URUGUAY: Cayó empresa líder con acciones del BID y Banco Mundial

El pequeño mercado bursátil de Uruguay sufrió esta semana el mayor sacudón de las últimas décadas al quebrar la principal empresa avícola del país, dos de cuyos accionistas eran el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y el Banco Mundial.

Granja Moro, una empresa dedicada desde mediados de los años setenta a la cría, procesamiento y exportacion de aves y sus derivados, creció progresivamente y en 1993 ingresó al mercado local de obligaciones negociables con dos series por un total de 13,5 millones de dólares.

La Corporación Financiera Internaciional del Banco Mundial y la Corporacion Interamericana de Inversiones del BID son socios de la avícola, con 20 y 10 por ciento de las acciones respectivamente.

Su presencia accionaria y el eventual control de sus representantes en el directorio de la empresa había generado confianza en los inversores.

A fines de enero el Ministerio de Economía constató que los balances de la avícola tenían un pasivo oculto de unos 60 millones de dólares y que los mismos habían obtenido el aval de la consultora internacional Price Waterhouse.

Alertado, el Banco Central del Uruguay (BCU) ordenó suspender la cotización en bolsa de la empresa al constatar que ésta "confeccionó estados contables no veraces que no reflejan todo su pasivo".

Paralelamente la filial local de Price Waterhouse inició una investigación interna para deslindar responsabilidades, ya que podría verse complicada en la esfera penal al haber actuado "como elemento inductor" para los compradores de acciones, dijeron a IPS fuentes bancarias.

Raúl Cervini, abogado del banco local Srinvest, denunció este martes ante la justicia penal que la empresa adulteró su pasivo a efectos de facilitar la compra de acciones "con una visión ilusoria".

Cervini, especializado en cuestiones bancarias y representante para América Latina del International Center of Economic Penal Studies, alertó a IPS sobre el riesgo que existe para los inversores y las bolsas si los gobiernos de América Latina no toman conciencia de este tipo de situaciones.

"A esta altura del desarrollo de los mercados bursátiles se requiere la específica tipificación de delitos para los mercados de valores de la región, siguiendo la línea de las modernas legislaciones de la Unión Europea", dijo el abogado.

Cervini destacó que dentro de esa legislación también deben contemplarse los delitos informáticos, porque "actualmente, desde una pequeña oficina en un alejado lugar del mundo, un solo hombre puede provocar el derrumbre de de una bolsa, lo que afecta a las naciones más débiles".

Además de la Bolsa de Valores de Montevideo (BVM) la situación afectó a 18 de los 26 bancos que operan en la plaza local, 15 de los cuales son extranjeros.

El principal acreedor es el estatal Banco de la República, que tiene respaldo en garantías reales por la mitad de la deuda.

Fuentes bancarias dijeron que una de las instituciones privadas, el Banco de Montevideo, asociado con capitales argentinos, tiene interés en liderar la compra de la empresa para que continúe funcionando.

Al gobierno uruguayo le preocupa además la situación de otras avícolas pequeñas que trabajan a destajo para Moro, así como el impacto que la quiebra puede tener sobre varios centenares de pequeños productores.

El presidente de la BVM, Ignacio Rospide, sostuvo que la situación generada "es un problema concreto y no del mercado", y descartó un eventual "contagio".

Rospide señaló que el resto de los títulos cotizados "están muy bien posicionados".

Sin embargo, el diario La República afirmó este jueves que el BCU resolvería la suspensión de la cotización en el mercado de las obligaciones negociables de la Fábrica Nacional de Papel (Fanapel), una poderosa empresa con amplio mercado exportador en Argentina y Brasil.

Según el matutino, la suspensión afectará a cinco series por un total de 20,8 millones de dólares. El hecho generó la renuncia del presidente de Fanapel, Ricardo Zerbino, ministro de Economía durante el primer gobierno (1985-1989) del actual presidente Julio Sanguinetti.

Los informantes bancarios temen encontrar otras "sorpresas" cuando se analicen los balances de otras instituciones privadas y estatales que se cotizan en la BVM. (FIN/IPS/rr/dg/if/98)

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