El Consejo de Seguridad de la ONU aprobó hoy por unanimidad la ampliación del programa "petróleo por alimentos" que mantiene con Iraq y el secretario general Kofi Annan llegó a Bagdad para intentar la solución de una crisis que amenaza transformarse en guerra.
La votación del Consejo permitirá la parcial eliminación de las sanciones que la ONU (Organización de las Naciones Unidas) impuso hace siete años a Iraq.
Bagdad podrá vender más de 5.250 millones de dólares en petróleo en un lapso de seis meses, más del doble de lo permitido hasta ahora, y utilizar las ganancias para adquirir alimentos y medicinas y reconstruir obras de infraestructura.
Además, también se retirarán sanciones a Iraq para que Bagdad pueda pagar "los gastos razonables relacionados con la peregrinación del Hajj", la visita obligatoria que al menos una vez en la vida los musulmanes deben realizar a la ciudad de La Meca, en Arabia Saudita.
El Consejo también solicitó a Annan que "intensifique el proceso de observación de la ONU en Iraq" para asegurar que los alimentos y fármacos adquiridos mediante el programa se distribuyan en forma equitativa y que no se desvíen fondos para proyectos no autorizados por el foro mundial.
Annan también está autorizado a enviar un equipo a Iraq para verificar si el país tiene la capacidad de producir suficiente petróleo para obtener el monto señalado por el Consejo de Seguridad.
El secretario general podrá recomendar modificaciones si la deteriorada infraestructura iraquí no basta para la producción fijada.
En ocasiones anteriores, Iraq no aceptó en forma inmediata el acuerdo de "petróleo por alimentos" y optó por solicitar el fin del embargo, y se cree que el gobierno de Saddam Hussein podría postergar una vez más su aceptación del ofrecimiento del Consejo de Seguridad.
El embajador iraquí ante la ONU, Nizar Hamdoon, presentó varias objeciones al programa que, a su juicio, podría significar una violación de la soberanía de su país.
El amplio respaldo que recibió el acuerdo humanitario en el Consejo está cargado de simbolismo, pues Estados Unidos ha concentrado miles de soldados y aviones en países vecinos y la zona del Golfo, en preparación de un ataque contra Iraq.
Francia y Rusia, que se oponen a la operación militar, consideran al voto unánime registrado un gesto de conciliación para demostrar a Saddam Hussein la posibilidad de llegar a un acuerdo con Annan que permita el acceso de los inspectores de armas de la ONU a ocho sitios presidenciales.
Para Estados Unidos, que amenazó con atacar a Iraq si Bagdad no permite en breve el ingreso de los inspectores a esos sitios, su apoyo a la ampliación del programa de petróleo por alimentos demuestra que Washington no desea dañar a civiles iraquíes.
"Estados Unidos siente honda preocupación por el bienestar del pueblo iraquí y queremos hacer todo lo posible para asegurar que sus necesidades básicas estén satisfechas", aseguró el diplomático estadounidense Peter Burleigh.
Este apoyo humanitario de Washington al pueblo iraquí "contrasta con la política de los gobernantes de Iraq. Mientras los niños pasaban hambre, Saddam Hussein utilizó los escasos recursos para construir más palacioes y armas de destrucción masiva", dijo Burleigh.
Pero el programa de petróleo por alimentos recibió críticas en de la propia ONU, porque no basta para satisfacer las necesidades básicas de Iraq, duramente golpeado por la guerra del Golfo, de 1991, y por las sanciones que le impuso el foro mundial.
La resolución de este viernes fue tomada sólo después de que un equipo de la ONU confirmara que la autorización a Iraq de venta de petróleo por 2.000 millones de dólares cada seis meses no evitó la propagación de enfermedades y de la desnutrición.
"En casi todos los sectores, de alimentos, nutrición, salud pública, electricidad y otros, la situación es grave y se está deteriorando", señaló el embajador de Suecia en la ONU, Hans Dahlgren.
"Nos quedó claro que algo debe hacerse en forma urgente para resolver la alarmante situación humanitaria y aliviar el sufrimiento del pueblo iraquí", añadió.
Varios diplomáticos del Consejo de Seguridad también esperan que el apoyo unánime a la ampliación del programa de petróleo por alimentos envíe, según las palabras de Dahlgren, una "señal clara e importante al gobierno iraquí" que pueda ayudar la negociación de Annan en Bagdad.
Tras llegar a Bagdad este viernes, Annan se reunió con el viceprimer ministro Tariq Aziz y ambos expresaron confianza en poder hallar una solución pacífica a la disputa por los sitios presidenciales.
"Contamos con todos los elementos para el éxito, si todos trabajamos con seriedad y buena voluntad y con la determinación de evitar el innecesario derramamiento de sangre del pueblo iraquí, que ya sufrió bastante", declaró Annan a la prensa antes de partir de París.
Funcionarios de la ONU informaron que es probable que Annan se reúna con Saddam Hussein este fin de semana. El secretario general espera volver a Nueva York e informar sobre su encuentro al Consejo de Seguridad a principios de la próxima semana.
Funcionarios de Washington insisten en que rechazarán un acuerdo entre Annan y Hussein que no respete las resoluciones del Consejo y los intereses nacionales de Estados Unidos. Numerosos diplomáticos de la ONU estiman que el ataque contra Iraq podría lanzarse a fines de este mes. (FIN/IPS/tra-en/fah/mk/aq-ff/ip/98