El secretario general de la ONU, Kofi Annan, atrapado en el medio del conflicto entre Estados Unidos e Irán, recibe cada vez más presión para involucrarse más en las mediaciones, mientras Washington afirma que el tiempo para la diplomacia se acaba.
Estas presiones llegaron a su punto máximo este lunes, cuando el funcionario suspendió un viaje a cinco países de Medio Oriente e Italia que debía comenzar este miércoles. Pero aun después de este anuncio, Rusia reclamó a Annan que visitara Bagdad para contribuir con una salida al bloqueo.
Por ahora, Annan planea permanecer en Nueva York, mientras Rusia, Turquía y varios países árabes tratan de intermediar entre Iraq y los inspectores de armas de la ONU (Organización de las Naciones Unidas), mientras Estados Unidos incrementa su presencia en el Golfo.
"Creo que las discusiones y la búsqueda por una solución diplomática alcanzó un punto crítico y que mi presencia es necesaria aquí. No tengo planes por el momento de ir a Bagdad", dijo Annan.
De todos modos, más países presionan a Annan, mientras la secretaria de Estado (canciller) de Estados Unidos, Madeleine Albright, alerta que los ataques aéreos contra Iraq pueden comenzar dentro de pocas semanas.
El gobierno de Costa Rica reclamó de modo formal la mediación de Annan en una carta remitida este viernes, confirmaron funcionarios de la ONU.
Un viaje de Annan a Bagdad sería posible si el Consejo de Seguridad lo considera útil, dijo el portavoz del foro mundial, Fred Eckhard. "Si el consejo pide a Annan que vaya, y si él siente que puede arreglar algo si va, irá, con seguridad", agregó.
Hasta entonces, "es esencial para él permanecer disponible en la sede de la ONU", sostuvo Eckhard. En consecuencia, Annan postergó su planificado viaje de esta semana a Italia, Egipto, Israel, Jordania, Siria y Líbano.
La pregunta es si Annan puede hacer algo para frenar la escalada militar en el Golfo. Funcionarios diplomáticos consideran poco seguro que el presidente iraquí Saddam Hussein esté de acuerdo con reunirse con el jefe de la ONU. Y sin tal reunión, el viaje a Bagdad sería poco útil.
Annan afirmó la semana pasada que intentó comunicarse con Hussein por teléfono y de forma directa, pero no pudo acceder a él. El secretario general de la ONU se ha negado a reconocer las últimas ofertas iraquíes de apertura de ocho edificios presidenciales al escrutinio de los inspectores.
La ONU pretende "acceso completo, libre y sin cortapisas" a los edificios presidenciales, que Saddam Hussein se niega a someter a inspección..
Iraq ofreció un plan según el cual una combinación de expertos técnicos y diplomáticos de los principales países miembros del Consejo de Seguridad gozarían de acceso limitado a sitios presidenciales. El embajador de Estados Unidos ante la ONU, Bill Richardson, rechazó esta propuesta el domingo por insuficiente.
Los países árabes consideran un proyecto de resolución que exhortaría al Consejo de Seguridad a alcanzar una solución negociada a la crisis. Mientras tanto, Estados Unidos recoge respaldo para que se considere a Iraq país violador de resoluciones de la ONU, lo que justificaría un nuevo ataque.
Pero ninguna de las resoluciones tiene una aprobación asegurada en el Consejo, ni mucho menos. China y Rusia, dos países con poder de veto, se oponen al uso de la fuerza militar en el Golfo.
Estados Unidos y Gran Bretaña, que pretenden atacar, rechazarán al parecer cualquier compromiso que no suponga la total aceptación del mandato de los inspectores de armas por parte de Iraq.
Washington insiste en que ya tiene la autoridad legal para atacar Iraq, de acuerdo con la resolución que selló el cese del fuego de la guerra del Golfo (1991), si cree que Bagdad oculta evidencia de la fabricación de armas químicas y biológicas a la ONU.
Iraq, de hecho, fue atacado varias veces por Estados Unidos desde la guerra del Golfo, en 1993 (cuando hubo suposiciones nunca comprobadas de un intento de asesinato contra el ex presidente George Bush) y 1995 (cuando Saddam Hussein envió soldados al norte kurdo).
Pero Estados Unidos no tiene facilidades para desplegar sus fuerzas ahora. Washington decidió no utilizar territorio de Arabia Saudita como base para ataques aéreos cuando advirtió que eso generaría malestar en el gobierno de ese país.
Hasta ahora, solo Gran Bretaña y Australia ofrecieron respaldo militar a un posible ataque. En consecuencia, Annan quizá logre una mejor atmósfera para una solución que la que su predecesor Javier Pérez de Cuéllar encontró luego de la invasión iraquí a Kuwait en 1990.
Pérez de Cuéllar visitó entonces a Hussein, pero no logró que sus tropas se retiraran de Kuwait. Poco después de ese fracaso de la diplomacia, una coalición militar de 13 países, varios de ellos árabes, liderada por Estados Unidos atacó Iraq. (FIN/IPS/tra- en/fah/mk/mj/ip/98