MEDIO ORIENTE: UE "preocupada" pero impotente en proceso de paz

El presidente palestino, Yasser Arafat, permaneció en la capital española como parte de una gira para lograr un mayor apoyo de la Unión Europea (UE) a la paz en Medio Oriente.

Cuando se fue de esta ciudad, este jueves, tras entrevistarse con el rey Juan Carlos y el jefe del gobierno José María Aznar, reclamó un papel más activo de la UE y que haga valer su condición de principal socio económico de Israel.

El embajador especial de la UE para Medio Oriente, el español Miguel Angel Moratinos, constató que Arafat "está preocupado porque el tiempo pasa y no hay resultados" en los acuerdos de paz negociados en Madrid siete años atrás.

Moratinos añadió que existen diferencias sustanciales en las posturas palestinas e israelíes, lo que explicaría esa preocupación y la ausencia de resultados concretos.

La economía del Estado de Israel depende en 70 por ciento de Europa, según Arafat. Medios israelíes niegan tal dependencia, aunque admiten que la UE es su principal cliente y proveedor.

Quizás por ello el líder palestino preguntó, sin obtener respuesta, delante del ministro español de Exteriores Abel Matutes: "¿Por qué Israel acepta que la UE juegue una carta económica y rechaza que juegue un papel político más importante en el proceso de paz?".

La respuesta se puede encontrar en la falta de decisión política y en la debilidad, o la falta de una estrategia independiente, en el plano de defensa.

Técnicos españoles recuerdan al respecto que la opinión europea apenas fue tenida en cuenta por Estados Unidos cuando decidió su ofensiva en la guerra del Golfo, contra Iraq, en 1991.

Algo similar ocurrió en el conflicto de la ex Yugoelavia. Durante años la Unión Europea se lamentó de lo que ocurría en sus propias fronteras, envió misiones de paz, participó con las de Naciones Unidas y se sumó al bloqueo.

Pero el conflicto no entró en vías de solución hasta que el presidente de Estados Unidos Bill Clinton decidió la intervención militar.

España es terreno fértil para las demandas de Arafat. Tanto el gobierno del socialista Felipe González (1982-96) como el actual del centroderechista Aznar tienen una buena relación con Israel, con las autoridades palestinas y con todos los países árabes, con ciertos matices.

La Autonomía Palestina, que preside Arafat, es el primer bemeficiario de financiación española en cooperación para el desarrollo en Medio Oriente, tanto comercial como de ayuda oficial (AOD).

Esa relación fundamentó, en su día, que la primera Conferencia de Paz de Oriente Medio se realizase en Madrid, en 1991. Y puede explicar también que el traslado a y desde Madrid de Arafat se haya realizado en un avión militar español.

No obstante, Arafat dejó Madrid sólo con promesas, expresadas pública y oficialmente por Matutes, quien se dijo "preocupado" porque no esté progresando el proceso de paz, a la vez que subrayó "la disponibilidad de España y de la UE para involucrarse en cuantas iniciativas puedan revitalizarlo". (FIN/IPS/td/dg/ip/98

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