Venezuela descartó hoy el recorte de su producción de petróleo para apuntalar los hundidos precios e identificó a Arabia Saudita como el principal causante dentro de la OPEP de la sobreoferta en el mercado mundial del crudo.
En un artículo a toda página en el diario El Nacional de Caracas, el presidente de la estatal Petróleos de Venezuela (PDVSA), Luis Giusti, argumentó contra los señalamientos de que este país es un gran responsable de la caída de los precios del producto, del que depende la economía nacional.
Los precios de la cesta de referencia de la OPEP (Organización de Países Exportadores de Petróleo) cerraron el viernes a 13,34 dólares el barril, mientras el promedio de su cotización para el año es de 14,26 dólares, según cifras del Ministerio de Energía de Venezuela.
En 1997, la misma cesta valió 18,68 dólares y un año antes 18,39 dólares.
Los analistas de publicaciones internacionales consideran que la tendencia a la baja de los precios se agudizará a causa del permiso que la Organización de las Naciones Unidas (ONU) concedió este viernes a Iraq para aumentar de 2.000 a 5.200 millones de dólares su exportación de petróleo por semestre.
Los expertos internacionales coinciden en que el anunciado ataque de Estados Unidos contra Iraq, si fracasa la mediación extrema en Bagdad del secretario general de la ONU, Kofi Annan, incide menos en el mercado, aunque la situación podría cambiar si los bombardeos se concretasen.
Giusti aseguró que Arabia Saudita, el mayor exportador mundial de crudo, y Venezuela, son las dos grandes fuerzas de la OPEP en la actualidad, y que los dos países coinciden en una estrategia de penetración de los mercados, pero por caminos enfrentados.
Agregó que desde 1990, la OPEP aumentó su producción en 4,90 millones de barriles diarios, de los que los sauditas absorbieron 63 por ciento y Venezuela sólo 24 por ciento, y que por esa venta adicional, Ryad obtuvo 81.000 millones de dólares y Caracas 24.000 millones.
De una manera inusitadamente clara dentro de lo que son "las maneras" entre los 11 socios de la OPEP, Giusti dijo que en 1997 Venezuela percibió 17.000 millones de dólares por sus ventas petroleras y "el imperio saudita" 53.000 millones.
Giusti recordó que hasta los años 70, cuando el predominio árabe se impuso en la OPEP, Venezuela era el mayor exportador petrolero mundial, y consideró injusto que la única nación americana del grupo tenga ahora nueve por ciento de la cuota productiva global.
El presidente de PDVSA, la segunda empresa petrolera del mundo después de la saudita Aramco, indicó que Arabia Saudita producía hace siete años, cuando estalló la guerra contra Iraq, tres millones de barriles diarios, y que con diferentes argumentos logró desde entonces una cuota extractiva de 8,76 millones de barriles.
Esa es la cuota que le fue asignada por la OPEP en noviembre, pero según Giusti, Arabia Saudita está produciendo en realidad 9,2 millones de barriles diarios.
La producción global de la OPEP quedó fijada ese mes en 27,5 millones de barriles diarios, un millón más de lo que oficialmente extraía a fines de 1997. Pero diferentes cálculos, incluido el de Venezuela, sitúan su bombeo real en la actualidad entre 28 y 29,2 millones de barriles diarios.
A Venezuela le fue asignada para el presente semestre una cuota de 2,58 millones de barriles, y sin embargo está produciendo a su máxima capacidad actual, que Giusti establece en 3,3 millones de barriles diarios. Otras fuentes oficiales la aumentan en 100.000 barriles.
De ese total, el mercado interno absorbe 340.000 barriles. Este viernes, el valor puntual del crudo venezolano fue de 12,08 dólares el barril, mientras que el promedio del año se situó en 12,79 dólares, ante 16,48 en 1997.
A fines de enero, el gobierno venezolano se vio forzado a reducir en 1,5 dólares el valor estimado del barril para fines presupuestarios y situarlo en 14 dólares, lo que supuso un recorte de gastos que entre la administración pública y PDVSA totalizó más de 2.500 millones de dólares.
Giusti insistió en que la composición de las reservas venezolanas excluyen la posibilidad de que el país pueda estar "abriendo y cerrando pozos", porque su tipo de crudo es del llamado "no fungible".
Es decir, del tipo pesado que requiere refinerías especiales y una estrategia de comercialización sostenida para tener demanda en el mercado.
Precisó que los productores del Golfo afiliados a la OPEP, o los del Mar del Norte, entre los independientes, tienen reservas del tipo liviano que todas las refinerías pueden procesar y que por tanto pueden cerrar y abrir su producción sin dificultad.
Giusti subrayó que la OPEP no controla el mercado, porque aporta al mercado unos 28 millones de barriles, mientras otros productores suman entre 45 y 46 millones de barriles, por lo que una eventual reducción extractiva de la organización no tendría incidencia en los precios.
Pero aventuró que en la actualidad, los productores dentro y fuera de la OPEP están a su máxima capacidad productiva, por lo que cualquier incremento de la demanda impulsaría los precios, aunque no analizó el impacto del mayor bombeo que se le permitirá a Iraq.
Para el presidente de PDVSA, la crisis asiática y el invierno más benigno en 60 años en el Norte industrial son los mayores factores de la coyuntura negativa de precios.
Añadió que la sobreproducción venezolana es equivalente a 0,8 por ciento de la producción total del mundo y que si limitara su extracción se quebraría su estrategia de mediano y largo plazo, sin lograr un repunte de precios.
Para Giusti, Venezuela debe "aguantar el vendaval" sin mermar su producción y sin sentirse "culpable" de lo que pasa en el mercado ni dejarse llevar por "angustias coyunturales".
Mientras, la OPEP debe abandonar "el simplismo obsoleto" de las cuotas, para pasar a enfrentar las nuevas realidades energéticas mundiales, advirtió. (FIN/IPS/eg/ff/if/98
