Un grupo de 74 militares y políticos vinculados al intento de golpe de Estado contra el presidente de Zambia, Frederick Chiluba, comparecieron hoy ante la justicia, cuatro meses después del fracasado operativo.
Los acusados fueron transportados de la prisión a la corte en camiones blindados comprados con ese fin.
El grupo incluyó varios oficiales del ejército, sus superiores y el líder del opositor Congreso Democrático de Zambia (ZDC), Dean Mung'omba. Los juzgados por intento de golpe de octubre del año pasado son 76, pero dos estuvieron ausentes por enfermedad.
Mung'omba, el capitán Jackson Chiti, los mayores Billex Mutale, Bellington Nkoma y Baldwin Manase están acusados de conspiración para derrocar al gobierno de Zambia entre el 1 de julio de 1996 y el 28 de octubre de 1997.
El capitán Chiti también está acusado de movilizar a 69 soldados desde diferentes bases del ejército y comandar 11 vehículos blindados con el fin de formar un ejército ilegal para derrocar al gobierno de Zambia.
Entre los acusados, 18 enfrentan el cargo de entrar en la estación de radio y televisión nacional de Zambia para utilizar la fuerza y permitir que el capitán Steven Lungu anunciara el golpe de Estado.
El capitán Lungu, quien transmitió a la población el intento de golpe con el nombre de guerra de Capitán Solo, no compareció ante la corte por sufrir malaria.
Una vez que al abortado golpe de Estado fue contenido por el ejército en 24 horas, el gobierno impuso el estado de emergencia, el cual fue renovado el mes pasado para permitir a la policía investigar el caso.
Este miércoles, partidos políticos de oposición y organizaciones no gubernamentales hicieron un llamado al gobierno a levantar las regulaciones de emergencia alegando que ya no sirven ningún propósito, desde que los sopechosos se presentaron ante la corte.
La magistrada Gertrude Chawatama remitió el caso al 11 de marzo, antes de que pueda presentar a los acusados ante la Alta Corte para que sean juzgados.
Según la ley de Zambia, incluso casos serios como asesinato deben comenzar en la corte de un magistrado como formalidad, antes de ser transferidos a la Alta Corte.
El caso promete ser difícil, ya que muchos acusados afirman haber actuado bajo estrictas órdenes militares que no podían ser desafiadas. (FIN/IPS/tra-en/lm/pm/lp/98