Miles de mujeres de Zimbabwe marcharán este domingo por las calles de Harare para celebrar el Día Internacional de la Mujer, pero la activista feminista Patricia McFadden no estará con ellas.
McFadden no cree que haya razón para asistir a la marcha, pero no porque desconozca el valor de la fecha. "El Día Internacional de la Mujer es muy importante, porque es el único día en que las mujeres de todo el mundo son visibles como una categoría de persona", señaló.
Pero, "en Zimbabwe, perdimos la iniciativa política que subyace en la idea original del Día de la Mujer", que "fue capitalizado por el Estado", declaró a IPS.
"El Ministerio de Asuntos Nacionales convoca a las mujeres en este día para, básicamente, respaldar la posición ideológica de naturaleza patriarcal de los que están en el poder", explicó McFadden.
"En Zimbabwe, la tradición es utilizada no sólo para cerrar las puertas a las mujeres, sino para reconstituir la base política del país".
"En lugar de celebrar el Día de la Mujer, deberíamos cuestionar a la sociedad. En vez de ir a algún estadio a que nos digan cómo ser buenas esposas, madres e hijas, deberíamos cuestionar el sistema legal", añadió McFadden.
"¿Cuáles son los temas cruciales a los que nos enfrentamos en Africa? ¿Estamos equipadas para ingresar en el siglo XXI como fuerza creativa de nuestra sociedad?", se preguntó la activista.
"Voy a celebrar el Día de la Mujer con un grupo de amigas y sus familias y hablaremos de cuestiones políticas, en lugar de convertirnos en un coro presente en las peroratas de siempre sobre quiénes son buenas mujeres y quiénes son malas", añadió.
Priscilla Misihairambwi, del Movimiento por Candidatos Electorales Independientes, comparte la opinión de McFadden. "No hay nada que valga la pena celebrar en Zimbabwe, aunque en el mundo existe un mayor reconocimiento de los problemas de la mujer", sostuvo.
"No veo qué es lo que van a celebrar las mujeres. Zimbabwe tiene graves problemas económicos y la pobreza se está feminizando. Cada vez hay más mujeres pobres", afirmó Misihairambwi.
Mujeres de Nigeria también consideran que hay poco que celebrar este año, pero ha aumentado entre ellas la conciencia de la necesidad de asumir su propia liberación.
"Somos más conscientes de que debemos generar ingresos para nuestra familia porque muchos hombres perdieron su poder económico y, por esa razón, somos más ambiciosas y osadas que los hombres. Pero no, por cierto, como resultado de la Conferencia de Beijing", dijo Titilayo Aiyedun, una funcionaria residente en Lagos.
La Cuarta Conferencia Mundial sobre la Mujer se celebró en 1995 en Beijing, a instancias de la Organización de las Naciones Unidas.
"Las mujeres nigerianas ya no aceptan ser relegadas. No se conforman con ser amas de casa, quieren que se las escuche y que se las vea, quieren ayudar a sus esposos a mantener la familia", dijo Aiyedun.
Tras la Conferencia de Beijing, las mujeres nigerianas escucharon muchas promesas, pero poco se llevó a la práctica, señaló Hanatu Ibrahim.
"No hay motivo para celebrar. Después de Beijing, se realizaron talleres y se crearon programas para promover económicamente a las mujeres. Pero eso no cambió la suerte de las mujeres, especialmente en medio rural", manifestó.
Las mujeres nigerianas, como la mayoría en Africa subsahariana, siguen postergadas, a pesar de la campaña mundial que condujo a la aprobación del Plan de Acción de Beijing, que incluye la potenciación política como uno de 12 temas de acción prioritaria.
No hay mujeres en los órganos ejecutivos de gobierno de Nigeria. Su presencia se limita a posiciones políticas inferiores.
La situación es similar en Zimbabwe. "Crece la marginación política de la mujer. El gobierno es cada vez más patriarcal y la violencia estatal se perpetúa tanto como la del hogar. Las mujeres no consiguieron ningún progreso", observó Misihairambwi.
Sólo hay 22 mujeres entre los 150 integrantes del parlamento de Zimbabwe.
A Tabith Wanjiru, de Kenia, el Día Internacional de la Mujer le ofrece la esperanza de poder mejorar su destrozada existencia.
Wanjiru perdió a su esposo, su tierra y sus propiedades durante la violencia étnica que asoló a la provincia de Rift Valley. "Necesito un empleo para alimentar y educar a mis hijos", dijo Wanjiru, madre de tres niños.
Wanjiru no está sola. Pese al gran número de instrumentos internacionales dirigidos a mejorar la condición de la mujer, como el Plan de Acción de Beijing, que no fue refrendado por Kenia, muchas mujeres africanas aún luchan contra un sinfín de problemas sociales y económicos.
Entre esos problemas se cuenta la subordinación cultural y la violencia contra las mujeres en la mayoría de las comunidades de Africa. Los conflictos civiles también tuvieron fuerte impacto negativo en la vida de las mujeres del continente.
El Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados informó que hay en Africa subsahariana más de 4,3 millones de desplazados por la guerra. Ochenta por ciento son mujeres y niños.
McFadden puntualizó que no se debe olvidar el significado del 8 de marzo. Es un día en que las mujeres se pueden reunir y hablar con una sola voz, dijo.
"Las mujeres se ganaron este día de celebración tras largas luchas", añadió.
Aunque Zimbabwe y otros países africanos celebran hace años el Día Internacional de la Mujer, la fecha no es feriado oficial en ningún país de Africa austral.
"Tenemos un Día de los Trabajadores, el Día de los Héroes y el Día de las Fuerzas Armadas, pero el Día de la Mujer no es feriado oficial", señaló McFadden. (FIN/IPS/tra-en/lm/ja/to/pm/aq- ff/hd/98