La inmigración desde otras repúblicas ex soviéticas está en disminución, pero igualmente Rusia enfrenta dificultades para hacer frente a unos cinco millones de refugiados y desplazados de esos nuevos países.
El Servicio Federal de Migración admitió los cinco millones como cifra no oficial, aunque la oficial se sitúa en 1,3 millones.
Esos cinco millones de personas son parte de los nueve millones que abandonaron sus hogares en la región desde la desintegración de la Unión Soviética y se ubicaron dentro de nuevas fronteras nacionales, según cálculos del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR).
La mayoría huyeron de conflictos armados, violaciones a los derechos humanos, problemas ambientales o crisis económicas, o simplemente retornaron a lo que consideraban su patria original.
El informe de ACNUR sobre El Estado Mundial de los Refugiados 1997-98 destaca en particular el problema de la migración ecológica, especialmente en Asia central.
Por ejemplo, unas 100.000 personas abandonaron la región del mar Aral (principalmente Kazajistán y Uzbekistán) desde 1992 debido a un daño ambiental que volvió el área inhabitable.
Otras 160.000 personas procuran abandonar la región de Semipalatinsk, en Kazajistán, que fue el principal sitio de pruebas nucleares de la antigua Unión Soviética.
Los desprendimientos de tierra ocurridos en Kirgizstán en 1994 desplazaron a 27.000 personas, mientras la contaminación del aire, la tierra y el agua obligó a miles a abandonar el área del lago Baljash en Kazajistán y el valle Fergana en Uzbekistán.
Tatyana Regent, directora del Servicio Federal de Migración (SFM) de Rusia, describió la situación en Kazajistán como "difícil".
Debido a que no existe un acuerdo sobre migración voluntaria entre ambos países, la gente que parte desde Kazajistán hacia Rusia generalmente debe dejar atrás su dinero y otros bienes, explicó.
Un total de 581.000 personas inmigraron a Rusia en 1997, entre ellas 145.000 de Kazajistán, y de las 120.000 personas que se presentaron ante el SFM el año pasado, 45,5 por ciento procedían de ese país.
"Las razones de la migración son principalmente económicas, pero el cierre gradual de las escuelas de habla rusa también incide", explicó Regent.
Según el último censo soviético, en 1989 unos 30 millones de personas no residentes en Rusia hablaban el idioma ruso. De ellas, 25 millones eran nacidas en Rusia, y 11 millones residían en Ucrania. Un número similar de ucranianos reside actualmente en Rusia.
Los conflictos civiles son otro factor importante en la migración. Unas 380.000 personas emigraron desde Rusia hacia Tajikistán desde que comenzó la guerra civil en ese país, en 1992.
Así mismo, de las 600.000 personas que abandonaron la república autónoma de Chechenia durante la guerra, 159.000 se registraron ante el SFM de Rusia y no se proponen regresar, mientras el resto retornó.
El número oficial de refugiados e inmigrantes forzados disminuirá a medida que sean eliminados de la lista tras estar establecidos en Rusia por cinco años, explicó Regent.
El registro de los inmigrantes comenzó en julio de 1992, por lo tanto la eliminación de nombres de la lista empezó en julio de 1997.
Además, la inmigración desde otras repúblicas ex soviéticas está disminuyendo, excepto la que procede de repúblicas en guerra como Tajikistán y Chechenia. El SFM registró 272.000 solicitantes en 1995, 172.000 en 1996 y 120.000 en 1997.
Pese a la disminución, Rusia encuentra dificultades para hacer frente a la gran población de inmigrantes.
En noviembre de 1996, ACNUR y la Organización Internacional de Migración apelaron conjuntamente a los países donantes a contribuir a los programas nacionales de refugiados e inmigrantes, pero la respuesta fue muy limitada.
ACNUR amplió sus actividades a la Comunidad de Estados Independientes y actualmente ayuda a los gobiernos a hacer frente a los problemas migratorios mediante la creación de sistemas judiciales independientes. (FIN/IPS/tra-en/ai/jmp/ml/pr/98