La ignorancia y la pobreza son los peores cancerígenos en India, afirmaron especialistas que luchan por impedir la muerte de millones de mujeres por tipos de cáncer que pueden prevenirse.
"Ochenta por ciento de las víctimas procuran atención médica para el cáncer cervical, mamario o bucal cuando ya está en su tercera o cuarta fase y es muy poco lo que puede hacerse", lamentó Vinod Kochupillay, del Institute Rotary Cancer Hospital, el mayor del norte de India.
El cáncer cervical, que está relacionado con el matrimonio precoz, la falta de higiene y los embarazos múltiples, es responsable de 30 por ciento de los casos, mientras el cáncer mamario representa 20 por ciento y el bucal otro 10 por ciento.
Kochupillai atribuyó la atención tardía a la ignorancia de que un bulto en un seno, un sangrado vaginal o una úlcera en la boca pueden ser síntomas de cáncer. "Pocas oyeron hablar del frotis de Papanicolau o del autoexamen mamario", añadió.
Además, las familias suelen mostrar poco solidaridad hacia las mujeres, en especial cuando no generan ingresos. "Muchas mujeres sufren en silencio hasta que caen desmayadas, y miles mueren sin que siquiera se les haya diagnosticado el cáncer", dijo la médica.
La verdadera tragedia es que la mayoría de las mujeres de India viven en condiciones donde no existe la privacidad y nunca reciben instrucciones sobre su higiene personal.
En las zonas rurales, donde las letrinas son todavía una rareza, las mujeres deben esperar hasta que caiga el sol para poder hacer sus necesidades al aire libre.
La sociedad conservadora de India considera que cuanto menos una niña sepa sobre sexo es mejor, pero la "inocencia" se extiende también a su higiene personal.
"Muchos casos de cáncer podrían prevenirse sólo enseñando a las niñas a lavarse sus partes privadas", afirmó Dinesh Singh, médico oncólogo del Hospital Oncológico Dharamshila, de Nueva Delhi.
La alta incidencia de cáncer cervical tiene que ver con la falta de educación de las niñas y con el matrimonio y el embarazo precoces, según Singh.
Algunas escuelas para niñas privilegiadas las instruyen sobre el ciclo menstrual, aunque los cursos son promovidos por fabricantes de toallas sanitarias.
Sin embargo, para la gran mayoría de las mujeres, especialmente las que residen en áreas rurales, las toallas higiénicas son un lujo, y en su lugar utilizan trapos que no siempre están limpios y contribuyen a infecciones pélvicas, explicó Singh.
Las condiciones no son mejores en los barrios pobres de las ciudades, donde las condiciones ambientales son espantosas, sostuvo Gupta, un médico que participa en campamentos de la Sociedad del Cáncer de India para realizar exámenes preventivos e impartir información.
"Tenemos una muy buena respuesta en los campamentos, ya que es lo más cercano que tienen las mujeres de los barrios pobres a la atención médica moderna", manifestó Gupta.
Un simple examen en un hospital público puede significar prolongadas esperas para tomar autobuses atestados, largas colas y la exposición de las partes íntimas a médicos hombres que no siempre son amables, señaló.
Muchas mujeres no pueden dejar de atender su casa ni sus hijos durante todo un día, que es lo que les lleva atenderse en un hospital.
"Entonces se atienden en clínicas locales que suelen complicar las cosas al no brindar una atención competente", dijo Gupta.
Las mujeres pobres también se exponen a más sustancias carcinógenas que las pudientes. Por ejemplo, cocinar sobre estufas a queroseno no sólo daña los pulmones, sino que concentra sustancias nocivas en la vejiga y puede provocar cáncer.
Así mismo, muchas mujeres pobres y de clase media continúan utilizando talco, el más barato de los cosméticos, simplemente porque no saben que la aplicación de talco en la zona genital está relacionada con el cáncer de ovario, señaló Singh.
Otro artículo de consumo de bajo costo es el polvo de tabaco torrado o "mishri", que los fabricantes promueven como un sustituto de la pasta dentífrica.
Un estudio realizado por el Instituto Tata de Estudios Fundamentales reveló que 50 por ciento de las mujeres de los barrios pobres de Bombay son adictas al mishri y que algunas lo usan desde los 10 años.
Prakash Gupta, quien condujo el estudio, expresó su indignación porque no se hace nada para detener la promoción del mishri aunque está confirmado que 90 por ciento de los casos de cáncer bucal en India se deben al hábito de mascar tabaco.
El cáncer es actualmente la tercera causa de muerte en el grupo de personas de 15 a 45 años, y cada año se reportan unos 600.000 nuevos casos, aunque muchos más se ignoran, señaló Kochupillai.
"Para el fin de siglo, uno de cada 18 hombres y una de cada 15 mujeres padecerán cáncer en este país", advirtió. (FIN/IPS/tra- en/rdr/an/ml/he-pr/98