INDONESIA: Camino propio es tan difícil como resistir al FMI

El polémico plan de Indonesia de adoptar un sistema de convertibilidad con tipo de cambio fijo para estabilizar su debilitada moneda confirma a los países del sudeste de Asia que buscar soluciones propias es tan difícil como resistir las recetas del FMI.

El FMI (Fondo Monetario Internacional), Estados Unidos y Europa lanzaron una andanada de críticas contra el sistema de convertibilidad proyectado en Indonesia, alegando que es un trampolín al colapso.

Las condiciones en Indonesia, afirman, no están maduras para la aplicación de la convertibilidad, a diferencia de países como Argentina y Lituania, que usan el mismo sistema.

A pesar de divisiones dentro de su propio gobierno, el presidente de Indonesia, Ali Suharto, se pronunció a favor de la sugerencia del economista estadounidense Steven Hanke, de la Universidad John Hopkins, quien cree que el sistema estabilizaría la rupia y estimularía cierta actividad económica.

Michel Camdessus, director gerente del FMI, dijo esta semana en Bruselas que "cuando una persona está muy enferma, algunas medicinas son contraindicadas, y esto podría matar" a la decaída economía indonesia.

Pero el economista monetarista estadounidense Kurt Schuler, quien preparó un informe sobre los problemas de Indonesia, saca conclusiones diferentes.

Schuler sostuvo que el FMI "está usando su influencia política y financiera para evitar que Jakarta de el paso que podría salvar al país: un sistema de convertibilidad".

Este viernes se informó que habría acuerdo entre Jakarta y el FMI sobre un sistema a adoptarse, pero sólo después de solucionar los problemas con el sector bancario y la deuda de Indonesia.

Cualquiera sean los argumentos técnicos, resulta claro que Indonesia busca soluciones drásticas y rápidas.

Suharto, que a diario enfrenta disturbios y protestas, necesita encontrar una solución rápida para detener la caída de la economía y contener el descontento social, que podría amenazar la existencia de su propio gobierno.

Schuler alega que los problemas de Indonesia fueron empeorados por el FMI, cuyo programa habla de recorte del déficit presupuestal, del gasto y de las tasas de interés. Pero "ninguno de estos (remedios) equivale a un paso directo para estabilizar la tasa de cambio", sostuvo.

Jakarta se propone mantener la cotización del dólar en 5.000 rupias, un objetivo que exige la reconstrucción de las reservas internacionales.

Las autoridades indonesias esperan que la medida introduzca una confianza que permita a las empresas pagar sus deudas y reducir el costo de los bienes importados, que elevaron los precios y provocaron la indignación de la gente.

Los críticos afirman que el sistema bancario de Indonesia es demasiado débil y sus reservas de 17.000 millones de dólares son demasiado escasas para sobrevivir repetidos ataques sobre un sistema de tipo de cambio fijo, como el que Argentina mantiene desde 1991.

Por otro lado, Schuler afirma que la estabilidad producida por un sistema de esas características inyectaría salud al sector bancario y produciría cierta recuperación.

Mientras los tecnócratas indonesios debaten sobre la medida, el pueblo está cada vez más impaciente, y los países vecinos miran nerviosos, sabiendo que no serían inmunes a los efectos de una implosión en Indonesia.

Pero la convertibilidad de la moneda no es la única propuesta surgida en Asia tras el estallido de la crisis financiera en curso.

El primer ministro de Malasia, Mahathir Mohamad, tiene considerable apoyo de gobiernos del sudeste asiático para utilizar monedas locales en lugar del dólar de Estados Unidos, para transacciones comerciales en el área.

Algunos economistas dijeron que su propuesta tiene poco sentido, pero Mahathir insiste en que el sudeste de Asia "necesita desarrollar una estrategia de recuperación que cubra toda la región".

Representantes de Tailandia, Filipinas, Indonesia, Singapur y Malasia se reunirán a fin de febrero en Malasia para estudiar la propuesta.

Malasia ha sugerido que el dólar de Singapur, que emergió relativamente a salvo de la especulación, sea la moneda de comercio regional. Pero autoridades singapurenses afirman que no hay suficiente moneda para ese fin.

Mahathir fue un poco más lejos al intentar reducir la dependencia de Asia del dólar estadounidense, sugiriendo a empresarios japoneses esta semana que los países del sudeste puedan saldar sus cuentas usando el yen.

Los últimos meses se registraron múltiples consultas entre líderes del sudeste. Mahathir visitó Tailandia, Filipinas, Singapur, Indonesia y Brunei, y en el último mes se reunió tres veces con el primer ministro de Singapur, Goh Chok Tong.

Los vecinos del Sudeste Asiático también se acercaron a Tailandia e Indonesia, que tuvieron que pedir paquetes de rescate del FMI.

Goh dijo que Singapur trabaja en una garantía de financiación por el comercio para Indonesia, la cual ayudaría a los bancos indonesios a que sus cartas de crédito fueran aceptadas por bancos extranjeros.

Además, dijo que planifica discutir la propuesta con Jakarta, pero esta aún está centrada en el sistema de convertibilidad.

Japón, atacado por no hacer lo suficiente por estimular las economías del este de Asia, está a punto de presentar formas de ayudar a impulsar las exportaciones de la región.

La semana pasada, el banco de Tokyo-Mitsubishi diseñó un plan para un fondo de estabilización monetaria de entre 10.000 y 15.000 millones de dólares, para ayudar a las empresas a mantenerse a flote dando préstamos en dólares a un índice "razonable" de 5.000 rupias por dólar.

En medio de sus propios problemas, Tailandia donará a Indonesia 5.000 toneladas de arroz y productos por casi 22.000 dólares.

Pero a pesar de los esfuerzos de los asiáticos del este por ayudarse entre sí, la prioridad del día en Indonesia es estabilizar la economía.

La situación se recompuso un poco después que el FMI y Jakarta firmaran un nuevo programa de austeridad en junio, pero empeoró con la ola de disturbios y por la discusión con el Fondo por el sistema de convertibilidad.

En vísperas de elecciones presidenciales en marzo, Indonesia es la más afectada de las economías de la región, mientras Corea del Sur y Tailandia lograron una apariencia de estabilidad, aunque no de recuperación. (FIN/IPS/tra-en/js/ral/lp/if ip/98

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