IRAQ: Las tareas de inteligencia de los inspectores de armas

La Comisión Especial de las Naciones Unidas (UNSCOM) que investiga las armas de destrucción masiva en Iraq reúne una importante cantidad de información delicada, cuyas fuentes confían en que serán protegidas.

"Los inspectores de la UNSCOM deben firmar un acuerdo de servicios especiales con la ONU" (Organización de las Naciones Unidas), explicó el ex inspector Tim Trevan, del Instituto Internacional de Estudios Estratégicos, de Londres.

"Toda información obtenida en el curso de su labor es propiedad de la ONU y sólo puede proporcionarse a otras fuentes con autorización del foro mundial", añadió.

El presidente de la UNSCOM informa dos veces por año al Consejo de Seguridad de la ONU de las actividades del equipo de inspectores en Iraq, a través del secretario general.

Esos informes escritos se entregan al Consejo en abril y noviembre y cubren las actividades y problemas de los seis meses previos. Además, el presidente de la UNSCOM informa en persona al organismo mediante varios reportes anuales.

Trevan señaló que la UNSCOM ha desarrollado su propia "cultura", ya que los inspectores sienten que su primer compromiso es con la propia comisión. "La carrera profesional de algunos técnicos corrió peligro por esta razón, cuando éstos volvieron a su país", dijo.

La información se puede obtener de varias maneras. La vigilancia aérea es bastante útil, indicó Trevan.

Una instalación que consume gran cantidad de energía puede ser una planta de enriquecimiento de uranio, y un edificio con complejos sistemas de filtración de aire podría ser un centro de armas biológicas.

Otro método de recabar información es mediante las muestras de aire y agua. La radiactividad, por ejemplo, se puede detectar en ríos cercanos a un centro nuclear, mientras los desechos de armas químicas se encuentran en el aire, junto al lugar de producción.

Desde luego, la información también se obtiene de inspecciones directas. El examen de documentos científicos y comerciales es útil, así como la labor tradicional de las fuerzas de inteligencia para conocer el paradero de personas que se sabe trabajaron en sitios bajo sospecha.

Así mismo, la UNSCOM recurre a las entrevistas. "Es difícil mentir en forma coherente, sobre todo si se utiliza una historia complicada para ocultar alguna actividad", aseguró Trevan.

"El truco radica en revelar cada vez más detalles que descubren incoherencias si alguien miente. Nadie pierde la memoria sobre algo tan importante como su trabajo", añadió.

La UNSCOM emplea a interrogadores profesionales, que también analizan el idioma corporal de los interrogados para detectar señales de estrés o engaño. Así mismo, se utilizan dos equipos de intérpretes, uno proporcionado por Iraq y el otro por la ONU, y las entrevistas se graban.

Pero, por lo general, la tarea de la UNSCOM de detectar y eliminar las armas de destrucción masiva de Iraq y de crear un sistema de control para evitar que sean nuevamente fabricadas ha sido mucho más difícil de lo esperado.

"La realización de la primera etapa del mandato de la UNSCOM fue obstaculizada por las autoridades iraquíes, empeñadas en impedir que los inspectores descubran la capacidad armamentística del país", declaró Rolf Ekeus, presidente de la comisión durante seis años, hasta julio último.

Por ejemplo, los inspectores chocaron contra "el secreto y la negativa de Iraq acerca de un programa de armas biológicas, el denominado Programa 1728, de la producción de misiles de tipo Scud, y de la investigación, el desarrollo y la producción del gas nervioso VX", explicó Ekeus.

La tarea de acabar con los programas de fabricación de armas habría sido fácil y concluido en seis meses si Iraq hubiera renunciado a los mismos. Pero la política de "ocultamiento y engaño" de Bagdad retrasó el trabajo de la UNSCOM, dijo Ekeus a la revista Armas Control Today, de Estados Unidos.

"Cuando comprendimos que Iraq no tenía intención de cooperar con la UNSCOM, tuvimos que recabar información de fuentes externas al gobierno de Bagdad", agregó.

"La UNSCOM trabajó mucho para crear una relación duradera con los países y compañías" que podían suministrar información. "Cuando los inspectores detectan productos importados sospechosos, la comisión tiene que ponerse en contacto con las empresas proveedoras", explicó.

"La mayoría se muestran poco dispuestos a hablar con nuestros investigadores y sólo con insistentes pedidos de apoyo a los respectivos gobiernos podemos lograr acceso a las compañías", puntualizó Ekeus.

"Por eso tuvimos que garantizar la protección (de la información) para alentar a las compañías y gobiernos a aceptar nuestra investigación", agregó. Ekeus compara a la UNSCOM con un periodista que debe proteger sus fuentes o, de lo contrario, se quedaría sin ellas.

También afirma que la política de la UNSCOM respecto de la información obtenida de las compañías proveedoras de Iraq es correcta, a pesar de la presión para revelar sus fuentes que la comisión recibió ocasionalmente de Estados Unidos.

La mayoría de los gobiernos proporcionan información de inteligencia a la UNSCOM, y esa cooperación fue favorecida por la creación de una Unidad de Valoración de Información que recibe, protege, procesa, analiza y archiva datos delicados.

"La confianza en la competencia de la UNSCOM creció rápidamente en los últimos años, varios gobiernos comparten ahora con nosotros información de inteligencia de alta calidad", concluyó Ekeus. (FIN/IPS/tra-en/jmp/rj/aq-ff/ip/98

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