El Consejo de Seguridad de la ONU deberá afrontar esta semana un peculiar dilema, pues se apresta a ampliar el acuerdo "petróleo por alimentos" con Iraq mientras Estados Unidos presiona por usar la fuerza contra ese país.
Fuentes del Consejo afirman que existe en el órgano un amplio consenso a favor de un proyecto de resolución patrocinado por Gran Bretaña, Portugal y Suecia que amplía seis meses más la excepción del embargo petrolero contra Iraq que le permite al país vender 2.000 millones de crudo cada seis meses.
El proyecto elevaría la cantidad de petróleo que se le permite vender a Iraq a 5.250 millones de dólares por semestre, aunque lo que obtenga por esa vía deberá utilizarse solo, igual que ahora, con fines humanitarios.
El aumento podría permitirle a Bagdad, además de incrementar sus importaciones de medicinas y alimentos, reconstruir la infraestructura del país, deteriorada desde el embargo que le impuso la ONU (Organización de las Naciones Unidas) tras la invasión a Kuwait en 1990.
El proyecto habilitaría a Iraq a gastar una cantidad de dinero aún no determinada "para financiar el peregrinaje de iraquíes" a La Meca "en vuelos aprobados con ese propósito".
Las dificultades que sufren los iraquíes para efectuar la peregrinación, una obligación religiosa islámica, se convirtió en los últimos años en un problema espinoso para muchos países de Medio Oriente.
El secretario general de la ONU, Kofi Annan, alertó que que el acuerdo "petróleo por alimentos" es insuficiente para cubrir las necesidades de la población iraquí, en especial de 1,9 millones de mujeres, niños y desplazados que se encuentran en una situación de gran vulnerabilidad.
Por primera vez, todos los miembros del Consejo de Seguridad, "sin importar de qué lado están" creen que Iraq necesita más ayuda para reconstruir caminos, redes eléctricas y saneamiento antes de que los sistemas caigan en el colapso, según un alto funcionario de la ONU que reclamó reserva sobre su identidad.
Sin embargo, el Consejo está dividido en torno a la propuesta estadounidense de atacar instalaciones iraquíes si Bagdad no abre sus edificios presidenciales a los inspectores de armas de la ONU.
Un diplomático en el cuerpo mundial indicó que el órgano deberá ser capaz de aprobar la semana próxima medidas que mejoren la infraestructura iraquí y utilizar al mismo tiempo un lenguaje que "autorice" a Estados Unidos a atacar instalaciones iraquíes.
Todos los miembros del Consejo, incluso Estados Unidos, son favorables a ampliar el acuerdo "petróleo por alimentos". Mientras, China y Rusia se oponen al uso de la fuerza para imponer la autoridad de los inspectores de armas de la ONU.
El presidente ruso Boris Yeltsin, que advirtió esta semana que un ataque podría provocar una "guerra mundial", amenazó esta semana con aplicar su poder de veto para bloquear cualquier autorización de uso de la fuerza.
Washington ha presionado al Consejo a condenar el bloqueo de las inspecciones de armamento en Iraq como violación del cese del fuego de la guerra del Golfo (1991), pero el embajador de Rusia, Sergei Lavrov, replicó que eso podría interpretarse solo si Bagdad ordena una nueva invasión a Kuwit.
Otros países se resisten a un nuevo ataque contra Iraq, pero tienen una oposición tibia. El canciller de Francia, Hubert Vedrine, dijo que su país procurará "una solución diplomática" y no se unirá a un ataque militar.
Pero diplomáticos franceses en Nueva York consideraron que París podría votar una condena al bloqueo de los inspectores.
El embajador de Estados Unidos ante la ONU, Bill Richardson, que visitó la semana pasada nueve de las capitales de los restantes 14 países que integran el Consejo, advirtió que su gobierno podría disponer un ataque solitario si no recibe apoyo.
"Estados Unidos cree que las resoluciones vigentes del Consejo de Seguridad le dan el derecho a la opción militar. Ya hay suficiente base legal. Queremos resolver el asunto de forma pacífica, pero el presidente de Iraq, Saddam Hussein, no deja alternativa a la comunidad internacional", dijo Richardson.
Moscú respondió que Washington no tiene ninguna autoridad otorgada para atacar Iraq, aunque esgrimió las resoluciones posteriores a la guerra del Golfo como argumento para sus ataques aéreos limitados contra blancos iraquíes en 1993 y 1995.
"Creo que todos pueden estar de acuerdo en que sería preferible obtener una autorización del Consejo antes de una acción militar", dijo Annan.
Algunos diplomáticos consideran que Estados Unidos deberá demostrar que tiene intenciones positivas aprobando la ampliación del acuerdo "petróleo por alimentos". (FIN/IPS/tra-en/fah/mj/98