La Autoridad Nacional Palestina (ANP) espera que Estados Unidos muestre la misma determinación para hacer cumplir las resoluciones de la ONU sobre Israel que mantiene en el caso de Iraq.
El enfrentamiento de la ONU con Iraq por las inspecciones de armas hizo erupción cuando Estados Unidos aumentaba la presión sobre el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, para que cumpliera con los acuerdos y entregara a la ANP el control de mayores extensiones de Cisjordania ocupada.
"Espero que todos los estados que llamaron a Iraq a cumplir las resoluciones de la ONU demanden de igual modo a Israel la cuidadosa y estricta implementación de las resoluciones de la ONU", dijo el miércoles en Bruselas Yasser Arafat, presidente de la ANP.
"Aquellos que presionaron a Iraq deben también presionar a Israel para la implementación de las resoluciones de la ONU (Organización de las Naciones Unidas)", agregó Arafat.
En Palestina, el negociador jefe de Arafat Saab Erekat dijo que IPS que, con el fin de la crisis iraquí,la atención puede volver a centrarse en los intentos por revivir el proceso de paz.
"Esperamos que Estados Unidos retome su responsabilidad para hacer todo lo posible para que Netanyahu cumpla con los acuerdos firmados", dijo Erekat.
Otros países musulmanes se sumaron a la exhortación. "Las naciones árabes sienten que Washington debe ser recordado de que Iraq no es el único país que regularmente desafía a la ONU", comentó esta semana el diario Jakarta Post.
"Varias veces Israel ha sido culpable de la misma conducta, una posición posible gracias al doble discurso de la política exterior de Estados Unidos", sentenció el periódico.
El punto fue tratado por el Comité de la ONU sobre el Ejercicio de los Derechos Inalienables del Pueblo Palestino, que esta semana convocó a una conferencia de dos días en Bruselas.
En representación del Movimiento de Países No Alineados (NOAL), el vicepresidente de Colombia, Carlos Lemos-Simmonds, acusó a la ONU y la comunidad internacional de aplicar un doble discurso en la implementación de las resoluciones del Consejo de Seguridad del foro mundial.
Lemos-Simmonds dijo que "es incomprensible cómo, en este punto crítico en que el proceso de paz y la seguridad internacional corren riesgos, el Consejo de Seguridad no estudia la posibilidad de llamar a una acción conjunta de la comunidad internacional y la inmensa mayoría de sus propios miembros".
Ibra Deguene Ka, presidente del comité, destacó que "muchas resoluciones fueron adoptadas por el Consejo de Seguridad y la Asamblea General de la ONU, y la mayoría son letras muertas".
Estados Unidos intentó mantener vivo el proceso de paz durante la crisis iraquí, haciendo un llamado a Netanyahu y Arafat a alcanzar un acuerdo sobre el retiro de tropas israelíes, pero este fue ignorado.
A cambio, el gobierno conservador de Netanyahu presentó una lista de demandas a los palestinos antes de que el retiro pudiera tener lugar.
Con la crisis iraquí casi en su fin, la presión de Estados Unidos sobre Israel para entregar entre 10 y 15 por ciento de territorio adicional podría restaurarse, según analistas.
Erekat dijo que su gobierno espera que el acuerdo entre la ONU e Iraq envíe una señal a los palestinos diciendo que la diplomacia funciona y "sólo por medios pacíficos podemos resolver nuestros problemas".
Pero la indignada resupuesta de los musulmanes en la región durante la crisis, en especial en Palestina y Jordania, hicieron sonar campanas de alarma en Israel.
El acuerdo de paz del fin de semana en Iraq fue precedido de semanas de demostraciones violentas de los palestinos, quienes quemaron banderas de Israel y alentaron a Iraq a que atacara con armas químicas a los israelíes.
Los palestinos atribuyen las manifestaciones a la frustración por lo que se percibe como un doble discurso de Estados Unidos.
Mientras, "las demostraciones no van a ayudar a la opinión pública de Israel", dijo el analista político israelí Reuven Hazan cuando las protestas hicieron erupción. "Los israelíes las ven y dicen 'los palestinos no quieren paz"'.
El punto de vista de la Unión Europea es que no hay posibilidades de lograr progresos reales y creíbles en el proceso de paz sin la total implementación de todos los compromisos aceptados libremente por las partes.
En Palestina, las presiones de Israel sobre los territorios autónomos palestinos dañaron la economía local.
El producto nacional bruto (PNB) por habitante cayó más de 35 por ciento, las pérdidas comerciales anuales equivalen a casi 300 millones de dólares, y el desempleo se duplicó de 20 a 42 por ciento.
Además, la inversión privada se derrumbó a un cuarto de lo que fue en 1993, cuando los donantes se reunieron en Washington para acordar formas de usar su ayuda para colaborar con el acuerdo de paz de Oslo. (FIN/IPS/tra-en/ns/dho/rj/lp/ip/98