IRAQ: Voces opuestas a la guerra no son noticia en Estados Unidos

Las voces opuestas a un ataque militar contra Iraq no lograron llamar la atención de los principales medios de comunicación de Estados Unidos, al igual que en la guerra del Golfo de 1991, según analistas.

Luego de tres semanas de creciente tensión en el Golfo, la mayoría de los medios, en especial las grandes cadenas de televisión, continúan reflejando las posiciones favorables a un ataque dentro del gobierno de Bill Clinton y la opinión de opositores que pretenden una mano aun más dura contra Iraq.

"No hay posturas contra la guerra" en la cobertura del conflicto, dijo Stephen Rendell, analista de la organización Justicia y Responsabilidad en Reportaje (FAIR).

Una "asamblea" televisada el miércoles por la cadena CNN desde la Universidad de Ohio, en la que altos funcionarios del gobierno afrontaron preguntas difíciles y gritos de protesta, fue una de las primeras ocasiones en que los opositores a una guerra pudieron exponer su visión ante una audiencia nacional.

A pesar de lo estrecho del debate que se desarrolla en los grandes medios, quienes se oponen a una intervención militar parecen ganar espacio en la opinión pública estadounidenses.

Una encuesta de la empresa Gallup reveló esta semana que 54 por ciento de los ciudadanos del país norteamericano prefieren la vía diplomática para resolver la crisis. En enero, esa proporción era de apenas 10 por ciento.

Esta división, que hasta ahora no se reflejó en los medios de comunicación masiva, tiende a confirmar la existencia de una brecha cada vez mayor entre la elite política, que impulsa un mayor activismo de Washington en asuntos internacionales, y el público en general, que reclama lo contrario.

Los analistas de los medios afirman que la cobertura de esta crisis ha sido similar a la que culminó en 1991 con la guerra del Golfo, cuando los partidarios de un conflicto bélico dominaban la escena en los noticieros nocturnos, programas de entrevistas y hasta en las páginas de opinión de los diarios.

Las posiciones presentadas en los grandes medios en las vísperas y durante la guerra eran tan desequilibradas que los periodistas en general, así como los analistas, coincidieron más tarde en que habían fracasado en su misión de presentar las noticias con imparcialidad.

"El pueblo estadounidense fue defraudado, en parte, porque la prensa se comprometió con un periodismo patriótico, la más peligrosa de las prácticas profesionales", escribió después de la guerra Marvin Kalb, veterano corresponsal de la NBC y profesor de la Universidad de Harvard.

Estas críticas fueron, al parecer, olvidadas siete años después. "La prensa no aprendió nada. El debate en los principales medios ha sido en extremo estrecho, aun más estrecho que durante la guerra del Golfo", dijo William Dorman, profesor de periodismo de la Universidad de California en San Diego.

No se trata solo de voces antibélicas a las que se excluye del debate de los medios, según Dorman. "Los expertos en la región fueron puestos en el congelador, aun de las páginas de opinión", dijo.

Pero estas páginas, en el caso del The New York Times y The Washington Post, los más influyentes del país, oscilaron entre quienes respaldan bombardeos para destrozar lo máximo posible del arsenal iraquí y los más "halcones", que pretenden un ataque aun más duro con el fin de derrocar al presidente Saddam Hussein.

El artículo más escéptico con respecto a un conficto armado publicado por The New York Times fue escrito por el general retirado Charles Horner, comandante de la fuerza aérea que atacó Iraq en la guerra de 1991.

Horner sostuvo que la situación actual debía incluirse en una estrategia más amplia con la finalidad de eliminar todas las armas de destrucción masiva en todo el mundo, incluso las que están en poder de Estados Unidos.

De todos modos, el militar observó que Washington "debe usar la fuerza para ser creíble".

The Washington Post publicó el fin de semana un análisis disidente elaborado por un experto francés en asuntos del Golfo y otra de un ex analista de la Agencia de Inteligencia de Defensa el martes.

Pero los colmunistas regulares han manifestado, de modo consistente, una posición favorable al ataque. De dos columnas publicadas este jueves, una se titulaba "Castigo para un sociópata", mientras la otra se quejaba del poco entusiasmo de Clinton para ir a la guerra.

La amplitud de opiniones es aun menor en televisión, según David Cortwright, presidente del Foro Cuarta Libertad con sede en Indiana y profesor de estudios sobre la paz en la Universidad de Notre Dame. "Los comentaristas tienen una fuerte sesgo favorable a los portavoces oficiales y generales retirados", dijo.

"Los disensos fueron presentados por la derecha como una cuestión táctica. Hasta la 'asamblea' en Ohio, no hubo un debate sustantivo y real que cuestionara la adecuación estratégica de una acción militar", sostuvo Steven Livingston, profesor de comunicación política en la Universidad George Washington.

Los analistas perciben mayor diversidad de opinión en algunos diarios regionales, en particular el Los Angeles Times, algunos canales de cable que no existían en la guerra de 1991 y en programas de radio con participación de oyentes. (FIN/IPS/tra- en/jl/mj/ip/98

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