su informe.
En el Africa austral, las condiciones han sido hasta ahora favorables para los cultivos, pese al temor a una posible sequía. La excepción es Angola, donde la actividad agrícola y el suministro de alimentos están obstaculizados por problemas de seguridad en algunas zonas.
En Mozambique, la preocupación se concentra en las occidentales provincias de Tete y Manica. La falta de lluvias en noviembre y diciembre pueden haber afectado los cultivos tempranos de algunos distritos de esas dos provincias. (FIN/IPS/jp/ff/dv/98